¿Por qué en Madrid? - Alfa y Omega

¿Por qué en Madrid?

¿Qué motivos llevaron a Benedicto XVI a elegir Madrid como sede de esta Jornada Mundial? Lo explicó el cardenal Rylko, Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, dicasterio vaticano a cargo de estas Jornadas, durante una presentación de Madrid 2011, el pasado 28 de junio, en Roma. «La evangelización es la razón de ser fundamental de una JMJ» , reiteró en su intervención, de la que recogemos lo esencial:

Stanislaw Rylko
Intervención del cardenal Rylko en el Encuentro preparatorio de la JMJ 2011, en El Escorial

Quien estuvo en 2008 en Sídney, recuerda la explosión de alegría de los presentes, cuando Benedicto XVI anunció que el próximo encuentro de jóvenes con el Sucesor de Pedro tendría lugar en Madrid. Agosto de 2011 parecía muy lejano. Y ahora hemos llegado a este acontecimiento extraordinario.

Han sido años de un intenso trabajo pastoral a nivel mundial, puesto que la Jornada Mundial de la Juventud ha entrado ya, de una manera muy especial, en la vida de la Iglesia universal como elemento que estimula, de forma permanente, su empeño a favor de las jóvenes generaciones. La Iglesia en España va a ser interpelada de una manera especial. De hecho, todas las diócesis españolas -partiendo de la Iglesia en Madrid- han respondido de manera generosa y entusiasta a la decisión del Santo Padre. El período de preparación de la Jornada Mundial de la Juventud ha sido un kairos particular, en el que la Iglesia española ha podido -en cierto sentido- descubrirse a sí misma, sus grandes recursos espirituales, no pocas veces escondidos a los ojos de un observador distraído. Ha podido valorar los preciosos recursos de los propios jóvenes, de los pastores y de todos aquellos que en su propio entorno han sabido dar testimonio de auténtico compromiso y de gran generosidad.

JMJ y nueva evangelización

Las razones por las que fue elegida la capital española fueron explicadas por el mismo Santo Padre en su Mensaje para la JMJ 2011: «En un momento en el que Europa tiene una gran necesidad de encontrar sus raíces cristianas, hemos fijado nuestro encuentro en Madrid, con el lema: Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe. Os invito, por tanto, a este acontecimiento tan importante para la Iglesia en Europa y para la Iglesia universal. Además, quisiera que todos los jóvenes, tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, pudieran vivir esta experiencia, que puede ser decisiva para la vida: la experiencia del Señor Jesús resucitado y vivo, y de su amor a cada uno de nosotros». El Papa reitera así la finalidad fundamental de cada JMJ: la evangelización, cuyos principales protagonistas son los jóvenes. Es importante recordarlo.

Momento en que el Papa anuncia en Sídney la JMJ de Madrid

Toda Jornada Mundial de la Juventud es una experiencia extraordinaria de una Iglesia amiga de los jóvenes, partícipe de sus problemas, una Iglesia que se pone al servicio de las jóvenes generaciones. Es una experiencia de Iglesia universal -única en su género- que abraza a todo el planeta, de una Iglesia joven, llena de entusiasmo e impulso misionero. Es una epifanía de la fe cristiana que tiene dimensiones verdaderamente planetarias. Y los jóvenes -especialmente los de nuestra vieja Europa, profundamente secularizada y laicista- tienen una especial necesidad de todo esto.

Santiago de Compostela, 1989

España acoge generosamente la Jornada Mundial de la Juventud por segunda vez. ¡Cómo no recordar la inolvidable JMJ de Santiago de Compostela del lejano 1989, cuando Juan Pablo II fue acogido por el entonces arzobispo de Santiago, monseñor Antonio María Rouco Varela, que hoy, como cardenal y arzobispo de Madrid, dará la bienvenida a Benedicto XVI! Fue en Santiago de Compostela donde la Jornada Mundial de la Juventud se estructuró tal y como es hoy: tres días de catequesis, la Vigilia de oración del sábado por la noche, y la celebración eucarística de envío misionero de los jóvenes, como clausura.

También en Santiago fue descubierta la dimensión de la peregrinación como elemento esencial en el camino de los jóvenes del mundo, tras las huellas del sucesor de Pedro. Luego, con el paso de los años, cada JMJ ha añadido alguna novedad en el programa: en Denver, en 1993, el vía crucis; en París, en 1997, los días previos en las diócesis y el así llamado Festival de la Juventud (una especie de programa cultural); en Roma, en 2000, la Fiesta del Perdón (300 confesionarios se llenaron de jóvenes en los alrededores del Circo Máximo); en Toronto, en 2002, la Feria vocacional; y finalmente, en Colonia, en 2005, la Adoración eucarística. El programa que, de una a otra vez, se propone a los jóvenes, no es estático, sino que sigue en continua evolución, tratando de responder siempre mejor a los verdaderos deseos espirituales de los jóvenes.

La Jornada Mundial de la Juventud de Madrid se desarrolla al calor de la reciente beatificación de Juan Pablo II, fundador de las JMJ. El Papa Wojtyla vuelve así a estar entre los jóvenes, a los que tanto ha amado y por los que ha sido también muy amado, como Beato, Patrono y protector.

Al calor de la beatificación de Juan Pablo II

Hoy, la Jornada Mundial de la Juventud es una gran semilla evangélica, es un don para acoger con gratitud y con un sentido vivo de la responsabilidad. Nos encomendamos, por lo tanto, a la intercesión de los santos Patronos de la JMJ, pero en un modo especial al Beato Juan Pablo II, para que esta Jornada pueda llevar frutos abundantes a las vidas de tantos jóvenes de hoy.