«También los ancianos son el futuro de un pueblo» - Alfa y Omega

«También los ancianos son el futuro de un pueblo»

El Papa viene a hablar a los jóvenes, pero los jóvenes no son un colectivo al margen del resto de la sociedad, explicó Francisco a los periodistas a bordo del avión que le llevaba a Brasil. Ellos «son el futuro de un pueblo: ¡eso es verdad!», pero también «los ancianos son el futuro de un pueblo. Un pueblo tiene futuro si va adelante con todos»

Redacción

No hubo la habitual rueda de prensa en el avión rumbo a Río de Janeiro, pero el Papa visitó a los 70 informadores que le acompañarán durante todo el viaje, bromeó con ellos sobre su aversión a las entrevistas («no sois tan feroces», les dijo al final a del encuentro) y se detuvo a saludarlos uno a uno, sin prisa, durante una hora, preguntándoles por su familia, bendiciendo fotos y objetos religiosos… Además, el Pontífice les explicó una de las claves del mensaje que lleva a Río: viene a hablar a los jóvenes, pero no como un colectivo aislado de la sociedad, porque los jóvenes pertenecen «a una patria, a una cultura, a una fe…». Los jóvenes son el futuro de la sociedad, pero también los ancianos. «Un pueblo tiene futuro si va adelante con todos». Francisco expresó su preocupación tanto por los efectos de la crisis mundial en los jóvenes (corremos el riesgo de tener una generación que nunca ha tenido un trabajo), como por la «cultura del descarte» que margina a los ancianos. Ésta es la transcripción de las palabras del Papa facilitada por Radio Vaticano:

«Este primer viaje es justo para encontrar a los jóvenes, pero encontrarlos no aislados de su vida: sino que quisiera encontrarlos en el tejido social, en la sociedad. Porque cuando aislamos a los jóvenes cometemos una injusticia: les quitamos su pertenencia. Los jóvenes tienen una pertenencia: una pertenencia a una familia, a una patria, a una cultura, a una fe…

¡Tienen una pertenencia y no debemos aislarlos! ¡Pero, sobre todo, no aislarlos de toda la sociedad! Ellos -¡de verdad!- son el futuro de un pueblo: ¡eso es verdad! Pero no sólo ellos: ellos son el futuro porque tienen fuerza, son jóvenes, van hacia adelante. Pero también en el otro extremo de la vida, las personas mayores, los ancianos son el futuro de un pueblo. Un pueblo tiene futuro si va adelante con todos, con los dos puntos: con la juventud, con la fuerza -porque la fuerza va adelante- y con los ancianos… Creo que hacemos una injusticia con los ancianos: todos somos parte de la sociedad… Ellos no han dejado de darnos algo importante, tienen la sabiduría, la sabiduría de la vida, la sabiduría de la historia, la sabiduría de la patria, la sabiduría de la familia, y de todo ello tenemos necesidad.

Y por eso digo que voy a encontrar a los jóvenes, pero en su tejido social, principalmente, con los ancianos…

Es cierto que la crisis mundial no hace cosas buenas para los jóvenes. Leí la semana pasada, el porcentaje de jóvenes sin trabajo: corremos el riesgo de tener una generación que nunca ha tenido un trabajo… Y del trabajo viene la dignidad de la persona: ganarse el pan… Los jóvenes, en este momento, están en crisis.

Y estamos acostumbrados a esta cultura del descarte: con los ancianos se hace demasiado a menudo. Y ahora incluso con tantos jóvenes sin trabajo, también para ellos llega la cultura del descarte. ¡Tenemos que cortar esta costumbre del descarte! ¿No? La cultura de la inclusión, la cultura del encuentro, debemos hacer un esfuerzo para incluir a todos en la sociedad!».