Un amigo en la universidad - Alfa y Omega

Un amigo en la universidad

Las capillas universitarias de la Universidad Complutense de Madrid son utilizadas diariamente por 2.000 estudiantes y están abiertas a todos. Son una «casa acogedora abierta a todos los que busquen o necesiten remansos de paz, de serenidad, de reflexión», asegura el delegado diocesano de Pastoral Universitaria, Feliciano Rodríguez. Los capellanes representan una figura clave y ofrecen su ayuda para acompañar a lo largo de «la carrera de la vida». Es el caso de don Hilario Mendo, capellán en Derecho, que ha grabado un vídeo de su participación en una maratón en Estocolmo para recordar que «San Pablo habla de que la vida es una carrera y que lo importante es llegar al final, llegar a Dios». Termina con este ofrecimiento: «Tienes un amigo que te está esperando»

José Calderero de Aldecoa

La pasada semana, el padre Feliciano Rodríguez, delegado episcopal de Pastoral Universitaria de Madrid hizo público un texto titulado Capillas universitarias, ¿para qué? en el que aportó, «desde el conocimiento directo, algunas razones y datos sobre su función y naturaleza». En concreto, el delegado de Pastoral Universitaria habló de un triple servicio de las capillas en la universidad:

1) Las capillas son, en primer lugar, una ayuda para vivir la fe. Esta ayuda se dirige, lógicamente, a los católicos, que en el caso de Madrid son aproximadamente el 85 % de los universitarios.

2) El segundo servicio tiene que ver con la sabiduría y la búsqueda de la verdad. […] Las capillas de nuestros campus, y con ellas toda la Pastoral Universitaria, están insertas en un ámbito que les es connatural. La búsqueda de Dios (quaerere Deum) es, de suyo y necesariamente, búsqueda de la Verdad. Por eso lejos de anular la razón, la estimulan, la provocan, la «ensanchan», pues el misterio, como el sol, si ciega cuando se le mira de frente, no es precisamente por ausencia de luz, sino por todo lo contrario.

3) Y por fin, las capillas prestan un inestimable servicio de caridad y de solidaridad que no podemos olvidar. Son muchos los universitarios que cada año, estimulados en su generosidad, se benefician de este servicio. Ayudando a otros, los jóvenes descubren la alegría de darse a los demás, de sacar lo mejor de sí mismos.

Estos tres servicios son posibles gracias al trabajo constante de los capellanes de las distintas facultades, que a diario trabajan por llevarlos a cabo. La facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid está a cargo de don Hilario Mendo, capellán de la facultad en la que estudió antes de ordenarse sacerdote.

Tal y como confiesa en un vídeo, que subió a la red social Youtube poco antes de empezar este año 2013, a don Hilario le «apasiona el atletismo, y especialmente las carreras de maratón. En el verano de 2012 tuve la ocasión de participar en la carrera de Maratón conmemorativa que se celebró en Estocolmo, con ocasión del primer maratón que se celebró allí», y esto le recordó a la carrera de la vida. «San Pablo habla de que la vida es una carrera y que lo importante es llegar al final, llegar a Dios», y para ello don Hilario ofrece su ayuda: «Te puedo ayudar, te puedo acompañar y te lo ofrezco. Te ayudaré para que llegues al final».

El sacerdote termina el vídeo dirigiéndose a los alumnos de la Facultad de Derecho: «Tienes un amigo que te está esperando», dice. El ofrecimiento no es una búsqueda desesperada de fieles, somp una nueva forma de acercarse a los universitarios para que se sumen a los cerca de 2.000 alumnos que diariamente asisten ya a las celebraciones religiosas, tal y como confirmó el padre Feliciano, delegado episcopal de Pastoral Universitaria de Madrid. El servicio de las capillas universitarias «es más solicitado de lo que con frecuencia se cree. Nuestras capillas están vivas. Celebran diariamente la Santa Misa y ofrecen los Sacramentos que son fuente de serenidad y equilibrio personal. Se calcula que diariamente, en el conjunto de la realidad universitaria de nuestra diócesis, cerca de 2000 universitarios asisten a celebraciones religiosas o visitan sencillamente el espacio sagrado. En alguna de las capillas la asistencia de fieles es prácticamente permanente durante el horario académico. Crear espacios de silencio y de paz es en sí mismo algo positivo para la Universidad, pues favorecen su misión más específica. La capilla universitaria se transforma así en casa acogedora abierta a todos los que busquen o necesiten remansos de paz, de serenidad, de reflexión», aseguró el Padre Feliciano.