El Vaticano pide que la ONU defienda a los cristianos perseguidos - Alfa y Omega

El Vaticano pide que la ONU defienda a los cristianos perseguidos

Redacción

Unos cien mil cristianos son asesinados cada año por su fe. Lo ha recordado el cardenal Turkson, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, durante la presentación del Congreso sobre la encíclica Pacem in terris, que se celebra esta semana en Roma. El cardenal pidió oraciones por esos cristianos perseguidos, y también acciones políticas concretas para defenderlos. «Tuve la oportunidad de discutir esto en el Parlamento europeo, dando ánimo a los parlamentarios e indicando la necesidad de prestar más atención al tema», dijo. Además, el purpurado de Gana invitó a los fieles católicos a pedir a la ONU medidas contra la persecución a los cristianos. Por último, denunció que la prensa aborde estos episodios como hechos aislados y esporádicos. En los últimos días, ha habido varios casos de violencia anticristiana, entre ellos:

• En Nigeria, el grupo islamista Boko Haram asesinó, el sábado, al menos a 50 alumnos de un internado al nordeste del país. El ataque se produjo mientras los chicos dormían.

• En Kenia, tras el asalto a un centro comercial de la capital, Nairobi, milicias islamistas atacaron una misión católica, matando a una persona e hiriendo a varias.

• En la República Centroafricana, se registraron, la pasada semana, dos ataques contra misiones católicas, aunque sin víctimas mortales.

• Los cristianos de Oriente Próximo siguen siendo también víctimas de ataques. En Siria, donde las milicias islamistas se distancian cada vez más del resto de fuerzas rebeldes, dos iglesias fueron atacadas, el pasado jueves, por yihadistas en Raqa, al norte. En Egipto, varias casas de cristianos fueron quemadas, el domingo, en Ezbet Zakariya, en la provincia de Minya. En la misma provincia, según acaba ahora de conocerse, un grupo de islamistas radicales irrumpió, a mediados de agosto, en una iglesia, disparando contra los asistentes a un funeral, incluido el obispo que presidía la celebración. Milagrosamente, no hubo que lamentar muertes.