«No nos caben las experiencias en la maleta» - Alfa y Omega

«No nos caben las experiencias en la maleta»

Entusiasmo por buscar nuevas formas de anunciar el Evangelio a los jóvenes, conciencia de la importancia de la oración, alegría por el ambiente de comunión que se vivió y también muchas ideas nuevas es el fruto que ha dejado el I Congreso Nacional de Pastoral Juvenil, de Valencia, a las 2.300 personas que asistieron a él. Ofrecemos aquí algunos de sus testimonios:

María Martínez López
Lluís Taltavull y Laura Moya, diócesis de Menorca

Lluís Taltavull y Laura Moya, diócesis de Menorca:

«Hemos venido con el Delegado de Juventud de Menorca, con quien ya estuvimos trabajando para la JMJ. Fue en ese momento cuando nos implicamos más en la Iglesia. Aquí hemos visto muchas ideas nuevas. Menorca es muy pequeña, y cuando ves las múltiples realidades que hay en toda España te impresiona. Tenemos muchas ganas de hacer algo más. Ya antes de venir al Congreso teníamos la idea de empezar una oración con jóvenes, aunque fuese a nivel parroquial. Pero unos chicos de Pamplona nos han dado la idea fenomenal de hacerla a nivel diocesano, como hacen allí. Nos han dado los contenidos que usan ellos, y nos han dado su teléfono y su dirección, para hacerla el mismo día a la misma hora, y estar en contacto, rezando unos por otros».

Padre Raúl García Herraez, Delegado de Pastoral Universitaria de Ávila:

«Hemos venido el Delegado de Juventud y yo, con 18 jóvenes. Aquí, sobre todo, ha subrayado mucho la necesidad de insistir en el primer anuncio, que en la Iglesia habíamos tenido olvidado, mientras nuestra pastoral se centraba en mantener lo que ya teníamos. Intentamos llevarnos ideas de cómo hacer esto en Ávila. Nos ha sorprendido mucho, por ejemplo, la idea de evangelización en la calle de los Centinelas del Mañana, y algunos de los chicos la han experimentado. Nuestros jóvenes estaban ilusionados, porque están necesitados de ver formas nuevas para transmitir el mismo mensaje. Al salir de algún taller han criticado precisamente que era lo mismo de siempre. Pero hemos encontrado también muchas novedades».

Hermana Carmen Señor, Siervas de Jesús:

«Nuestros obispos han convocado este congreso para ver la necesidad que el joven tiene ahora de Dios, y nos están entusiasmando y lanzando para salir a su encuentro. Vemos que nuestros jóvenes nos están gritando a través del botellón y de otras cosas: ¡Salvadnos, buscadnos! Este congreso me ha reafirmado en una percepción que tenía, de que la Iglesia hasta ahora quizá había aparcado un poco el encuentro íntimo con el Señor. Yo he sido misionera en Asia y América, y allí no es así. En Filipinas, cada iglesia tiene el Santísimo expuesto, y de ahí están surgiendo vocaciones, porque la gente está en contacto con Dios. En Europa, te encuentras un ambiente absolutamente frío. No podemos quitar a Dios de nuestra intimidad, porque el hombre sin Dios es un esqueleto ambulante que no llega a nadie. Pero de la oración sale la vida del hombre. El hombre con Dios transmite y lleva la vida de Dios a los demás. Y eso es ser evangelizador».

Hermana Miriam Reinoso, Siervas de Jesús:

«Me llevo del Congreso que es bien importante el testimonio y la coherencia de vida, y la importancia de la oración. Aquí hemos oído, continuamente, que es Dios el que hace las cosas. Debemos dejarnos hacer y conducir por Dios. Y Él nos llevará a grandes retos y grandes cambios en nuestra vida que serán como una ráfaga que va a contagiar a otros».

Rafael Altamirano, Salesianos de Cádiz:

«Las ponencias y talleres han sido buenos pero, más que nada, me llevo la experiencia de vivir juntos como Iglesia. La experiencia de la JMJ continúa, y puede ser un proyecto común de la Iglesia en España, ante la emergencia de educar a los jóvenes».

Rocío, Acción Católica Teruel-Albarracín:

«No nos caben las experiencias en la maleta. Ha sido muy enriquecedor compartirlas con el resto de participantes. Ves cómo el resto de la gente trabaja con sus jóvenes, y vamos a poder coger un poquito de cada cosa. También me ha encantado ver que caminamos juntos, que somos una verdadera comunidad de cristianos».

Hermana Ruth Egido, Pureza de María:

«El Espíritu Santo ha estado aleteando por aquí. Hemos de fijar la mirada en Cristo para tener una mirada llena de esperanza para con nuestros jóvenes. Tenemos una misión grande, impresionante. Cristo cuenta con nosotros, y estamos con muchas ganas de dar ese gran mensaje que tenemos a nuestros jóvenes y nuestros niños».