Semillas del miedo - Alfa y Omega

El jueves por la tarde, cuando la jornada en el cole tocaba a su fin, nos llegaron los primeros mensajes que hablaban de un atentado en Beirut. Dos hombres se habían inmolado en un barrio chiíta dejando tras de sí más de 40 muertos y 200 heridos. Son momentos complicados en los que te toca enviar muchos mensajes diciendo que estás bien al mismo tiempo que compruebas si alguno de tus conocidos estaba por la zona a la hora de las explosiones.

Por desgracia, los atentados no son extraordinarios por aquí. De vez en cuando nos llegan noticias de explosiones en las zonas fronterizas con Siria, pero hacía tiempo que no golpeaban a la capital. Los efectos son inmediatos: aumenta la presencia del Ejército, se multiplican los controles y circular se vuelve imposible. Pero estas son solo molestias temporales, lo preocupante es aquello que no se ve a simple vista: la semilla del miedo que se ha plantado. Ahora solo es cuestión de tiempo que germine y empiece a dar sus terribles frutos de odio y violencia. El Líbano sabe mucho de lo que habla, puesto que las heridas de su guerra civil todavía se sienten en las calles.

El viernes nos acostábamos con la noticia espeluznante de la masacre en París. Más miedo, más tierra fértil para el odio, más desesperanza. Mañana es lunes y me toca volver al cole, mirar a los ojos a cientos de niños víctimas del odio salvaje en Siria. ¿Qué hacer para frenar esta locura, qué decir? No tengo respuesta, solo silencio. Y confianza. Confianza en que el amor es mucho más fuerte que el miedo, confianza en que una caricia es más poderosa que una bala, confianza en que por muy larga que sea la noche, al final siempre sale el sol. Confianza en Ti.