«La misión sigue siendo urgente» - Alfa y Omega

«La misión sigue siendo urgente»

María Martínez López
Claro Jesús Díaz, con delegados de la Palabra en Bluefields. Foto: Archivo personal de Claro Jesús Díaz

«Como sacerdote diocesano, mi experiencia misionera me ha abierto muchas perspectivas y ha sido una gracia de Dios». El sevillano Claro Jesús Díaz resume así para Alfa y Omega sus diez años en el vicariato apostólico de Bluefields (Nicaragua). Este sacerdote, que ahora trabaja en el Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), fue el ponente principal de las XXXIV Jornadas Diocesanas de Reflexión Misionera. Las diócesis de la zona centro se reunieron en Madrid los días 25 y 26 de septiembre para reflexionar sobre el 50 aniversario del decreto Ad gentes, del Concilio Vaticano II.

En Nicaragua, el padre Díaz fue testigo de uno de los rasgos fundamentales de la eclesiología y la misionología que surgieron del Concilio: «La Iglesia entendida como pueblo de Dios» en el que «los laicos empiezan a asumir un gran papel», y cuya labor sigue «un paradigma misionero». Esta visión dio lugar, en América Latina, a la aparición de los delegados de la Palabra, laicos que «hoy en día sostienen la estructura de la Iglesia». En Bluefields «hay 30 sacerdotes para una zona de 60.000 kilómetros cuadrados. Dos sacerdotes llevábamos 60 comunidades rurales y tres barrios. Los visitábamos solo dos veces al año». El grueso de la pastoral estaba en manos de laicos «que además de cultivar la tierra y de atender a sus familias sirven a sus comunidades con una disponibilidad que ya quisiéramos aquí. Los formamos los misioneros, y tienen claro que su misión es anunciar el Evangelio». El sacerdote concluye que «sigue existiendo la urgencia de salir a anunciar de la que hablaba Ad gentes, porque todavía mucha gente no ha escuchado el Evangelio».

Amparo Llobet en una escuela de Sudán del Sur. Foto: Archivo personal de Amparo Llobet

Un segundo eje de reflexión del encuentro fue la labor de los misioneros en tierras de persecución. Amparo Llobet, de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, explicó a este semanario cómo los cristianos de regiones como Oriente Medio «nos transmiten a la Iglesia en Occidente el mensaje de que no nos quedemos solo con lo mal que lo pasan». En circunstancias muy adversas, «están evangelizando. Me ha hecho pensar mucho el misionero Luis Montes, de Bagdad, que nos contó que los jóvenes le dicen que ahora que han tenido que dejar todo están más cerca de Dios. Están convencidos de que les van a perseguir por ser cristianos, como le pasó a Jesús, pero también de que Dios está con ellos. No se rebelan ni se plantean abandonar la fe».