Fiesta de la cátedra de San Pedro - Alfa y Omega

Fiesta de la cátedra de San Pedro

El 22 de febrero, la Iglesia celebra la solemnidad de la cátedra de San Pedro, una fiesta que «subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los apóstoles», en palabras de Juan Pablo II. El año pasado, Benedicto XVI se refirió a la fiesta como «un signo de autoridad, pero de la autoridad de Cristo, basada en la fe y en el amor»

Redacción

La festividad de la cátedra de San Pedro se remonta al cuarto siglo. La palabra cátedra significa asiento o trono, y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también sede (asiento o sitial): la sede es el lugar desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del obispo de Roma, el Papa.

En 2011, Benedicto XVI, durante la celebración de esta fiesta, explicó: «La cátedra es el sitial reservado para el obispo, y de ahí deriva el nombre de catedral dado a la iglesia donde, precisamente, el obispo preside la liturgia y enseña al pueblo. La cátedra de San Pedro, representada en el ábside de la basílica vaticana por una monumental escultura de Bernini, es símbolo de la misión especial de Pedro y de sus sucesores de pastorear el rebaño de Cristo, manteniéndolo unido en la fe y en la caridad. Ya a inicios del siglo II, san Ignacio de Antioquía atribuía a la Iglesia que estaba en Roma un singular primado, saludándola, en su carta a los Romanos, como la que «preside en la caridad». Esta función especial de servicio le viene a la comunidad romana y a su obispo por el hecho de que en esta ciudad derramaron su sangre los apóstoles Pedro y Pablo, así como otros muchos mártires. Volvemos, así, al testimonio de la sangre y de la caridad. La cátedra de Pedro, por lo tanto, es ciertamente un signo de autoridad, pero de la autoridad de Cristo, basada en la fe y en el amor».

Su predecesor, Juan Pablo II, también en esta solemnidad, recordaba que «la festividad litúrgica de la cátedra de San Pedro subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los apóstoles, de confirmar y guiar a la Iglesia en la unidad de la fe. En esto consiste el ministerium petrinum, ese servicio peculiar que el obispo de Roma está llamado a rendir a todo el pueblo cristiano. Misión indispensable, que no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra angular de la comunidad eclesial». «Recemos -dijo- para que la Iglesia, en la variedad de culturas, lenguas y tradiciones, sea unánime en creer y profesar las verdades de fe y de moral transmitidas por los apóstoles».

La cátedra es en realidad el trono que Carlos el Calvo regaló al Papa Juan VIII y en el que fue coronado emperador el día de Navidad del año 875. Carlos el Calvo era nieto de Carlomagno. Durante muchos años la silla fue utilizada por el Papa y sus sucesores durante las ceremonias litúrgicas, hasta que fue incorporada al Altar de la Cátedra de Bernini en 1666.

Tradiciones, leyendas y creencias afirmaron, durante muchos años, que la silla era doble y que algunas partes se remontaban a los primeros días de la era cristiana e incluso que la utilizó San Pedro en persona. La silla ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los siglos y la última vez que fue extraída del nicho que ocupa en el altar de Bernini fue durante un período de seis años, entre 1968 y 1974. Los análisis efectuados en aquella ocasión apuntaban a que se trataba de una sola silla cuyas partes mas antiguas eran del siglo VI. Lo que se había tomado por una segunda silla era en realidad una cubierta que servía tanto para proteger el trono como para llevarlo en procesión.

Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la cátedra de San Pedro permanece iluminado todo el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la misa del Capítulo de San Pedro.