Gentes: Georges Casmoussa, arzobispo emérito de Mosul - Alfa y Omega

En Irak, defender la fe se ha convertido en un auténtico reto en el que se pone en juego la vida cada día. ¿De dónde sacamos la fuerza para no cesar en nuestra lucha? De Dios. Sabemos que Él nos ha puesto allí para evangelizar en estas condiciones, y para ayudar a los fieles a superar los golpes que padecen sólo por el hecho de querer vivir en paz y al lado de Cristo.