«Me encomiendo mucho a san Josemaría» - Alfa y Omega

«Me encomiendo mucho a san Josemaría»

Juan José Padilla envió un vídeo testimonio al VI Simposio San Josemaría Escrivá, celebrado los días 16 y 17 de noviembre en Jaén. El torero, que perdió un ojo en una terrible cogida hace un año, habló de su trabajo, de su relación con Dios, de su familia y de su cariño hacia el fundador del Opus Dei. «Me encomiendo mucho a él», confiesa

José Calderero de Aldecoa

Quince profesionales de los ámbitos de la docencia, la enfermería, el deporte, el arte, el cine, la teología y el derecho analizaron El trabajo como servicio, lema del VI Simposio San Josemaría Escrivá, que reunió a quinientas personas en el Centro de Convenciones de Jaén y que se celebró este fin de semana, los días 16 y 17 de noviembre.

Este simposio, promovido por la Fundación Catalana Mir, nació en Jaén tras la canonización de San Josemaría en 2002, y lleva celebrándose cada dos años desde entonces. En todas las ediciones se presentan distintos testimonios, que de una forma u otra, expresan las ideas sobre las que trabaja el Simposio.

Entre los testimonios presentados en este VI Simposio celebrado este fin de semana, destacó el del torero Juan José Padilla, emitido en un video ante la imposibilidad de su presencia física, debida a compromisos profesionales en Venezuela. En la grabación, de 9 minutos, Padilla se refirió a su trabajo y afirmó que el «riesgo constante en la plaza ayuda a pensar en Dios y a pedirle su ayuda».

En relación a la gravísima cogida que sufrió en Zaragoza el 7 de octubre de 2011, Padilla contó que cuando llegó a la enfermería, dijo: «doctor en sus manos estoy, y en las de Dios, porque ahí notaba que mi cuerpo se iba, notaba que me desvanecía, y que quizá era la llamada de Dios».

«Cuando desperté en la sala de la UCI —prosigue— pude dar gracias a Dios, porque estaba de nuevo con mi familia, porque podía de nuevo seguir, por lo menos con la esperanza, en mi profesión y quizá poco a poco, conseguir volver a ella».

El matador habló también de su familia y de su esposa, «una mujer con una fuerza y con un carácter muy especial, una sensibilidad, un amor, una capacidad que difícilmente podrá haber en una mujer».

El torero se refirió además a su cariño hacia san Josemaría Escrivá, cuya espiritualidad conoció a través de Álvaro Domecq. «Conocí su vida y me encomiendo mucho a él, le tengo siempre presente en mi capilla personal, lo tengo también en mi casa, en un altar que tengo, y me encomiendo mucho a san Josemaría, pues reconozco la gran labor que hizo», aseguró.