La trata de personas es una «llaga en el cuerpo de Cristo», dice el Papa - Alfa y Omega

La trata de personas es una «llaga en el cuerpo de Cristo», dice el Papa

El Papa Francisco calificó de «crimen contra la humanidad» la trata de personas, y pidió «aunar esfuerzos» para erradicarla. Lo hizo la mañana del jueves, ante los cerca de 120 participantes en el segundo congreso celebrado en el Vaticano en torno al tráfico humano, que ha tenido lugar los días 9 y 10 de abril en la Casina Pío IV, sede de la Pontificia Academia de las Ciencias y las Ciencias Sociales

Cristina Sánchez Aguilar

«Es un encuentro importante, pero también es un gesto de la Iglesia, de las personas de buena voluntad que quieren gritar ¡basta!», exclamó el Santo Padre ante un centenar de participantes en el encuentro, muchos de ellos jefes de policía de países como España, Brasil, India, Estados Unidos o miembros de la Interpol. «La trata de personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad», afirmó. «El mismo hecho de que estemos aquí para aunar nuestros esfuerzos significa que queremos que nuestras estrategias y nuestras áreas de experiencia estén acompañadas y reforzadas por la misericordia del Evangelio y por la cercanía a los hombres y a las mujeres que son víctimas de este crimen», añadió el Papa.

Asimismo, el Pontífice aludió a la diversidad de los participantes: unos, «autoridades del orden público que luchan contra esta trágica realidad por medio de una aplicación firme de la ley»; y otros, «agentes humanitarios y sociales, cuya misión es la de proporcionar acogida a las víctimas, calidez humana y la posibilidad de rescatar sus vidas». Son dos enfoques diferentes, admitió, «pero pueden y deben ir de la mano. El diálogo y el intercambio de opiniones, sobre la base de estos dos enfoques complementarios, es muy importante. Por este motivo las conferencias como ésta son extremadamente útiles y, yo diría, más aún necesarias».

El Santo Padre concluyó su discurso recalcando que «es una señal importante de el hecho de que, un año después del primer encuentro, se hayan querido reunir nuevamente, llegando de tantas partes del mundo, con el fin de avanzar en sus esfuerzos comunes. Les doy las gracias por su colaboración y ruego al Señor que los ayude y a la Virgen Santa que los ampare. ¡Gracias!».