Mistress America y Un otoño sin Berlín. De soledad y perplejidades - Alfa y Omega

Mistress America y Un otoño sin Berlín. De soledad y perplejidades

Juan Orellana

Un juguete roto no funciona. El ser humano no es un juguete, pero si está roto tampoco funciona. Ni se entiende a sí mismo, ni a los demás, y no para de equivocarse. Han llegado a nuestras pantallas dos películas muy diferentes que documentan, cada una a su modo, esta realidad. La primera, Mistress America, está dirigida por el veterano Noah Baumbach, un director que se caracteriza por ilustrar con desenfado las heridas que la posmodernidad deja en los corazones de la gente. Recordemos Una historia de Brooklyn, Margot y la boda, Frances Ha o la reciente Mientras seamos jóvenes. El guión está escrito entre el director y su mujer, la fantástica actriz Greta Gerwig, protagonista del filme.

Mistress America nos presenta a dos mujeres tremendamente solas. Tracy (Lola Kirke) es una joven inadaptada que siente que está destinada a no ser nadie. Incluso el chico que le gusta se ha echado novia después de conocerla. Brooke, por el contrario, es un torbellino, es dinámica, emprendedora, intensa, frívola… pero en realidad también está sola. Cuando se conocen, Tracy queda fascinada por Brooke, y decide pegarse a ella y ver el mundo a través de sus ojos. Pero Brooke en realidad no acumula más que fracasos y abandonos. Al final solo podrán acompañarse en su soledad.

La película comparte el mismo tono que muchas películas de Woody Allen: largas conversaciones vertiginosas que pasan con ligereza por grandes asuntos, como el amor la religión o el sexo, en un ambiente neoyorkino, con personajes que tienen inquietudes literarias y donde se hace espiritismo a la vez que se habla de Derrida. No en vano, Greta Gerwig estudió la carrera de Filosofía. Sin embargo, Mistress America probablemente tiene menos pretensiones intelectuales, y en ese sentido es más inmediata, más sincera y quizá más honesta que muchos filmes de Woody Allen. Pero igual de perpleja, ya que la tesis final parece decir: «Intentemos ser felices compartiendo nuestra nada». Al menos quedan la amistad y el perdón como únicos cimientos sobre los que construir.

Mistress America
Director:

Noah Baumbach

País:

Estados Unidos

Año:

2015

Género:

Comedia

Público:

+12 años

Cartel de 'Mistress America'

Un otoño sin Berlín

De soledad y relaciones humanas habla también Un otoño sin Berlín, de la debutante en el largo Lara Izaguirre. También es la guionista del filme y nos quiere hablar de sentimientos y experiencias personales. June regresa a su casa en el País Vasco después de vivir una temporada en Canadá, a donde parece que se fue bruscamente tras el fallecimiento de su madre. Ahora vuelve sin avisar y tiene que enfrentarse a un padre que ya no le habla y a un novio que ya no le abre la puerta. Afortunadamente, su hermano y su amiga Ane sí que van a celebrar su retorno.

A diferencia de Mistress America, en esta película no hay ligereza ni flirteos con el cinismo. June afronta la vida en serio, trata de ser humana en cada circunstancia, constructiva, ama de verdad, busca el bien. Pero aún no ha aprendido una cosa: que no se puede pretender cambiar a la gente; si quieres ser feliz necesitas aprender a quererla como es. A pesar de que no todo termina como le gustaría a June, esta película es mucho más positiva que la otra, más esperanzada e incluso se puede entender como un canto a la familia.

Un otoño sin Berlín
Director:

Lara Izagirre

País:

España

Año:

2015

Género:

Drama

Público:

+7 años

Cartel de 'Un otoño sin Berlín'