Papa Francisco: «El verdadero drama del paro es no poder llevar el pan a casa» - Alfa y Omega

Papa Francisco: «El verdadero drama del paro es no poder llevar el pan a casa»

«No tener trabajo no es solamente no tener lo necesario para vivir, no. Nosotros podemos comer todos los días: vamos a Cáritas, vamos a esta asociación, vamos al club, vamos allí y nos dan de comer. Pero este no es el problema. El problema es no llevar el pan a casa: esto es grave y ¡esto quita la dignidad!», denunció el Papa durante su viaje a Molise

L'Osservatore Romano

Nada es más importante que la dignidad humana. El claro mensaje que el Papa Francisco ha dirigido a los vecinos de Molise, durante su viaje del 5 de julio, iba, en realidad mucho más lejos, más allá de los confines de la región. Llega a todos los lugares en los que se anteponen a la dignidad de la persona humana intereses diversos, si bien importantes. Se necesita, dice el Papa Francisco durante la misa en Campobasso, un suplemento de alma para que se pueda mirar al futuro con esperanza. Pero también hay «mucha necesidad -dice- de este compromiso, ante las situaciones de precariedad material y espiritual, especialmente de cara a la desocupación, una plaga que requiere todo el esfuerzo y mucho valor por parte de todos».

La plaga del trabajo es un desafío que interpela de modo particular a «la responsabilidad de las instituciones, del mundo empresarial y financiero». Es necesario poner «la dignidad de la persona en el centro de toda perspectiva y de toda acción. Los otros intereses, aunque legítimos, son secundarios».

Y poco antes, al encontrar a los trabajadores y empresarios, el Pontífice había ratificado un concepto ya expresado otras veces: la verdadera dignidad para el trabajador es poder llevar el pan a casa. «No tener trabajo -había dicho al respecto- no es solamente no tener lo necesario para vivir, no. Nosotros podemos comer todos los días: vamos a Cáritas, vamos a esta asociación, vamos al club, vamos allí y nos dan de comer. Pero este no es el problema. El problema es no llevar el pan a casa: esto es grave y ¡esto quita la dignidad!».

Por lo tanto es necesario redescubrir la solidaridad y juntar las fuerzas de modo constructivo. Se requiere sanar la plaga de la desocupación, y por eso es necesaria «una estrategia concordada con las autoridades nacionales» para llegar a un auténtico «pacto por el trabajo que sepa acoger las oportunidades ofrecidas por las normativas nacionales y europeas». Además, el Papa ha recordado la importancia de dedicar más tiempo a los niños y a la familia. En este sentido el domingo, dijo, debe quedar libre.

Discurso del Papa al mundo del trabajo en la Universidad de Campobasso

Sr. Rector, Autoridades, estudiantes, personal de la Universidad, profesores, hermanos y hermanas del mundo del trabajo,

Les doy las gracias por su acogida. Gracias sobre todo por haber compartido conmigo la realidad que ustedes viven, las fatigas y las esperanzas. El Sr. Rector tomó las palabras que yo dije una vez, que nuestro Dios es el Dios de las sorpresas: es verdad. Todos los días nos hace una, ¿eh? Es así, nuestro Padre. Pero dijo algo más acerca de Dios: dijo que Dios rompe los esquemas. Y si no tenemos el coraje de romper los esquemas, no iremos hacia adelante porque nuestro Dios nos empuja a esto: a ser creativos del futuro. ¡Hermosa definición teológica!

Mi visita a Molise comienza con este encuentro con el mundo del trabajo, pero el lugar en el que nos encontramos es la Universidad. Y esto es significativo: expresa la importancia de la investigación y la formación para responder a las nuevas y complejas cuestiones que la crisis económica actual plantea, a nivel local, nacional e internacional. Daba testimonio de ello hace poco un joven agricultor con su opción de licenciarse en agricultura para trabajar la tierra por vocación” El permanecer del agricultor sobre la tierra no es permanecer fijo; sino que es hacer un diálogo, un diálogo fecundo, un diálogo creativo. Es el diálogo del hombre con su tierra que la hace florecer, la hace fecunda para todos nosotros. Esto es importante. Un buen programa de formación no ofrece soluciones fáciles, pero ayuda a tener una mirada más abierta y creativa para valorar mejor los recursos del territorio.

Estoy totalmente de acuerdo con lo que se ha dicho sobre el custodiar la tierra, para que dé fruto sin ser «explotada». Éste es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: convertirnos hacia a un desarrollo que respete la creación. Veo América -mi patria, también-: tantos bosques, arrasados, todo, convertidos en tierra que no se puede cultivar, que no puede dar vida. Este es nuestro pecado: explotar la tierra y no dejar que ella nos dé lo que tiene en su interior, con nuestra ayuda del cultivo.

Otro desafío ha surgido de la voz de esta buena mamá obrera, que también habló en nombre de su familia: de su marido, del niño y del que lleva en su vientre. El suyo es un llamado por el trabajo y al mismo tiempo por la familia. ¡Gracias por estos testimonios! En efecto, se trata de conciliar el tiempo del trabajo con el tiempo de la familia. Pero les diré una cosa: Yo voy al confesionario, confieso a las personas; ahora no tanto como lo hacía en la otra diócesis… Cuando viene una mamá o un papá jóvenes, le pregunto: ¿Cuántos hijos tienes? Y siempre les hago otra pregunta: «Dime, ¿juegas con tus hijos?» La mayoría (responde): «¿Cómo, padre?» – «Sí, sí: ¿juegas? ¿Pierdes el tiempo con sus hijos?»

Estamos perdiendo esta ciencia, esta sabiduría de jugar con nuestros niños. La situación económica nos empuja a ello, a perder esto. Por favor, ¡perder el tiempo con nuestros niños!

El domingo: usted se ha referido al domingo de la familia, a perder el tiempo… Este es un punto “crítico”, un punto que nos permite discernir, evaluar la calidad humana del sistema económico en el que nos encontramos. Y dentro de este contexto también se coloca el tema de trabajar el domingo, lo que interesa no sólo a los creyentes, sino que interesa a todos, como elección ética. Es este espacio de gratuidad que estamos perdiendo, ¿eh?

La pregunta es: ¿a qué queremos dar prioridad? El domingo libre de trabajo- con la excepción de los servicios necesarios – está para afirmar que la prioridad no va a lo económico, sino a lo humano, a lo gratuito, a las relaciones no comerciales sino familiares, a los amigos, para los creyentes a la relación con Dios y con la comunidad. Tal vez ha llegado el momento de preguntarse si aquella de trabajar los domingos, es una verdadera libertad. Porque el Dios de las sorpresas y el Dios que rompe los esquemas, sorprende y rompe los esquemas para que nosotros seamos más libres: es el Dios de la libertad.

Queridos amigos, hoy me gustaría unir mi voz a la de muchos trabajadores y empresarios de este territorio pidiendo que pueda implementarse también un pacto por el trabajo. He visto que en Molise se está tratando de responder al drama del desempleo uniendo fuerzas de una manera constructiva. Muchos puestos de trabajo podrían ser recuperados a través de una estrategia acordada con las autoridades nacionales, un pacto para el trabajo que sepa aprovechar las oportunidades ofrecidas por las normas nacionales y europeas. Los animo a seguir adelante en este camino, que puede traer buenos frutos aquí, así como en otras regiones.

Me gustaría regresar sobre una palabra que tú has dicho: dignidad. No tener trabajo no es sólo no tener lo necesario para vivir: no. Podemos comer todos los días: vamos a Caritas, vamos a esta asociación, al club, vamos allá y nos dan algo de comer. Pero ese no es el problema. El problema es no llevar el pan a casa: ¡esto es grave, y esto quita la dignidad! Esto , nos quita la dignidad. Y el problema más grave no es el hambre, es un problema. El problema más grave es la dignidad. Por esto tenemos que trabajar y defender nuestra dignidad, que la da el trabajo.

Por último, me gustaría decirles que me llamó la atención el hecho de que me hayan donado un cuadro que representa justamente una maternidad. La maternidad conlleva el trabajo, pero el trabajo de parto se orienta a la vida, está lleno de esperanza. Así que no sólo les doy las gracias por este regalo, sino que les agradezco aún más por el testimonio que contiene: la de un trabajo lleno de esperanza. ¡Gracias! Y me gustaría añadir un hecho histórico, que me ha pasado. Cuando era Provincial de los jesuitas, había necesidad de enviar a la Antártida a vivir allí 10 meses al año, un capellán, he pensado, y fue uno, el padre Bonaventura De Filippis. Pero, ¿saben?, nació en Campobasso, era de aquí… ¡Gracias!

Traducción: RV