Manifiesto final de Católicos y Vida Pública: «No podemos ser meros espectadores de la política» - Alfa y Omega

Manifiesto final de Católicos y Vida Pública: «No podemos ser meros espectadores de la política»

Redacción

«Los católicos no podemos ser meros espectadores ante los acontecimientos políticos», afirma el Congreso Católicos y Vida Pública en su manifiesto final, tras tres días de debates y conferencias en torno al lema Construir la democracia: responsabilidad y bien común.

En sus conclusiones, la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU —organizadoras de esta cita anual que ha llegado a su XVIII edición— piden huir de «la despesperanza» y del «pesimismo», y muestran su confianza en la democracia y las instituciones políticas españolas, si bien reclaman «una profunda y urgente renovación».

«En sintonía con el magisterio de la Iglesia, proponemos el ejercicio de la responsabilidad y el horizonte del bien común como pilares seguros, capaces de sostener la convivencia pacífica e integradora de todos los españoles», añade el documento. «Responsabilidad, frente a los falsos profetas, que prometen paraísos artificiales y libertades ilusorias. Y bien común, frente a los egoísmos y el materialismo feroz, que avivan la brecha social y fomentan la corrupción».

El manifiesto respalda también al Gobierno «para que adopte las medidas que, conforme a derecho, sean necesarias para garantizar la indisoluble unidad de España» y –en clara referencia a la corrupción– demanda a los políticos «un plus de ejemplaridad».

Clausura del Congreso

La encargada de leer el manifiesto este domingo fue la consejera nacional de la Asociación Católica de Propagandistas y miembro de la Comisión Ejecutiva del Congreso Sirga de la Pisa. La conferencia de clausura había estado a cargo de Carlos Herrera, que reivindicó la responsabilidad de los católicos en la vida pública.

El periodista de COPE, que fue presentado por el presidente de su cadena, Fernando Giménez Barriocanal, subrayó que solo podemos aspirar a que la política dé una respuesta al bien común si previamente se inicia ese cambio en el tejido social.

Herrera identificó además la demagogia y la corrupción como los dos grandes enemigos de la política, y señaló que el relativismo y el nihilismo son los males que están atacando a la sociedad actual.

CEU / Redacción

Construir la democracia: Responsabilidad y bien común

Manifiesto del XVIII Congreso Católicos y Vida Pública

La Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, organizadoras del XVII Congreso Católicos y Vida Pública, Construir la Democracia: Responsabilidad y Bien Común, al término del mismo desean hacer público el siguiente Manifiesto:

PRIMERO

Afirmamos que nuestra democracia es posible. Lejos de la desesperanza y el pesimismo nos preguntamos cómo fortalecerla, para que la libertad, la concordia y la solidaridad, sean demostraciones inequívocas del vigor del sistema democrático que nos hemos dado.

En sintonía con el magisterio de la Iglesia, proponemos el ejercicio de la responsabilidad y el horizonte del bien común como pilares seguros, capaces de sostener la convivencia pacífica e integradora de todos los españoles.

Responsabilidad, frente a los falsos profetas, que prometen paraísos artificiales y libertades ilusorias.

Y bien común, frente a los egoísmos y el materialismo feroz, que avivan la brecha social y fomentan la corrupción.

SEGUNDO

Mostramos nuestra confianza y respeto por el conjunto de las instituciones políticas nacidas de la Constitución del 78 que, durante casi cuatro décadas, han facilitado la etapa más prolongada de convivencia en paz y libertad en España.

TERCERO

Respaldamos a la autoridad legítimamente constituida para que adopte las medidas que, conforme a derecho, sean necesarias para garantizar la indisoluble unidad de España.

La convivencia democrática y el respeto a la diversidad exigen el cumplimiento de la ley y la obediencia a los tribunales de justicia.

CUARTO

Los partidos políticos son el instrumento fundamental para la participación política de los ciudadanos, pero necesitan de una profunda y urgente renovación, para atraer el talento y la integridad de los nuevos dirigentes de la sociedad civil, y para instaurar, superando los sectarismos, una sana y leal colaboración con el resto de fuerzas políticas.

A los partidos políticos les pedimos que, en el centro de sus proyectos sea reconocido el ser humano como persona dotada de una dignidad trascendente para no ser “tratados como objetos, de los cuales se puede programar la concepción, la configuración y la utilidad, y que después pueden ser desechados cuando ya no sirven, por ser débiles, enfermos o ancianos» [Discurso del Papa Francisco al Parlamento europeo. Noviembre de 2014].

QUINTO

Cooperar y participar supone estar atentos al gobierno de nuestros representantes, para exigirles un plus de ejemplaridad. La misma ejemplaridad que todos los ciudadanos debemos llevar a la vida pública.

SEXTO

Reivindicamos la Política, entendida como una de las actividades más nobles, porque su auténtico fin está orientado a trabajar por el bien común.

Reivindicamos el principio de subsidiariedad para salvaguardar a la sociedad civil de la injerencia del Estado.

Y reivindicamos también la vida en democracia como una tarea a realizar y en permanente construcción.

SÉPTIMO

La participación ciudadana en la vida pública es un derecho y una responsabilidad moral.

Los católicos no podemos ser meros espectadores ante los acontecimientos políticos. Queremos abandonar las lamentaciones inútiles y las zonas de confort, para asumir nuestra misión irrenunciable en la vida pública.

Esta es nuestra tarea: defender la dignidad de la persona y el bien común desde una auténtica vocación de servicio a la sociedad.

A eso estamos llamados.

Hoy, a las puertas de la celebración del Jubileo de la Misericordia. Madrid, domingo 15 de noviembre de 2015