El Papa, sobre Grecia: «¿Por qué un país no puede declararse en bancarrota y pedir ayuda a los demás?» - Alfa y Omega

El Papa, sobre Grecia: «¿Por qué un país no puede declararse en bancarrota y pedir ayuda a los demás?»

«Sería simple decir: la culpa es sólo de esta parte [refiriéndose a la Unión Europea]. Los gobernantes griegos que han llevado adelante esta situación de deuda internacional también tienen una responsabilidad», ha señalado el Papa Francisco en el vuelo de vuelta de su viaje a Hispanoamérica. «Con el nuevo gobierno griego se ha ido hacia una revisión un poco justa», pero «si una empresa puede hacer una declaración de bancarrota, ¿por qué un país no puede hacerla y así se va en ayuda de los demás?», ha señalado en una rueda de prensa en la que también ha hablado de una «economía que mata», del crucifijo que le entregó Evo Morales –«lo entiendo como arte de protesta»–, la labor de la Iglesia en Cuba –«que no ha sido mediación»–, la paz en Colombia…

Colaborador

Diálogo del Papa Francisco con los periodistas durante el vuelo de regreso de Asunción a Roma:

Pregunta de Aníbal Velázquez, del Abc Color:

Santidad. Soy Aníbal Velázquez de Paraguay. Nosotros le agradecemos porque ha ya elevado el Santuario de Caacupé como basílica, pero en el Paraguay se pregunta la gente: ¿por qué Paraguay no tiene cardenal?; ¿cuál es el pecado de Paraguay, que no tenga cardenal? o en todo caso, ¿está lejos todavía de que tenga un cardenal?

Respuesta:

Bueno, no tener cardenal no es un pecado. La mayoría de los países del mundo no tienen cardenales. La mayoría. O sea, las nacionalidades de los cardenales, no recuerdo cuántas son, pero son minoría respecto a todo el conjunto. Es verdad, Paraguay no ha tenido ningún cardenal hasta ahora. No sabría darle la razón. A veces, para la elección de cardenales se balancean, se leen, se estudian los legajos de cada uno, se ve la persona, el carisma, sobre todo, del cardenal, que debería ser el consejero al Papa y asistir al Papa en el gobierno universal de la Iglesia. El cardenal, si bien pertenece a una Iglesia particular, es —y de aquí la palabra— incardinado a la Iglesia de Roma, y tiene que tener una visión universal. Esto no quiere decir que en Paraguay no haya obispos que la tengan, la pueden tener, pero como siempre hay que elegir hasta un número —uno no puede designar más de 120 cardenales electores— entonces, será por eso. Bolivia ha tenido dos. Uruguay ha tenido dos —dos, sí, Barbieri y el actual—. Algunos países centroamericanos tampoco han tenido, pero no es ningún pecado y todo depende de las circunstancias, las personas, el carisma para incardinarse. Y no quiere decir eso un menosprecio o que no tengan valor los obispos paraguayos. Hay obispos paraguayos geniales. Yo me acuerdo de los dos Bogarín que hicieron historia en Paraguay. ¿Por qué no fueron cardenales? Bueno, no fueron. No es un ascenso, ¿no es cierto? Yo me hago otra pregunta: ¿Merece Paraguay tener un cardenal, si miramos la iglesia del Paraguay? Yo diría, merecería tener dos, pero es por lo otro, no tiene nada que ver con los méritos. Es una Iglesia viva, una Iglesia alegre, una Iglesia luchadora y con una historia gloriosa.

Pregunta de Priscila Quiroga, de Cadena A y Cecilia Dorado Nava, de El Deber, de Bolivia:

Su Santidad, por favor, a nosotros nos interesa conocer su criterio en torno a si considera justo el anhelo de los bolivianos de tener una salida soberana al mar, de volver a tener una salida soberana al océano pacífico. Y Santo Padre, en caso de que Chile y Bolivia pidan su mediación ¿usted aceptaría?

Respuesta:

Lo de la mediación es una cosa muy delicada, y sería como un último paso. Es decir, Argentina vivió eso con Chile y fue realmente para evitar una guerra. Fue una situación muy límite y muy bien llevada por quienes la Santa Sede encargó —detrás de los cuales siempre estaba San Juan Pablo II interesándose—, y con la buena voluntad de los dos países, que dijeron: «probemos esto si va». Y es curioso, hubo un grupo, al menos en Argentina, que nunca quiso esa mediación, y cuando el presidente Alfonsín hizo el plebiscito, sobre si se aceptaba la propuesta de mediación, obviamente que la mayoría del país dijo que sí, pero hubo un grupo que se resistió. Siempre cuando se hace una mediación difícilmente todo el país estaría de acuerdo, pero es la última instancia, siempre hay otras figuras diplomáticas que ayudan, en ese caso, facilitadores, etc.

En este momento yo tengo que ser muy respetuoso de esto porque Bolivia hizo un recurso a un tribunal internacional. Entonces, si yo en este momento hago un comentario —yo soy jefe de un Estado— podría ser interpretado como inmiscuirme o una presión, o algo. Tengo que ser muy respetuoso de la decisión que tomó el pueblo boliviano que hizo ese recurso. También sé que hubo instancias anteriores de querer dialogar. No tengo muy claro. El que me dijo una cosa por el estilo, que se estaba cerca de una solución, fue en tiempos del presidente chileno Lagos, pero lo digo sin tener datos exactos. Fue un comentario que me hizo el cardenal Errázuriz. Así que no quisiera decir una «macana» en eso.

También una tercera cosa que quiero dejar clara. Yo en la catedral de Bolivia toqué ese tema de una manera muy delicada, teniendo en cuenta la situación de recurso al tribunal internacional. Recuerdo perfectamente el contexto: «Los hermanos tienen que dialogar, los pueblos latinoamericanos dialogar para crear la patria grande, el dialogo es necesario». Ahí me detuve, hice un silencio y dije: «Pienso en el mar». Y continué: «diálogo y dialogo». Creo que quedé claro que mi intervención fue un recuerdo a ese problema pero respetando la situación como está planteada ahora. Estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación, ni facilitación, hay que esperar.

Prosigue la pregunta: ¿Es justo o no el anhelo de los bolivianos?

Respuesta:

Siempre hay una base de justicia cuando hay cambio de límites territoriales, y sobre todo, después de una guerra. Hay una revisión continua de eso. Yo diría que no es injusto plantearse una cosa de este tipo, ese anhelo. Yo recuerdo que en el año 61, estando en primer año de filosofía, nos pasaron un documental sobre Bolivia —un padre que había venido de Bolivia—, y creo que se llamaba: «Las doce estrellas». ¿Cuántas provincias tiene Bolivia? (Le responden que son 9 departamentos) Entonces se llamaba: «Las 10 estrellas». Y presentaba cada uno de los 9 departamentos, y al final, el décimo departamento, y se veía el mar sin ninguna palabra. Me quedó grabado, eso fue en el año 61. O sea que se ve que hay un anhelo. Claro, después de una guerra de ese tipo surgen las pérdidas y creo que es importante primero el diálogo, la sana negociación. Ahora, en este momento, el dialogo está detenido obviamente por este recurso a La Haya.

Pregunta de Fredy Paredes, de Tele Amazonas, de Ecuador:

Su Santidad, buenas noches, muchas gracias. El Ecuador estaba convulsionado antes de su visita, después de que abandonó el país, volvieron las personas que hacen oposición al gobierno a salir a las calles. Parece ser que su presencia en el Ecuador se quiere utilizar políticamente, especialmente por la frase que usted pronunció: «El pueblo del Ecuador se ha puesto de pie con dignidad». Yo le pregunto de manera puntal, si es que es posible: ¿A qué responde esa frase? ¿Usted simpatiza con el proyecto político del presidente Correa? ¿Usted, cree que las recomendaciones generales que ha dado usted en la visita al Ecuador, con miras a alcanzar el desarrollo, el diálogo, la construcción de democracia, y a no continuar con la política del descarte, como usted la denomina, ya se practica en el Ecuador?

Respuesta:

Evidentemente que sé que había problemas políticos y huelgas, eso lo sé. No conozco los intríngulis de la política del Ecuador y sería necio de mi parte que diera una opinión. Después me dijeron que hubo como un paréntesis durante mi visita, lo cual lo agradezco porque es un gesto de un pueblo en pie, respetar la visita del Papa. Lo agradezco y lo valoro. Ahora, si vuelven las cosas, evidentemente que los problemas y las discusiones políticas siguen. Respecto a la frase que usted dice, me refiero a la mayor conciencia que el pueblo Ecuatoriano ha ido tomando de su valor. Hubo una guerra limítrofe con Perú no hace mucho. Hay historias de guerra. Después una mayor conciencia de la variedad de riqueza étnica de Ecuador. Y eso da dignidad. Ecuador no es un país de descarte, o sea que se refiere a todo el pueblo y a toda la dignidad de ese pueblo, que después de la guerra limítrofe, se ha puesto de pie y ha tomado cada vez más conciencia de su dignidad y de la riqueza de la unidad en la variedad que tiene. O sea que no puede atribuirse a una situación concreta. Porque esa misma frase —me comentaron, yo no lo vi— fue instrumentalizada para explicar ambas situaciones: que el gobierno ha puesto de pie a Ecuador o que se han puesto de pie los contrarios al gobierno. Una frase se puede instrumentalizar y en eso creo que hay que ser muy cuidadosos. Y le agradezco la pregunta porque es una manera de ser cuidadoso. Usted está dando un ejemplo de ser cuidadoso.

Si ustedes me permiten (esto como no me lo preguntaron son cinco minutos más de concesión que les doy si hacen falta). Es muy importante en el trabajo de ustedes la hermenéutica de un texto. Un texto no se puede interpretar con una frase. La hermenéutica tiene que ser en todo el contexto. Hay frases que son justo la clave de la hermenéutica y hay frases que no, que son dichas de paso o plásticas. Entonces, ver todo el contexto, ver la situación, incluso, ver la historia. Ver la historia de ese momento o si estamos hablando del pasado, interpretar un hecho del pasado con la hermenéutica de ese tiempo. O sea, las cruzadas: interpretemos las cruzadas con la hermenéutica como se pensaba en ese tiempo. Es clave interpretar un discurso, cualquier texto, con una hermenéutica totalizante, no aislada. Lo digo como ayuda para ustedes. Muchas gracias. Ahora pasamos al guaraní.

Texto completo, traducido al español, de las preguntas de los demás periodistas y de las respuestas que el Papa dio en italiano

Pregunta de Stefania Falasca, del periódico Avvenire:

En el discurso que Usted ha pronunciado en Bolivia a los Movimientos Populares, ha hablado del nuevo colonialismo y de la idolatría del dinero que somete la economía, y de la imposición de los medios de austeridad que ajustan siempre —como usted ha dicho— el cinturón de los pobres. Ahora, desde hace semanas, nosotros en Europa tenemos este caso de Grecia y del destino de Grecia que corre el riesgo de salir de la moneda europea: ¿Qué piensa usted de cuanto está sucediendo en Grecia y que también concierne a toda Europa?

Respuesta:

Ante todo, porque esta intervención mía en el Congreso de los Movimientos Populares es el segundo. El primero se ha hecho en el Vaticano, en el Aula Vieja del Sínodo. Había unas 120 personas. Es una cosa que organiza Justicia y Paz. Yo estoy cerca de esto, porque es un fenómeno en todo el mundo, en todo el mundo. También en Oriente, en las Filipinas, en India, en Tailandia.

Son movimientos que se organizan entre ellos no sólo para hacer una protesta, sino para ir adelante y poder vivir. Y son movimientos que tienen fuerza, y esta gente, que son tantos y tantas, no se siente representada por los sindicatos, porque dicen que los sindicatos ahora son una corporación, no luchan —ahora estoy simplificando un poco— pero la idea de tanta gente, ésta gente, es que no luchan por los derechos de los más pobres. Y la Iglesia no puede ser indiferente. La Iglesia tiene una Doctrina social y dialoga con este movimiento, y dialoga bien.

Ustedes han visto: han visto el entusiasmo de sentir que la Iglesia no está lejos de nosotros, la Iglesia tiene una doctrina que nos ayuda a luchar por esto. Es un diálogo. No es que la Iglesia hace una opción por el camino anárquico. No, no son anarquistas: éstos trabajan, tratan de hacer tantos trabajos, incluso con los residuos, las cosas que sobran; son trabajadores verdaderamente. Esto es lo primero, la importancia de esto.

Después, sobre Grecia y el sistema internacional yo tengo una gran alergia a la economía, porque papá era contable y cuando no terminaba el trabajo en la fábrica se lo llevaba a casa, el sábado y el domingo, con aquellos libros, de aquellos tiempos, donde los títulos se hacían en gótico… y trabajaba, y yo veía a papá… y tengo alergia.

Yo no entiendo bien cómo es la cosa, pero ciertamente sería simple decir: la culpa es sólo de esta parte. Los gobernantes griegos que han llevado adelante esta situación de deuda internacional, también tienen una responsabilidad. Con el nuevo gobierno griego se ha ido hacia una revisión un poco justa. Yo espero, es la única cosa que puedo decirte, porque no sé bien… que encuentren un camino para resolver el problema griego y también un camino de vigilancia para no recaer, en otros países, en el mismo problema, y que esto nos ayude a ir adelante, porque el camino del préstamo y de las deudas, al final, al final no termina jamás.

Me han dicho hace un año más o menos, pero no sé si… esta es una cosa que he oído, que había un proyecto en las Naciones Unidas (si alguno de ustedes sabe esto sería bueno que lo explique), había un proyecto por el cual un país puede declararse en bancarrota, que no es lo mismo que el default, sino que es un proyecto que he oído y que no sé cómo fue, si era verdad o no. Lo digo para ilustrar como algo que he oído, pero si una empresa puede hacer una declaración de bancarrota, ¿por qué un país no puede hacerla y así se va en ayuda de los demás? Estos eran los fundamentos de este proyecto, pero de esto no puedo decir nada más. Después, por lo que se refiere a las nuevas colonizaciones: evidentemente van todas sobre los valores. La colonización del consumismo. El hábito del consumismo ha sido un progreso de la colonización. Porque la costumbre te lleva a un hábito que no es el tuyo y también te desequilibra la personalidad. El consumismo desequilibra también la economía interna y la justicia social, como también la salud física y mental, tanto por dar un ejemplo.

Pregunta de Anna Matranga, de CBS News:

Santidad, uno de los mensajes más fuertes de este viaje ha sido que el sistema económico impone a menudo la mentalidad del provecho a toda costa, en detrimento de los pobres. Ello es percibido por los estadounidenses como una crítica directa a su sistema y modo de vivir. ¿Cómo responde usted a esta percepción? Y ¿cuál es su evaluación del impacto en los Estados Unidos, en el mundo?

Respuesta:

Lo que dije, esa frase, no es nueva. Lo he dicho en la Evangelii Gaudium: «esta economía mata». Esa frase la recuerdo bien. Hay un contexto. Y la he dicho en la Laudato si’. La crítica no es una cosa nueva, ya se sabe. He oído que ha habido algunas críticas en los Estados Unidos. Lo he oído. Pero no las he leído y no he tenido tiempo de estudiarlas bien, porque cada crítica se debe recibir y estudiar, para luego hacer el diálogo. Usted me preguntará, qué pienso, pero si no he dialogado con los que hacen la crítica no tengo el derecho de hacer un pensamiento así, aislado. Es lo que yo le diría.

Pregunta:

Usted ahora irá a Estados Unidos, tiene alguna idea sobre cómo será recibido, algún pensamiento sobe la nación…

Respuesta:

No. Tengo que comenzar a estudiar ahora, porque hasta hoy he estudiado estos tres Países bellísimos, que son una riqueza y una belleza. Ahora tengo que empezar a estudiar Cuba, porque iré allí dos días y medio, y luego los Estados Unidos, las tres ciudades del Este —porque al Oeste no puedo ir— están Washington, Nueva York y Filadelfia. Sí, tengo que comenzar a estudiar estas críticas y luego dialogar un poco.

Pregunta de Aura Vistas Miguel:

Santidad, ¿qué cosa sintió cuando vio esa hoz y el martillo con Cristo, ofrecido por el Presidente Morales? Y ¿dónde ha terminado ese objeto?

Respuesta:

Yo —es curioso— no conocía esto, y tampoco sabía que el Padre Espinal era escultor y poeta también. Lo he sabido en estos días. Lo he visto y para mí ha sido ha sido una sorpresa.

Segundo: se le puede calificar como el género del arte de protesta. Por ejemplo, en Buenos Aires algunos años atrás se hizo una muestra de un buen escultor, creativo, argentino. Ahora ha muerto. Era arte de protesta, y yo recuerdo un de sus obras que era un Cristo crucificado que estaba sobre un bombardero que caía. Era una crítica del cristianismo que se había aliado con el imperialismo que era el bombardero. El primer punto, entonces, no lo sabía; segundo, yo lo califico como arte de protesta que en algunos casos puede ser ofensivo, en algunos casos.

Tercero, en este caso concreto, el Padre Espinal fue asesinado en los años 80. Era un tiempo en el cual la teología de la liberación tenía diferentes ramas, uno de estos era el análisis marxista de la realidad, y el Padre Espinal pertenecía a este. Esto sí, lo sabía, porque en aquel tiempo yo era rector de la facultad teológica y se hablaba mucho de esto, de las diversas ramas y de quienes eran sus representantes. En el mismo año, el Padre General de la Compañía de Jesús, Padre Arrupe, escribió una carta a toda la Compañía sobre el análisis marxista de la realidad en la teología, un poco deteniendo esto, diciendo: no, no va. Son cosas diferentes, no va, no es justo. Y cuatro años después, en 1984, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer volumen pequeño, la primera declaración sobre la Teología de la Liberación, que critica esto. Luego vino el segundo, que abre las prospectivas más cristianas. Estoy simplificando, ¿no?

Hagamos la hermenéutica de esa época. Espinal es un entusiasta de este análisis de la realidad marxista, pero también de la teología, usando el marxismo. De esto ha salido esa obra. También las poesías de espinal pertenecen a este género de protesta, pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial, con mucha genialidad humana, y que luchaba en buena fe. Haciendo una hermenéutica de este tipo yo entiendo esta obra. Para mí no ha sido una ofensa. Pero he tenido que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no surjan opiniones equivocadas. Este objeto ahora lo llevo conmigo, viene conmigo. Usted tal vez ha escuchado que el Presidente Morales ha querido darme dos reconocimientos, la más importantes de Bolivia, y la otra, el Orden del Padre Espinal, un nuevo reconocimiento. Ahora, yo jamás he aceptado un reconocimiento, no me agrada… Pero él lo ha hecho con tanta buena voluntad y con el deseo de agradecer. Y he pensado que esto viene del pueblo boliviano —he rezado sobre esto—, y he pensado: si lo llevo al Vaticano esto se ira a un museo y ninguno lo verá. Entonces he pensado dejarlo a la Virgen de Copacabana, la Madre de Bolivia, e ira a su santuario: estará en el Santuario de Copacabana la Virgen con estos dos reconocimientos que he entregado. En cambio, el Cristo lo llevo conmigo. Gracias.

Pregunta de Anaïs Feuga:

Durante la Misa en Guayaquil, Usted ha dicho que el Sínodo debía hacer madurar un verdadero discernimiento para encontrar soluciones concretas a las dificultades de las familias. Y después ha pedido a la gente que rece, porque —ha dicho— aun lo que nos parece impuro, nos escandaliza o nos espanta, Dios lo pueda transformar en milagro.

Respuesta:

También aquí haré la hermenéutica del texto. Estaba hablando sobre el milagro del vino bueno y he dicho que las tinajas de agua estaban llenas, pero eran para la purificación. O sea que toda persona que entraba en esa fiesta hacía su purificación y dejaba sus suciedades espirituales. Es un rito de purificación antes de entrar en una casa, o también en el templo. Un rito que nosotros ahora tenemos en el agua bendita: ha quedado eso del rito hebraico. He dicho que justo Jesús hace el vino mejor con el agua de las suciedades, de lo peor. En general, he pensado hacer este comentario: la familia está en crisis, lo sabemos todos, basta leer el Instrumentum laboris, que ustedes conocen bien porque ha sido presentado, está allí… A todo esto me refería, en general: que el Señor nos purifique de estas crisis, de tantas cosas que están escritas en el Instrumentum laboris. Es una cosa en general, no he pensado en ningún punto particular: que nos haga mejores, nos haga familias más maduras… mejores. La familia está en crisis, que el Señor nos purifique y vayamos adelante. Pero las particularidades de esta crisis están todas en el Instrumentum laboris del Sínodo, que está terminado y ustedes lo tienen.

Pregunta de Javier Martínez-Brocal, de Rome Reports:

Santidad, muchas gracias por este diálogo que nos ayuda tanto personalmente y también en nuestro trabajo. Hago la pregunta también en nombre de todos los periodistas de lengua española. Hemos visto cómo salió bien la mediación entre Cuba y Estados Unidos. ¿Piensa que se pueda hacer algo semejante en otras situaciones delicadas del Continente latinoamericano? Pienso en Venezuela y pienso también en Colombia.

Después tengo una curiosidad: pienso en mi padre, que tiene algún año menos que Usted pero tiene la mitad de sus energías. Lo hemos visto en este viaje, lo hemos visto en estos dos años y medio. ¿Cuál es su secreto?

Respuesta:

Cuál es su «droga», querría preguntarme… ¡Eh, esa era la pregunta!

El proceso entre Cuba y Estados Unidos no ha sido mediación. No ha tenido el carácter de mediación. Había un deseo que había llegado. De la otra parte también, deseo… Y después, digo la verdad, esto fue en enero del año pasado, y después han pasado tres meses en que sólo he rezado sobre esto, no me he decidido: ¿pero qué cosa se puede hacer con estos dos, después de más de cincuenta años que están así? Pero después el Señor me ha hecho pensar en un Cardenal. Él ha ido allí, ha hablado, y después no he sabido nada, han pasado los meses y un día el Secretario de Estado (que está aquí) me ha dicho: «Mañana tendremos la segunda reunión con los dos equipos…». —«¿Pero cómo?». —«Sí, se hablan, entre los dos grupos se hablan y están haciendo…». Ha ido solo, no ha sido mediación, ha sido la buena voluntad de los dos países: el mérito es de ellos, son ellos los que han hecho esto. Nosotros no hemos hecho casi nada, sólo pequeñas cosas, y a mediados de diciembre ha sido anunciado. Esta es la historia, verdaderamente, no hay nada más.

A mí me preocupa en este momento que no se detenga el proceso de paz en Colombia. Esto debo decirlo y yo espero que este proceso vaya adelante y en este sentido nosotros estamos siempre dispuestos a ayudar, con tantos modos de ayuda. Pero sería una cosa fea que no pueda ir adelante. En Venezuela, la Conferencia Episcopal trabaja para hacer un poco de paz, pero tampoco allí hay alguna mediación. En lo de Estados Unidos ha sido el Señor y dos cosas casuales, y después ha ido adelante solo; para Colombia deseo y rezo, y debemos rezar para que no se detenga este proceso; es un proceso que dura desde hace más de cincuenta años también allí, ¡y cuántos muertos! He oído que son millones; sobre Venezuela no tengo nada más que decirte.

Ah… la «droga». Pero el mate me ayuda, pero no he probado la coca. Esto está claro, ¡eh!

Pregunta de Ludwig Ring-Eifel, de KNA:

Santo Padre, en este viaje hemos escuchado tantos mensajes fuertes para los pobres, también tantos mensajes fuertes, a veces severos, para los ricos y los poderosos, pero una cosa que hemos oído muy poco eran mensajes para la clase media, es decir, la gente que trabaja, la gente que paga los impuestos, es decir, la gente normal. Mi pregunta es: ¿por qué en el magisterio del Santo Padre hay tan pocos mensajes para esta clase media? Y ¿si hubiera tal mensaje, cuál sería?

Respuesta:

Muchas gracias, es una bella corrección ¡gracias! Usted tiene razón, es una equivocación de parte mía. Debo pensar sobre ello. Haré algún comentario, pero no para justificarme. Usted tiene razón, tengo que pensar un poco. El mundo está polarizado. La clase media se vuelve más pequeña. La polarización entre los ricos y los pobres es grande.

Por qué hablo de los pobres? Porque está en el corazón del Evangelio y siempre hablo del Evangelio sobre la pobreza, aunque sea sociológica. Después, sobre la clase media hay algunas palabras que he dicho, pero un poco «en passant». Pero la gente sencilla, la gente común, el obrero… es un gran valor. Pero creo que usted me está diciendo una cosa que tengo que hacer, tengo que profundizar más el magisterio sobre esto. Le agradezco. Le agradezco por la ayuda ¿eh? Gracias.

Pregunta de Vania de Luca, de Rainews 24:

Usted en estos días ha insistido sobre la necesidad de los recorridos de integración, de inclusión social, contra la mentalidad del descarte. Ha sostenido también proyectos que van en esta dirección del vivir bien. Si bien ya nos ha dicho que aún debe pensar en el viaje a Estados Unidos, ¿piensa que tocará estos temas en la ONU, en la Casa Blanca? ¿Pensaba también en aquel viaje cuando ha hablado de estas problemáticas?

Respuesta:

No, pensaba sólo en este viaje concreto y en el mundo en general. Pero la deuda en este momento de los países del mundo es terrible. Todos los países tienen deudas y hay uno o dos países que han comprado las deudas de los grandes países. Es un problema mundial. Pero con esto no he pensado de modo particular en el viaje a Estados Unidos.

Pregunta de Courtney Walsh, de Fox News:

Santidad hemos hablado un poco de Cuba, adonde Usted va en septiembre antes de ir a Estados Unidos, y del papel que el Vaticano ha tenido en su acercamiento. Ahora que Cuba tendrá un papel mayor en la comunidad internacional, según su opinión, La Habana ¿tendrá que mejorar su reputación sobre el respeto de los derechos humanos, incluida la libertad religiosa? Y ¿Usted cree que Cuba corre el riesgo de perder algo en esta nueva relación con el país más poderoso del mundo?

Respuesta:

Pero, los derechos humanos son para todos y no se respetan los derechos humanos sólo en uno o dos países. Yo diré que en tantos países del mundo no se respetan los derechos humanos, ¡en tantos países del mundo! ¿Y qué cosa pierde Cuba y qué cosa pierden los Estados Unidos? Ambos ganarán algo y perderán algo, porque en un negociado es así. Pero lo que ganarán ambos es la paz. Esto es seguro. El encuentro, la amistad, la colaboración: esto es la ganancia. Pero qué cosa perderán no logro pensarlo, serán cosas concretas, pero siempre en un negociado se gana y se pierde. Volviendo sobre los derechos humanos y sobre la libertad religiosa, pero ¿piensan que en el mundo hay países, también algún país europeo, que no te deja hacer un signo religioso, no? Por diversos motivos, ¿no? Y en otros continentes lo mismo, ¿no? Sí, esto. La libertad religiosa no es respetada en todo el mundo, hay tantos países en los que esto no sucede.

Pregunta de Benedicte Lutaud:

Santidad, Usted se presenta como un nuevo líder mundial de la política alternativa; quisiera saber ¿Por qué apuesta mucho por los movimientos populares y menos por el mundo de la empresa? Y si ¿usted piensa que la Iglesia la seguirá en su mano extendida hacia los movimientos populares que son muy laicos?

Respuesta:

¡Gracias! El mundo de los Movimientos populares es una realidad; es una realidad muy grande, en todo el mundo. ¿Qué cosa hice yo? Lo que hice yo es dar a ellos la doctrina social de la Iglesia, lo mismo que hago con el mundo de la empresa. Existe una Doctrina social de la Iglesia. Si usted lee lo que he dicho a los movimientos populares, que es un discurso bastante grande, es un resumen de la Doctrina social de la Iglesia, per aplicada a su situación. Pero es la Doctrina social de la Iglesia. Todo aquello que he dicho es Doctrina social de la Iglesia, y cuando debo hablar al mundo de la empresa digo lo mismo, es decir, lo que le dice al mundo la empresa la Doctrina social de la Iglesia. Por ejemplo en la Laudato si’ hay una parte sobre el bien común y también sobre la deuda social de la propiedad privada que va en este sentido; pero es aplicar la Doctrina social de la Iglesia.

Prosigue la pregunta: ¿Usted piensa que la Iglesia lo seguirá en esta mano tendida?

Respuesta:

Soy yo el que sigue a la Iglesia aquí, porque simplemente predico la Doctrina social de la Iglesia en este Movimiento. No es una mano tendida a un enemigo, no es un hecho político. Es un hecho catequético. Quiero que esto quede claro. Gracias.

Pregunta de Cristina Cabrejas:

Santo Padre ¿no tiene algo de temor de que sus discursos sean instrumentalizados por los gobiernos, por los grupos de poder, por los movimientos? Gracias.

Respuesta:

Repito un poco lo que dije al comienzo. Cada palabra, cada frase de un discurso puede ser instrumentalizada. Es lo que me preguntaba el periodista ecuatoriano. Justo la misma frase, algunos decían que era a favor del gobierno y otros que estaba en contra del gobierno. Por ello me he permitido hablar de hermenéutica total. Y siempre son instrumentalizados. Algunas veces llegan noticias que toman una frase y además fuera de contexto. Sí, no tengo miedo, simplemente digo ¡pero miren el contexto! Si me equivoco, con un poco de vergüenza pido perdón y voy adelante.

Prosigue la pregunta, ¿Me permite una broma: qué piensa de estas autofotos, selfies, en plena Misa, que se toman los jóvenes, los niños, los colegas?

Respuesta:

¿Qué pienso? Es otra cultura. Me siento bisabuelo. Hoy, al despedirme, un policía, grande, habrá tenido cuarenta años, me dijo: me tomo un selfie. Yo le dije: pero tú eres un adolescente. Sí, es otra cultura, pero la respeto.

Pregunta de Andrea Tornielli:

Santo Padre, en síntesis, ¿qué mensaje ha querido dar a la Iglesia latinoamericana en estos días? Y, ¿qué papel puede tener la Iglesia latinoamericana, también como signo en el mundo?

Respuesta:

La Iglesia latinoamericana tiene una grande riqueza: es una la Iglesia joven, y esto es importante. Una Iglesia joven con una cierta frescura, también con algunas informalidades, no tan formal. También, tiene una rica teología, de búsqueda. Yo he tenido que dar ánimo a esta Iglesia joven y creo que esta Iglesia nos puede dar tanto a nosotros. Digo una cosa que me ha impactado mucho. En los tres países, en todos ellos, estaban en las calles los papás, las mamás con los niños; hacían ver a los niños. Nunca he visto tantos niños, tantos niños. Es un pueblo —y también la Iglesia es así— que es una lección para nosotros, para Europa, donde el descenso de los nacimientos asusta un poco, y también las políticas para ayudar a las familias numerosas son pocas. Pienso que Francia, que tiene una buena política para ayudar a las familias numerosas ha llegado creo, a más del dos por ciento, mientras otros están cercanos al cero, aunque no todos. Creo que en Albania el 45 %, pero en Paraguay además el 70 % de la población es de 40 años para abajo. La riqueza de este pueblo y de esta Iglesia es que se trata de una Iglesia viva. Es una riqueza, una Iglesia de vida. Esto es importante. Creo que nosotros tenemos que aprender de esto y corregir, porque al contrario, si no viene los hijos… Es aquello que me llega tanto «el descarte»: si descartan los hijos, si descartan los ancianos, con la falta de trabajo se descartan los jóvenes. Por esto los pueblos nuevos, los pueblos jóvenes nos dan más fuerza. Para la Iglesia, que diría una Iglesia joven —con tantos problemas, porque tiene problemas— creo que éste sea el mensaje que yo encuentro: no tengan miedo por esta juventud y esta frescura de la Iglesia. Puede ser una Iglesia un poco indisciplinada, pero con el tiempo se disciplinará, y nos da tantas cosas buenas.