Dar posada al peregrino - Alfa y Omega

Dar posada al peregrino

Si «el nombre de Dios es Misericordia», como dice el Papa, sus apellidos bien pueden ser los 14 modos que desde hace siglos propone la Iglesia para vivir y practicar el amor de Dios: las obras de misericordia. Estos son testimonios reales de cómo se puede vivir el Año de la Misericordia

José Antonio Méndez
Foto: Daniel Almagro

Por si fuese poco complicada la vida de un matrimonio con cuatro hijos (una, «algo pachucha») y en el que los dos cónyuges son enfermeros (con sus horarios, sus guardias…), Daniel y su mujer han remodelado su casa y su vida para acoger al peregrino. Literalmente: «Los dos somos laicos de espiritualidad comboniana, y cuando vimos que ya no podíamos irnos de misiones por nuestra situación familiar, pedimos a Dios que nos mostrase cómo le podíamos ayudar a trabajar por la justicia». Y el Espíritu Santo movió ficha. Como si explicase que ha hecho unas reformillas en casa, Daniel cuenta que «vimos la necesidad de acoger a inmigrantes africanos que llegaban saltando la Verja, porque eran los que peor lo tenían por su situación legal, sanitaria y psicológica. Y abrimos una casa de acogida para subsaharianos». Casa en la que ellos vivían hasta hace unos meses, y que ahora visitan cada día junto a 15 voluntarios que ayudan a los inmigrantes a aprender español, a trabajar, a arreglar sus papeles… «Son parte de la familia y les ayudamos en lo que podemos, pero sin paternalismos: están con nosotros año y medio, y después les ayudamos a buscar una salida laboral. Pero se lo tienen que currar ellos». Porque dar techo es, según dice, «ayudar al hermano ante lo que pueda venir».