Margot, víctima del accidente ferroviario de Santiago: «Nunca me enfadé con Dios» - Alfa y Omega

Margot, víctima del accidente ferroviario de Santiago: «Nunca me enfadé con Dios»

Margot viajaba a La Coruña a ver a su padre cuando el Alvia en el que iba descarriló. Era el 24 de julio de 2013. En una entrevista publicada en El Español, comparte sus recuerdos, la fuerza que ha recibido de la fe, y el desamparo que ha sentido por parte de Renfe y de la Administración

Redacción

«Lo primero que recuerdo es el momento del impacto». Así comienza la entrevista publicada este viernes en El Español a Margot Vivera, víctima del accidente del Alvia a Santiago, del que se cumplen tres años. Margot viajaba a La Coruña porque iban a operar a su padre del hombro. La entrevista la firma Belén Ester Casas, periodista, crítico de cine… y prima de Margot.

Después de descarrilar el tren, Margot perdió el conocimiento. «Al despertarme, miro a mi alrededor y aquello es como una guerra… Pensé en ayudar pero cuando traté ponerme de pie sentí los huesos bailarme dentro de la pierna. Así que me senté a esperar, sin más. Rezaba sin parar. Me aferré al padrenuestro pero no lograba terminarlo. Decía Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre… y no podía seguir. Una vez tras otra. No sé cuánto tiempo pasó pero la oración me acompañó en todo momento». Durante ese tiempo, «vi una sombra que se llevaba a la gente que iba muriendo y un manto de luz que abrazaba a las personas vivas… Y tengo la certeza de que era el ángel de la guarda de cada uno que nos protegía».

Después de que los vecinos de Angrois la rescataran tumbada sobre una puerta, Margot pasó diez días en la UCI, y luego casi dos meses más ingresada. «Al enterarme de la gravedad del accidente, me sentí fatal durante mucho tiempo. Pensaba: ¿Y por qué se ha muerto esa señora o ese niño pequeño? Ahora lo pienso y reconozco mucho más la suerte que tuve. Creo que mi ángel de la guarda me salvó y que Dios me quería aquí, pero estuve mucho tiempo del otro lado. Estuve mucho tiempo en el lado de los muertos. Algo de mí se fue con quienes murieron aquel día y me costó tiempo recuperarlo y volver a ser yo».

«Esto no me lo ha hecho Dios»

Sin embargo, «nunca me enfadé con Dios. Soy católica, tengo una fe muy arraigada desde niña y nunca se me pasó por la cabeza enfadarme con Dios. ¿Por qué me voy a enfadar? ¡Al revés! Algunas personas me decían: “¡Cómo Dios ha podido permitir esta catástrofe!”. Y yo a esas personas siempre les digo que Dios no quiere que haya catástrofes, que no quiere que un niño se muera, que nos creó a todos con nuestras virtudes y defectos y aquel día hubo un grandísimo fallo humano. Pero esto no me lo ha hecho Dios».

Además del testimonio, su entrevista sirve de denuncia: «He sentido el desamparo de la Administración… Al principio los responsables de Renfe me dieron todo tipo de facilidades» para acudir a las revisiones médicas en La Coruña, donde le hacen el seguimiento de las múltiples heridas que sufrió. «Pero fue pasar el primer año y la desatención ha ido yendo de mal en peor».

Pero esta mujer fuerte vuelve a mirar lo positivo: «¿Sabes lo que me emociona especialmente? Saber todas las personas que aquella noche se movilizaron para averiguar si estaba viva. Todos estaban pendientes de mí y se crearon muchas cadenas de oración para pedir por mi recuperación. Estoy convencida de que ese empuje me ha ayudado en este proceso».

La entrevista a Margot se puede leer completa aquí: «Iba en el Alvia y Renfe no me hace caso»