Id por todo el mundo... y ellos vinieron a Madrid - Alfa y Omega

Id por todo el mundo... y ellos vinieron a Madrid

Madrid se ha teñido de cánticos y oraciones, de sonrisas en mil acentos distintos, de banderas, estandartes, camisetas y mochilas. Y, sobre todo, se ha teñido de alegría. Son los efectos del desembarco de cientos de miles de peregrinos de todo el mundo, que han llegado al rompeolas de España, como llamó Machado a Madrid, para gritar a los cuatro vientos (y en Cuatro Vientos) que Jesús vive, ellos lo han conocido y quieren anunciárselo a los demás. Porque, además de fortalecer su fe, estos jóvenes tienen algo claro: no han venido de vacaciones. Están aquí como misioneros

José Antonio Méndez
Peregrinos de Gambia posan para una televisión holandesa

Mientras escribimos estas líneas, por las ventanas de la redacción de Alfa y Omega se cuela el inusual griterío que ha inundado Madrid, estos días. Un griterío alegre, festivo y con mil acentos. No es extraño que se escuche: lo raro sería que éste fuese el único lugar de la capital en el que no se apreciasen los efectos del desembarco de los cientos de miles de peregrinos que van a participar en la Jornada Mundial de la Juventud. Cualquiera que se suba en el Metro o en el autobús (sea cual sea la línea y el destino); pasee por el centro, visite los museos, se siente en una cafetería, o entre en las iglesias de la capital, podrá ver quiénes son y cómo se comportan estos jóvenes, que poco o nada tienen que ver con las riadas de turistas que suelen visitar Madrid en agosto, o con las multitudes que acompañan otros acontecimientos deportivos, políticos o sociales. Con un añadido: no es sólo el centro, sino que la ciudad entera vibra con la JMJ, porque el número de peregrinos es tal que no hay barrio donde no se les pueda ver y escuchar.

Un grupo de peregrinos estadounidenses, junto al Palacio Real

Laudes en el bus, sonrisas en el Metro

Desde primera hora de la mañana, las estampas para el recuerdo se suceden: en un autobús que une la periferia con Madrid, un grupo de peregrinas de Canadá, bandera en ristre, rezan Laudes, a media voz -para no molestar al resto de pasajeros-, con el libro del Magníficat. Al llegar al intercambiador de Moncloa, los grupos parecen multiplicarse por doquier, y las banderas de Filipinas, México, Suiza, Gambia, Brasil, Italia, o Polonia desfilan por los andenes en singular formación. Un viajero español, acostumbrado a rezar el Rosario de camino al trabajo, descubre que, en lugar de las habituales miradas de sorpresa o desprecio, un grupo de jóvenes monjes alemanes le sonríen, casi agradecidos.

Madrid, la mejor bienvenida

Conforme pasa la mañana, los túneles del suburbano madrileño bullen con tan festivo trasiego. Jóvenes como Verónica, una consagrada brasileña del Regnum Christi, que acompaña a un numeroso grupo de mexicanas. Mientras se dirigen al centro, explica que, «aunque es la primera vez que vengo a una JMJ, he participado en la organización de otras, como Sídney o Colonia, y en ésta hemos encontrado, desde el principio, una bienvenida como nunca antes. Es increíble el entusiasmo y el cariño de todos los voluntarios, del personal y de toda la gente que estamos encontrando en el camino, porque nos hacen sentir realmente como en nuestra propia casa. Y no es por decir».

Ya en la superficie, las calles de Madrid son un crisol de peregrinos que cantan, bailan, proclaman a Jesucristo y se juntan entre sí, para hacerse fotos (italianos con argentinos, estadounidenses con rusos…), e intercambiarse las direcciones de e-mail.

Una riada de scouts de Europa, pasea por el centro de la ciudad

Una afición muy especial

Muchos vecinos del centro, como Miguel Ángel, se sorprenden de que semejante multitud no cause destrozos, ni deje las calles alfombradas de desperdicios: «No dan problemas, ni dejan nada sucio. Son chavales muy majos, que se juntan para ser mejores personas, y parece que lo van ensayando». Una peregrina portuguesa escucha la explicación e interviene: «Muchos jóvenes en el mundo no tienen esperanza y causan problemas; nosotros queremos ser esperanza para otros, sin violencia. Venimos a proclamar a Cristo». Dos policías nacionales confirman estas impresiones: «Esta gente es muy pacífica, aunque el dispositivo de seguridad es el mismo que para cualquier gran evento. A un partido de fútbol vienen 2.000 personas que suelen beber alcohol y armar líos, pero esta afición es especial: son más de un millón y no se meten con nadie».

Un grupo de Puerto Rico canta, baila y grita vivas a Cristo, al Papa y a la Iglesia, en plena Plaza Mayor. Nos acercamos para pedirles su testimonio, y responden sonriendo: «Te contestamos si bailas para el Señor con nosotros». El testimonio lo publicamos en la página siete. Deduzca el lector el resto.

De rodillas, ante Dios

La algarabía enmudece a la entrada de las iglesias. En el monasterio del Corpus Christi, un grupo de peregrinos (Chile, Suiza, Tenerife…) abarrota el templo, arrodillados ante el Santísimo, en un silencio sobrecogedor que invita a la oración, al examen de conciencia y al asombro: ¿qué ha traído aquí a estos jóvenes? ¿Quién, en su sano juicio, recorre el mundo sólo para escuchar al Papa, o para dormir a ras de suelo, o para hondear banderas de su país? ¿Quién mueve a estos jóvenes, los alienta, los anima, y los llena de alegría?

De rodillas ante Cristo Eucaristía, una joven suiza lee la respuesta a estas preguntas en un pasaje del evangelio de Marcos, en inglés: Y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad la Buena Noticia… Y entonces, vinieron a Madrid.

¿Quiénes son y de dónde vienen los peregrinos?

Unos números para la Historia:

El total de participantes ya inscritos en la JMJ, a una semana todavía de su inicio, era ya de 425.050 peregrinos. Entre ellos, han venido a España 4.871 seminaristas, 8.606 religiosos, 690 diáconos y 14.849 sacerdotes de todo el mundo.

Entre todos los peregrinos, hay 1.989 discapacitados físicos y psíquicos, que tendrán un área especial durante los Actos Centrales.

Además de todos los peregrinos, participarán en la JMJ 807 obispos, de los cinco continentes.

Los periodistas acreditados que cubrirán este evento eran ya 4.750, a una semana del inicio de la JMJ.

Los países con más peregrinos son España, Italia, Francia, Estados Unidos, Alemania, Brasil, Polonia, Portugal y México. El país de África con más participantes es Nigeria (1.031); de Asia, Filipinas (3.489); de Medio y Próximo Oriente, Líbano (1.635); y de Oceanía, Australia (4.653).

Vienen, entre otros, peregrinos de China (371), Eritrea (7), Irak (199), Irán (6), Islandia (17), Islas Marshall (1), Cuba (76), Swazilandia (21), Afganistán (32), Turkmenistán (9), Territorios palestinos (174), Somalia (3).