Un océano que unió pueblos - Alfa y Omega

Un océano que unió pueblos

La civilización, la cultura, el progreso, la fe… no sólo necesitan de nuevas tierras, sino también de nuevos mares. En la Escuela Naval Militar de Marín dicen que «la Mar une los pueblos, la tierra los separa». Eso es lo que ocurrió con el océano Pacífico, tal y como lo llamó Magallanes, debido a sus aparentes aguas tranquilas; o lago español, para algunos autores ingleses; o, sin más, la Mar del Sur, para quien fue su descubridor, el Adelantado Núñez de Balboa

Fernando de Navascués
Dibujo de indígenas del norte de la isla de Papúa o Nueva Guinea, 1606. Archivo General de Simancas (Valladolid)
Dibujo de indígenas del norte de la isla de Papúa o Nueva Guinea, 1606. Archivo General de Simancas (Valladolid).

Celebramos los 500 años del descubrimiento del Pacífico, y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Archivo General de Indias en Sevilla y Acción Cultural Española (AC/E), ha organizado la exposición Pacífico. España y la aventura de la Mar del Sur. Una oportunidad única para recuperar parte de nuestra historia tantas veces descuidada, cuando no explícitamente relegada.

Mapa de la bahía de Manila, 1715. Archivo General de Indias, Sevilla
Mapa de la bahía de Manila, 1715. Archivo General de Indias, Sevilla.

La epopeya del descubrimiento exigía aventureros decididos y valientes. Vasco Núñez de Balboa tenía todo eso. Nació en 1475, en la pacense población de Jerez de los Caballeros. Con 25 años, se embarcó para América junto a Rodrigo de Bastidas, descubridor de Panamá, y allí conoció el mar Caribe y las costas atlánticas de Panamá y Colombia. Tras muchas peripecias fue nombrado Alcalde de Santa María de la Antigua, Panamá, y consiguió entrar en Tierra firme y entregar al rey de España nuevos territorios, tras batallar o pactar con las tribus indígenas que encontraba. Hasta que, por fin, el 25 de septiembre de 1513, ayudado entre otros por Careta, un cacique que se convirtió al cristianismo, llegó a ser el primer europeo en ver la Mar del Sur.

A partir de ese momento, vendrían nuevos hombres, igual de decididos, a hacer de esta inmensidad una oportunidad para unir pueblos y personas. Efectivamente, llegarían los Magallanes, los Juan Sebastián Elcano, los Váez de Torres, los Urdaneta…, todos dispuestos a hacer Historia.

'Retrato de Núñez de Balboa', 1791. Universidad de Sevilla
Retrato de Núñez de Balboa, 1791. Universidad de Sevilla.

Con todo, no podemos pasar por alto dos aspectos de la biografía de Núñez de Balboa: su matrimonio con la india Anayasi, hija del cacique Careta, de la que quedó totalmente enamorado al conocerla; y el Bautismo de este mismo cacique. Apuntes nada desdeñables y que ejemplifican la diferente presencia e intenciones de la católica España en América. Nada que ver con la presencia protestante y anglosajona.

Esta exposición del Archivo General de Indias recupera para las generaciones del siglo XXI la hazaña española de ir a las Indias por el oeste. Dicho en otras palabras: cumplir el sueño de Colón e iluminar las zonas oscuras de los planisferios.

Versión portuguesa del 'Tratado de Tordesillas', 1494. Archivo General de Indias, Sevilla
Versión portuguesa del Tratado de Tordesillas, 1494. Archivo General de Indias, Sevilla.

Poco hay que explicar acerca de lo que supuso el descubrimiento del nuevo continente en la competición por descubrir nuevas rutas hacia las Indias en el siglo XV. De ahí que la exposición nos muestre el Tratado de Tordesillas, el acuerdo internacional entre Portugal y Castilla que fija, en 1494, las zonas de navegación y descubrimiento del océano Atlántico y del Nuevo Mundo. La exposición avanza de la teoría a la práctica, de los tratados a lo que realmente sucedió, es decir, hacia documentos y crónicas como la primera noticia del avistamiento y toma de posesión de la Mar del Sur.

Real Cédula al Gobernador de Castilla del Oro, que le informa del descubrimiento de la Mar del Sur
Real Cédula al Gobernador de Castilla del Oro, que le informa del descubrimiento de la Mar del Sur.

Se muestran documentos originales, mapas y modelos navales, que narran las aventuras y desventuras de los navegantes españoles en el océano Pacífico. Nos encontramos con hazañas y fracasos, y vemos cómo esta aventura estaba plagada de peligros que la hacían aún más gloriosa, y a veces mortífera: los temporales, el escorbuto, los motines y la inmensidad de las aguas. Como piezas destacables en este ámbito, se muestra diversa documentación relacionada con Magallanes y Elcano, cartas entre Urdaneta y Felipe II, el derrotero de Legazpi y los primeros mapas de Filipinas, California, Islas Marianas y Palaos, así como reproducciones de modelos navales e instrumentos de navegación de la época.

Maleta (siglo XVIII). Museo de América, Madrid
Maleta (siglo XVIII). Museo de América, Madrid.

El final del recorrido nos muestra la unión de estos pueblos. Por eso, pasarán ante nuestros ojos el primer mapa de China que se conoció en España, o la correspondencia diplomática con Japón o Indonesia…, es decir, esos contactos con los pueblos lejanos, las relaciones diplomáticas del Imperio español y potencias de la región.

'Alegoría del Buen Pastor' (siglo XVII). Monasterio de San Andrés, Marchena (Sevilla)
Alegoría del Buen Pastor (siglo XVII). Monasterio de San Andrés, Marchena (Sevilla).

Y no podía faltar, hablando del Pacífico, la firmemente establecida ruta transoceánica del Galeón de Manila, que durante 250 años mantuvo unido a este puerto con el de Acapulco. Dicho de otra forma, la conexión entre Asia, América y Europa, que atravesando el Virreinato de la Nueva España, se enlazaba con la Carrera de Indias, es decir, con la ruta que partía de Veracruz y terminaba en Sevilla. Por eso, encontramos en esta parte de la exposición objetos rescatados del pecio del galeón San Diego, documentos del propio Archivo General de Indias y piezas venidas de diversos museos, iglesias y conventos de España, que llenaron las bodegas de estos galeones.

Mapa del castillo y puerto de Acapulco, 1712. Archivo General de Indias, Sevilla
Mapa del castillo y puerto de Acapulco, 1712. Archivo General de Indias, Sevilla.

La exposición, que ha pasado ya por Trujillo, se encuentra en Sevilla, pero podrá verse también en el National Museum of Philippines, de Manila, y después recorrerá otros países a lo largo de los años 2014 y 2015.