A Belle, analfabeta, la engañaban cada día en su negocio. Gracias a Manos Unidas, ya no - Alfa y Omega

A Belle, analfabeta, la engañaban cada día en su negocio. Gracias a Manos Unidas, ya no

124 millones de niños y adolescentes y otros 757 millones de adultos en el mundo son analfabetos. Las dos terceras partes son mujeres. En el último año, desde Manos Unidas hemos apoyado 224 proyectos de carácter educativo por importe de 11.718 millones de euros. Pero con motivo del Día Internacional de la Alfabetización queremos contaros uno muy especial en el barrio de Delmas, en Puerto Príncipe (Haití)

Manos Unidas
Beneficiaria del proyecto de alfabetización de Delmas. Foto: Manos Unidas

La alfabetización (poseer competencias básicas en lectura y escritura) es un derecho humano esencial del que carecen 757 millones de adultos en el mundo. Las dos terceras partes de los analfabetos son mujeres, que ven mermadas sus posibilidades de romper el círculo de la pobreza por su incapacidad para leer, escribir o manejarse con soltura con los números. En septiembre, cuando los estudiantes españoles se preparan para la «vuelta al cole», nos acercamos con nuestra campaña Luchamos Contra la Pobreza, ¿te apuntas? a Haití, donde hemos tomado apuntes de cómo la alfabetización es una de las armas más poderosas para luchar contra la pobreza.

A pesar de que la escolarización es fundamental para lograr el desarrollo sostenible y que los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ODM, otorgan a la educación primaria universal un papel preponderante en la lucha contra el hambre y la pobreza, nos encontramos con que, en el año 2015, «el número de niños y adolescentes sin escolarizar está aumentado y asciende a 124 millones en todo el mundo», según el mensaje de la Directora General de la Unesco para el Día de la Alfabetización.

Además, «unos 250 millones de niños en edad de cursar enseñanza primaria no dominan las competencias básicas en lectura y escritura aunque estén escolarizados».

En Manos Unidas, conscientes del papel fundamental que juega la educación en el desarrollo de los pueblos, el año 2014 apoyamos 224 proyectos de carácter educativo por importe de 11.718 millones de euros. Y porque sabemos que la lucha contra la pobreza es cosa de todos, instamos a gobiernos e instituciones a que promuevan una educación de calidad a todos los niveles, que ofrezca a todos los ciudadanos las mismas oportunidades de labrarse un futuro digno, en unas sociedades que avanzan a ritmo vertiginoso.

Manos Unidas trabaja también para que muchas personas, fundamentalmente mujeres, que se vieron privadas de su derecho a la escolarización, adquieran los conocimientos suficientes para poder manejarse en el día a día.

Beneficiaria del proyecto de alfabetización de Delmas. Foto: Manos Unidas

Antes de los microcréditos, saber leer

Este 8 de septiembre, que se celebra el Día Internacional de la Alfabetización, os acercamos a uno de estos proyectos, en apariencia pequeño, pero que ha logrado que personas como Antoine, Belle o Rose Marie, víctimas de la pobreza y la falta de conocimientos, hayan sido capaces de poner en marcha pequeños negocios. Esto les permite generar ingresos con los que mantener a sus familias en Delmas, uno de los barrios más pobres de Puerto Príncipe, la capital de Haití, todavía marcada por las consecuencias del terrible terremoto que asoló gran parte del país en enero de 2010.

 La mayoría de los 80.000 habitantes de Delmas se hacinan en viviendas carentes de servicios básicos, como el agua corriente o en saneamiento. Aquí la pobreza se percibe con los cinco sentidos, en cada casa y a cada paso. Ya en 2004 y 05 el barrio albergó algunas de las «batallas urbanas» y actos de protesta contra el Gobierno, que causaron decenas de víctimas y que llevaron a la ONU a crear la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH).Probablemente la pobreza, y la precariedad de las construcciones fueron la causa de que el terremoto de 2010 dejara el barrio destruido. En Delmas el seísmo no solo destrozó las casas y la poca infraestructura, sino los sueños de futuro de miles de personas que perdieron hasta la esperanza bajo los escombros. Las condiciones de vida del barrio, «un lugar donde la gente vive hombro con hombro, esperando que algún día la vida sea mejor», llevaron al padre Andrew Labatorio, encargado de la parroquia de San Judas, a poner en marcha, junto a sus feligreses una serie de proyectos de generación de ingresos que permitieran devolver a estas personas esa esperanza que nunca debieron perder.

«Queríamos empezar algunos proyectos de microcréditos, para que las mujeres como Belle, que se tuvieron que hacer cargo de sus nietos, huérfanos tras el terremoto, pudieran obtener ingresos para mantener a los niños. Pero nos encontramos con que Belle, y como ella otros muchos, eran incapaces de entender la cuentas y eran engañados día tras día», nos explica el sacerdote.

Antoine tampoco era capaz de comprender las instrucciones para poner en marcha un huerto urbano en el tejado de su casa y a Rose Marie le costaba comprender los consejos del médico. Esto llevó al padre Andrew a poner en marcha, con apoyo de Manos Unidas, cursos de alfabetización tres días a la semana, en los que 200 adultos, principalmente mujeres, aprenderán a comprender lo que leen y a manejarse con las cuentas básicas y la escritura, lo que, además de abrirles las puertas a negocios que les permitan salir de la pobreza, aumentará sus conocimientos y su autoestima.La financiación de Manos Unidas se destina a la compra de material didáctico y al pago de los profesores, mientras que los beneficiarios aportan una pequeña cuota de inscripción y la parroquia aporta los locales, sus gastos y el personal administrativo.«La alfabetización es más, mucho más que leer y escribir. Es la habilidad de leer el mundo, es la habilidad de continuar aprendiendo y es la llave de la puerta del conocimiento».

Paolo Freire / Manos Unidas