El enviado del Papa relata su encuentro con los refugiados sirios - Alfa y Omega

El enviado del Papa relata su encuentro con los refugiados sirios

A su regreso del Líbano, donde ha visitado a refugiados huidos del conflicto sirio, el cardenal Sarah confiesa su conmoción ante la dura realidad que ha encontrado, con impactantes encuentros, imposibles de borrar de la memoria, como el de una madre, que pidió al enviado del Papa ayuda para salvar a su pequeño, o el de una musulmana, que le dijo: «Ustedes me han tratado como un ser humano. Me han devuelto mi dignidad»

Redacción

Con profunda emoción, el enviado de Benedicto XVI al Líbano, el cardenal Robert Sarah, renueva su llamamiento por la paz en Siria y cuenta a Radio Vaticano el desarrollo de su misión en Beirut, donde mantuvo encuentros con refugiados y con los responsables de la Iglesia local.

El cardenal Sarah, Presidente del Pontificio Consejo Cor Unum para la promoción humana y cristiana, llevó una ayuda de un millón de dólares en nombre del Papa y de los obispos participantes en el reciente Sínodo sobre la Nueva Evangelización, y coordinó un encuentro con cerca de 20 agencias caritativas católicas que trabajan en El Líbano, Siria, Jordania, Turquía e Irak. El grueso de la ayuda papal (700 mil dólares) va destinada a Siria, y el resto, a las otras Caritas (Turquía, Líbano, Jordania e Irak).

A su regreso al Vaticano, el cardenal explica que la iniciativa del Papa fue recibida con gran alegría y gratitud por parte de las autoridades religiosas y civiles. Durante su viaje, del 7 al 10 de noviembre, mantuvo un encuentro con las más altas personalidades civiles y religiosas. Pero el motivo principal del viaje era conocer de primera mano la situación de los prófugos en los campos de refugiados, donde falta agua, luz y todo tipo de medidas higiénicas. el cardenal Sarah contó dos episodios en particular: el de una madre con un niño de cuatro meses, que llorando pedía que salvaran a su pequeño. Y el de una mujer musulmana, cubierta con el velo, que le agradeció entre sollozos la ayuda recibida, y le dijo textualmente: «Ustedes me han tratado como un ser humano. Me han devuelto mi dignidad, esa que no encontré nunca en mi comunidad religiosa». También los musulmanes -explicó- sienten emoción ante la forma en que la Iglesia se dirige a todo ser humano, en especial a los más necesitados.

Abundan las necesidades entre los refugiados. «Necesitan sobre todo alimentos, medicinales, agua, electricidad, porque cuando oscurece no se ve nada», explicó. Además, «Dentro de poco será invierno y necesitan ropa y calefacción». Cáritas Líbano, resalta el purpurado, intenta salir al paso de las primeras necesidades, pero el trabajo se acumula. «Siria tiene más de dos millones de desplazados». Por eso, «pedimos a tantas otras organizaciones caritativas de la Iglesia que aumenten su generosidad, porque sabemos que la guerra puede causar más prófugos y se podrá necesitar más ayuda».

En esta difícil situación, en la que no se vislumbra a corto plazo una solución, el cardenal Sarah hace suyo el apremiante llamamiento de Benedicto XVI a la comunidad internacional para que intente detener inmediatamente el conflicto, ya que «un día podría ser demasiado tarde. Creo que si la Comunidad internacional escucha la voz del Santo Padre y decide sentarse para discutir, podemos encontrar una solución». Los cristianos, en particular, «debemos rezar, porque el Señor ha dicho: sin mí no podrán hacer nada».

RV / Redacción