«Es mejor prevenir que curar» - Alfa y Omega

«Es mejor prevenir que curar»

La preparación para el matrimonio está siendo uno de los temas más debatidos en el seno de la asamblea sinodal. «Un encuentro personal con Jesucristo se hace absolutamente necesario», para una buena preparación, ha dicho el cardenal Martínez Sistach

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

«Comparado con el Sínodo anterior, este Sínodo se ha ampliado el tema sobre la vocación y misión de la familia, y han surgido aspectos muy importantes», ha señalado en rueda de prensa el cardenal Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona. Uno de estos aspectos es la preparación para el matrimonio, «algo sobre lo que se ha insistido mucho. Los novios se casan para ser felices, y hay que procurar que su matrimonio tenga vida, evitar separaciones, insistiendo en la preparación para el matrimonio. Es algo importantísimo. Es preferible prevenir que curar».

Esta preparación comienza mucho antes de la boda: «Hay que preparar a los adolescente y jóvenes en el amor para toda la vida», ha observado Martínez Sistcah. Pero la preparación inmediata «tendría que enriquecerse más». En este sentido, «un encuentro personal con Jesucristo se hace absolutamente necesario. La preparación específica para el matrimonio se verá así facilitada por este encuentro. Si no, habrá muchas cosas relativas al matrimonio cristiano que muchos no aceptarán, porque la mentalidad con la que vienen a los cursillos es otra».

Por su parte, el Cardenal Wilfried Napier, arzobispo de Durban (Sudáfrica) y Vicepresidente del Sínodo, además de agradecer el testimonio de «millones de buenos matrimonios y familias que nos ayudan a entender a dónde queremos llegar en este Sínodo», ha desvelado que durante el Sínodo «hemos reflexionado también sobre los matrimonios que fracasan, y hemos insistido en la necesidad de una buena preparación para el matrimonio. No se trata de un curso de seis meses o seis semanas, sino de un proceso para identificarse con la vocación que Dios quiere el matrimonio, porque el matrimonio es una vocación. Y dejar claras las expectativas de la Iglesia hacia esos matrimonios. Una familia fuerte es una Iglesia fuerte».