El maestro. La educación puede cambiar el mundo - Alfa y Omega

El maestro. La educación puede cambiar el mundo

Juan Orellana

Se estrena otra película de tema educativo, en la línea de las recientes Conducta y La historia de Marie Heurtin, reseñadas en este semanario. Una historia real que subraya aspectos esenciales de una verdadera educación.

El director italiano Giacomo Campiotti, ojito derecho de la cadena estatal RAI para miniseries de ficción, vuelve a un biopic después de haber adaptado notablemente la novela Blanca como la leche, roja como la sangre. Ya antes había realizado con éxito las series biográficas sobre Bakhita, san Felipe Neri (Prefiero el Paraíso), Moscati (El médico de los pobres), María de Nazaret, y un largo etcétera de producciones acogidas calurosamente por el público. Con El maestro, Campiotti afronta la historia de Alberto Manzi, un profesor que fue conocido por el público italiano cuando se convirtió en el presentador del programa educativo de televisión Nunca es demasiado tarde (Non è mai troppo tardi, que coincide con el título italiano de la película). Este programa, emitido desde 1960 a 1968, representó un importante hito en la batalla contra el analfabetismo en Italia.

La miniserie llega a nuestras pantallas en una versión para cine que necesariamente acorta sustancialmente el metraje original. Por ello se nos cuenta exclusivamente la época en la que Manzi trabajó con los presos de la cárcel de menores Aristide Gabelli de Roma. La otra parte de la serie, no recogida en el film, relata sus trabajos en la escuela y la televisión.

Manzi fue un maestro que nadó siempre contracorriente. Desde posiciones moderadas de izquierda, luchó sin descanso por enseñar a leer y escribir a los más pobres, para que pudieran llegar a tener un pensamiento libre y propio. Al menos, esto es lo que destaca Campiotti de su interés por el personaje. La película muestra algunos factores esenciales de la tarea educativa, en especial esa fe inquebrantable del educador en la condición humana, que, por muy deteriorada que se encuentre, siempre está herida por un deseo de bien y belleza que alimenta el interés por la realidad despertado por el maestro. Otro factor muy interesante es el constante riesgo de la libertad que señala el film, expresado de manera muy persuasiva en la secuencia de la excursión al campo, en la que los reclusos, si quieren, pueden huir. Saben que si lo hacen perjudicarán a su profesor, que ha arriesgado tanto por ellos. Por tanto el dilema es muy interesante: ¿qué valoran más? ¿su fuga de la cárcel –tantas veces soñada y deseada–, o su relación con el maestro, que es una esperanza para su vida más real que una torpe huida?

El actor Claudio Santamaria encarna con mucha fuerza al personaje de Manzi. Al prepararse el personaje, Santamaria llegó a la conclusión de que a través de la educación se puede cambiar el mundo. Muy importante en la vida de Manzi fue el amor de su vida, Ida (Nicole Grimaudo), que no solo fue la madre de sus hijos, sino también un ferviente apoyo en todos sus a menudo incomprendidos proyectos.

El maestro
Director:

Giacomo Campiotti

País:

Italia

Año:

2014

Género:

Drama

Público:

Todos los públicos