Techo y comida. Historia de un desahucio - Alfa y Omega

Techo y comida. Historia de un desahucio

Juan Orellana
Rocío, Adrián y su vecina María en una escena de Techo y comida

La semana pasada llegó a nuestras pantallas Techo y comida, del debutante director Juan Miguel del Castillo, que pone su mirada en el candente tema de la crisis económica y especialmente de los desahucios. La película obtuvo el premio a la mejor actriz para Natalia de Molina en el pasado festival de Málaga, donde recibió, además, el premio del público.

El argumento, basado en un caso real ocurrido en Torrejón de Ardoz en el año 2011, se ambienta en Jerez en el año 2012. Rocío (magistralmente interpretada por Natalia de Molina) es una madre soltera y sin trabajo, que apenas tiene dinero para comer. Temiendo perder la tutela de Adrián, su hijo de 8 años, intenta aparentar una vida normal. Pero la situación empeora cuando el propietario de la vivienda, agobiado también por las deudas, la denuncia por no pagar el alquiler.

A pesar de que la película pueda parecer oportunista y algo panfletaria, tiene dentro suficientes puntos de humanidad verdadera como para convertirse en una cinta digna de ser tenida en consideración. El tratamiento de los personajes recuerda al neorrealismo italiano, por la sencilla pureza de muchos de ellos, supervivientes en un mundo hostil. Al coraje de Rocío, llena de dolor y capaz de cualquier sacrificio por su hijo, se añade la generosa solidaridad de su vecina María (Mariana Cordero), una mujer sensible que le da a Rocío todo lo que puede a cambio de nada. Las voluntarias del comedor social que regentan unas monjas también hacen gala de una verdadera caridad. Pero a diferencia del neorrealismo no hay luz al final del camino, y el final abierto pero sin duda trágico, es quizá lo que le da un cierto aire reivindicativo al filme.

Llama la atención la religiosidad de Rocío, una mujer piadosa que reza el rosario y confía en la Virgen en todo momento. Su fe sincera no parece depender del éxito de sus gestiones, aunque también el espectador lo puede interpretar en clave negativa, como oraciones que nunca son escuchadas. La película también pone de manifiesto el individualismo de una sociedad donde la gente se siente sola y en la que nadie sabe en realidad por qué circunstancias está pasando su vecino.

Techo y comida
Director:

Juan Miguel del Castillo

País:

España

Año:

2015

Género:

Drama

Público:

Todos los públicos