Crisis en Irlanda - Alfa y Omega

Crisis en Irlanda

Redacción

Tras las duras acusaciones del Primer Ministro irlandés contra la Iglesia en Irlanda y la Santa Sede, la pasada semana, en el Parlamento, en relación a algunos casos de pederastia, la Santa Sede llamó, el lunes, a consultas al Nuncio en Irlanda, un gesto muy inhabitual, que en esta ocasión, sin embargo, no debe interpretarse como gesto de protesta diplomática, sino como voluntad de «afrontar la situación con objetividad y determinación», en palabras del subdirector de Prensa del Vaticano, el padre Benedettini. Al cierre de este edición, la Santa Sede preparaba una respuesta oficial.

Este mes de julio, se conoció un informe que expone que una diócesis incumplió las directrices del entonces cardenal Ratzinger y no informó a la policía sobre nueve casos de abusos a menores entre 1996 y 2005. El titular de esa diócesis ya dimitió en 2010, y dentro de los esfuerzos impulsados por la Santa Sede para combatir la lacra de la pederastia, Irlanda ha merecido una atención muy especial. Benedicto XVI se refirió a esos escándalos en términos muy duros en su Carta a los católicos de Irlanda, de marzo de 2010, y hace sólo unos días concluyó la entonces anunciada Visita apostólica a este país, tras la cual, se espera que un documento recoja las conclusiones e indicaciones a comienzos de 2012. La pasada semana, sin embargo, el Primer Ministro irlandés llegó a calificar de «vergonzosa» la actuación del Vaticano. Sus palabras se han interpretado como un intento de subrayar la línea política del nuevo Gobierno, empeñado en marcar distancias con la Iglesia y disminuir su presencia social, en un clima marcado en el país por una profunda crisis tanto social, como política y económica (Irlanda fue intervenida por la UE en noviembre, y este hecho dio pie a la caída del que ha sido partido político hegemónico en la mayor parte de la historia del país, desde su independencia). El Primer Ministro amenazó incluso con una nueva ley que obligaría a los sacerdotes a romper el secreto de confesión en los casos de pederastia, pero la Santa Sede no ha querido responder a este tipo de provocaciones, aunque tampoco ha ocultado su desagrado. En una respuesta a título personal, el padre Lombardi, director de la Oficina de la Santa Sede, pidió en Radio Vaticano un debate que «se desarrolle con la objetividad necesaria, de modo que se pueda contribuir a la causa que, para todos, tiene que ser la más importante, es decir, la defensa de los niños y de los jóvenes, además de contribuir a la renovación de un clima de confianza y colaboración en la Iglesia y en la sociedad».