El presidente de la Fundación Juan Ciudad, sobre la epidemia de ébola - Alfa y Omega

El presidente de la Fundación Juan Ciudad, sobre la epidemia de ébola

Háblenos sobre el trabajo de la orden en Lunsar, Sierra Leona, el lugar dónde se ha contagiado de ébola el religioso Manuel García Viejo…

Redacción

Háblenos sobre el trabajo de la orden en Lunsar, Sierra Leona, el lugar dónde se ha contagiado de ébola el religioso Manuel García Viejo.

El Hospital de Mabesseneh/Lunsar, Sierra Leona, se asumió por la Orden Hospitalaria en 1967. Existía ya un hospital llevado por los Misioneros Javerianos. En estos años 47 años se ampliado en el marco de su acción, teniendo actualmente unas 150 camas. Desde 2007, dispone de una Escuela de Enfermería. Han tenido cuatro promociones de alumnos que han terminado sus estudios. Algunos están trabajando en el hospital o en otras instituciones del país. La Escuela de Mabesseneh también se ha hermanado con la Escuela de Enfermería de nuestro Hospital de Esplugues (Barcelona).

El hermano Manuel García Viejo, médico internista y cirujano del Hospital de Mabesseneh, ha sido infectado por el virus de ébola atendiendo a pacientes, como los otros, los hermanos de Monrovia: hermano Patrick Nshamdze, hermano Miguel Pajares, hermano George Combey y la hermana Chantal Melgar. Tenemos que lamentar también la infección del personal profesional de ambos hospitales en este brote. La situación del hermano Manuel es grave: tiene varias complicaciones propias de la infección en fase avanzada, aunque no perdemos la esperanza de su recuperación. Desde aquí le acompañamos con nuestro dolor, nuestra oración y nuestros deseos de bien.

¿En qué estado se encuentra el hospital de la Orden en Monrovia?

Tanto el personal sanitario como los pacientes dejaron el hospital prácticamente vacío.

Las concepciones que se tienen de la vida y de la muerte hicieron huir a todos los que se encontraban dentro del hospital y en su entorno por el miedo a ser infectadas del virus. Como Orden, nos quedamos sin efectivos para poder actuar de forma eficaz en el servicio a las personas del entorno del hospital. Hoy, se encuentra ya un equipo que está trabajando por liderar de una forma más serena y eficaz lo que, desde el hospital, se puede realizar.

¿Cómo están viviendo la epidemia los Hermanos de la Orden y otros misioneros con los que trabajan?

Para todos nosotros el impacto y el sufrimiento ha sido grande. Seguimos día a día todo lo que se está haciendo desde África, y lo que podemos hacer desde aquí. Todo muy lleno de vivencias, de esperanza y de decepción cuando la muerte iba llegando a los nuestros.

Las comunidades de los Hermanos de San Juan de Dios y la de las Misioneras de la Inmaculada Concepción han vivido juntas desde que se fundó el hospital, con ellas se ha luchado, con ellas hemos trabajado y teníamos una gran complementación en el trabajo, que desde siempre hemos realizado juntos y, sobre todo, en este último periodo muy difícil, muy llamativo. También vivimos juntos la guerra civil en Liberia, muy fuerte, en la que al final tuvimos que abandonar el hospital para poder salvar la vida.

¿Y cuál es la situación actual en los países afectados?

Ahora se está actuando con mucho más acierto. El Hospital Saint Josep de Monrovia se está poniendo en marcha. Está realizando tratamientos a las personas que lo requieren, y hay un equipo de un Hermano que había estado muchos años en el hospital anteriormente y ha ido de España; también lo integran el jefe de proyectos de la Fundación Juan Ciudad y un técnico. En principio, van a estar trabajando dos meses y está prevista su vuelta a España y sustituirles con otro grupo que haya estado allí, que tenga conocimiento de la realidad y se vaya poniendo en movimiento todo el engranaje del hospital.

A mediados de agosto el Gobierno español concretó el envío de material al hospital de Monrovia. ¿Ya llegó esta ayuda? ¿Qué es lo más importante ahora mismo para que se reanude el trabajo en el hospital?

La ayuda en material sanitario prometida por el Gobierno Español se está canalizando a través de la AECID (Agencia Española para la Cooperación y Desarrollo) y ya ha llegado al Hospital un primer envío. Lo que pretendemos es que se cree un equipo en el que intervengan ayudas de medios y de personas desde aquí y se vaya organizando la misión ordinaria de la atención hospitalaria también allí con el personal propio del Hospital.

En este momento estamos en el proceso de limpieza y desinfección de todas las instalaciones del complejo hospitalario para hacer un hospital seguro ante su apertura. Paralelamente se está formado al personal trabajador en lo relacionado con las medidas de seguridad, protección y prevención en el manejo de la enfermedad provocada por el virus ébola. Lógicamente todo ello requiere de un soporte financiero, que aumentará significativamente con la reapertura del hospital. Por ello estamos en plena campaña para la obtención de estos recursos, ya que el Hospital por si solo no puede afrontarlos.

Ha habido seguidores y detractores de la repatriación del padre Pajares y del padre García Viejo. ¿Cómo han vivido ustedes toda la tragedia y qué le diría a la opinión pública española?

La hemos vivido como una tragedia, como usted dice. Pienso que nos ha dolido a todos que haya habido tantos afectados, y como consecuencia, tantos muertos. Existía un desconocimiento de lo que implicaba y posiblemente, aun habiendo respondido inmediatamente, todos hemos respondido con más lentitud de lo que la enfermedad exigía.

En cuanto a las opiniones con respecto a la repatriaciones, no es a lo que yo daría mayor importancia. Hemos hecho lo que creíamos que debíamos hacer, y estamos muy agradecidos a cuantos nos han ayudado; principalmente al Gobierno español, que consideró su deber el hacerlo. Para nosotros, el hermano Miguel y los demás fallecidos por atender a los infectados serán siempre un testimonio de haber entregado la vida por servir.

También pensamos que en España y en Europa hay un antes y un después en relación a la evolución del virus ébola. Una de las grandes aportaciones que ha originado el hecho de la repatriación a España del hermano Miguel, es la sensibilización social y también se ha dado esta sensibilización en Europa ante esta temible epidemia. Considero que hemos adelantado, en un tiempo precioso, la instauración de las medidas de prevención y aquellas requeridas para afrontar las consecuencias derivadas del ébola. Esto va a contribuir a salvar vidas humanas. Gracias a Dios, creo que en nuestro entorno hospitalario, si personas presentan sintomatología compatible con el síndrome ébola, saben dónde dirigirse y lo que es mejor, estamos preparados para poder atenderlas adecuadamente. Si a esto unimos los posibles contactos que puedan entrar dentro de nuestras fronteras a partir de ahora, creemos que este precioso tiempo de alerta ganado, salvará muchas vidas, tanto directa como indirectamente.

Por otra parte, la sensibilización social a partir de la repatriación del hermano Miguel está ocasionado un aumento más rápido y mayor de ayudas a los países africanos afectados, tan necesitados de recursos no solo económicos sino sobre todo humanos para poder afrontar esta terrible plaga. Lo importante es mirar hacia adelante con esperanza y que con un mayor conocimiento de la implicación de esa enfermedad sepamos actuar para erradicarla con todas nuestras fuerzas.

¿Qué podemos hacer desde España para ayudar a la Fundación Juan Ciudad?

La Fundación Juan Ciudad está constantemente dando información con comunicados, con ruedas de prensa, a través de su web, de cómo va su acción y como se puede ayudar en sus programas. Hoy somos conscientes de que se necesitan medios y eso cuesta dinero. Se necesitan manos y personas entregadas para tratar de erradicar la pandemia del ébola. Cada uno desde su lugar y los grupos sociales y responsables de salud, verán qué es lo que pueden hacer.

Invitamos a que sigamos con conciencia social en el empeño de trabajar para hacer desaparecer esta pandemia y confiamos en que con la intervención de todos, especialmente, las Instituciones implicadas en ello se pueda conseguir.

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