Une amitié qui a changé l'Histoire y Petit traité de la joie - Alfa y Omega

Une amitié qui a changé l'Histoire y Petit traité de la joie

Miguel Ángel Velasco

La editorial francesa Salvator demuestra constantemente su alta sensibilidad religiosa y cultural. Recientemente, ha publicado, entre otros, dos libros que lo demuestran especialmente: Une amitié qui a changé l’Histoire y Petit traité de la joie. Merece la pena que ambos sean traducidos al castellano cuanto antes. En el primero, Jerzy Kluger, el paisano y amigo judío de Karol Wojtyla, mantiene una larga entrevista, llena de interés, con el periodista Gianfranco di Simone. Otro periodista italiano, Gian Franco Svidercoschi, ya contó, hace años, la impresionante historia de la amistad entre estos dos muchachos de Wadowice. Ahora es él mismo quien, superviviente del Holocausto, en el que perdió a los suyos, habla sobre su amigo Karol, que acabaría convirtiéndose en una de las más importantes figuras de la historia de las relaciones entre judíos y cristianos, desde los tiempos de los Apóstoles: de hecho él fue, después de san Pedro, el primer Papa que visitó una sinagoga, el primero que fue a Auschwitz, y el primero que hizo una visita oficial al Estado de Israel. Kluger fue un eficaz y tenaz tejedor de las relaciones diplomáticas entre Israel y la Santa Sede, gracias a la capacidad de acceso que su amistad con Juan Pablo II le procuraba. Este libro no sólo muestra al lector la profunda espiritualidad y la inmensa personalidad de un gran Papa, sino que desvela y enseña cómo pueden ser resueltos los problemas que la Iglesia tiene que afrontar hoy, desde la convicción del autor de que ningún Estado puede imponerse sobre otro por la violencia.

El otro libro, Pequeño tratado de la alegría, obtuvo, muy merecidamente, el Premio Humanismo cristiano 2013. Su autor, Martin Steffens, profesor de Filosofía, reflexiona y hace reflexionar sobre el modo de aprender a ser feliz en esta vida que se nos ha dado. En la perspectiva cristiana, Dios no sabe hacer otra cosa que darse. Aceptar la vida que se nos da es lo que constituye la primordial y verdadera libertad de cada ser humano. Se trata -enseña el autor- de que nosotros sepamos decir cada día un a la medida de nuestras fuerzas, tan amplio como nuestros problemas y dificultades, y tan abundante como nuestra alegría cuando es de verdad. Si tratamos menos de conquistar y de lograr que de recibir y agradecer, la vida se nos ofrecerá como lo que es: un regalo.