Mujeres adultas con estudios universitarios, las que más rezan online - Alfa y Omega

Mujeres adultas con estudios universitarios, las que más rezan online

Una tesis doctoral de la Universidad de Deusto muestra que siete de cada diez usuarios de Rezandovoy son mujeres y que su edad media es de 47 años. Los usuarios pertenecen a un segmento de la población católica practicante con mayores niveles de educación y mejor integrado en la sociedad de la información

Prensa jesuitas

Una tesis de la Universidad de Deusto sobre la religión en los medios digitales profundiza en el caso de Rezandovoy, una herramienta de oración en audio mp3 creada por la Oficina digital SJ de la Compañía de Jesús. El estudio sociológico se titula Los medios de comunicación digital y la religión: el caso de Rezandovoy e incluye una encuesta a los usuarios de Rezandovoy que recibió 5.500 respuestas y ha permitido recabar información sin precedentes sobre el perfil de los usuarios de una herramienta de oración online.

Rezandovoy recibe a día de hoy en torno a 150.000 descargas diarias, aunque no existe forma de determinar su número exacto de usuarios. La encuesta ha confirmado que estos se distribuyen por todo el mundo —recibió respuestas desde 57 países— con un crecimiento constante en todo el ámbito hispanohablante. Como es lógico, España, donde nace el proyecto, va perdiendo peso porcentual en el conjunto de usuarios. En el momento de realizar la encuesta —julio de 2014—, más de la mitad de sus usuarios eran latinoamericanos.

Hay usuarios pertenecientes a todos los rangos de edad, desde la adolescencia hasta quienes superan los 90 años, pero son mayoría los usuarios adultos. La mitad de los usuarios de Rezandovoy tiene entre 35 y 54 años, siendo la edad media de 47 años.

Siete de cada diez usuarios son mujeres, una feminización que se explica por el desequilibrio de género entre la población católica practicante —similar al que se produce entre los usuarios de Rezandovoy—. Hay que tener en cuenta que nueve de cada diez usuarios de Rezandovoy son católicos practicantes.

Sin embargo, sería un error pensar que el perfil de los usuarios de esta herramienta de oración corresponde al de los católicos practicantes. Si nos fijamos en variables como el nivel de estudios, la situación laboral o el uso de las TIC, los datos de la encuesta se encuentran muy por encima de la población católica practicante e incluso de la población en general. Los usuarios de Rezandovoy pertenecen, dentro de la población católica practicante, a un segmento más joven, con estudios universitarios, laboralmente activo e integrado en la sociedad de la información.

Los españoles los más críticos

Dos tercios de los usuarios son miembros de comunidades y grupos de iglesia, incluyendo realidades eclesiales diversas (grupos parroquiales, vinculados a órdenes religiosas, Renovación Carismática, Opus Dei, etc.). Un 14 % de los usuarios son sacerdotes o religiosos —con clara mayoría de religiosas—.

La mayoría de los usuarios consideran que la Iglesia católica acierta en su respuesta a cuestiones sociales y morales controvertidas, aunque existe mayor consenso en unos temas que en otros: mientras en el aborto y la eutanasia la puntuación media que los usuarios otorgan a la Iglesia es de 7; baja hasta 5,5 en el caso del divorcio, la homosexualidad y el papel de la mujer en la Iglesia. Además, los usuarios españoles son en general más críticos y «suspenden» a la Iglesia, con puntuaciones medias de 4, en esas tres cuestiones.

Respecto a su posición ideológica, el conjunto muestra un escoramiento hacia la derecha aunque en posiciones moderadas: un 32 % son de centro-derecha, un 29 % de centro y un 18 % de centro-izquierda.

Una herramienta de oración integrada en la vida cotidiana

Nueve de cada diez usuarios utilizan Rezandovoy a diario o casi a diario, y la mayoría —ocho de cada diez— lo hacen siempre a la misma hora y en el mismo lugar, buscando el contexto más propicio para introducirlo de manera constante en sus rutinas diarias.

El hogar es el lugar donde más habitualmente se utiliza Rezandovoy, aunque hay un 32 % de usuarios que habitualmente se sirven de este medio para rezar mientras se trasladan de un lugar a otro. El dispositivo preferido para escuchar las oraciones es el teléfono móvil: la mitad de los usuarios lo utiliza.

La mayoría de usuarios son fieles a Rezandovoy y ni siquiera prueban otras herramientas digitales para rezar —la mitad de los usuarios no lo ha hecho nunca—.

Una de las conclusiones de la tesis doctoral es que aunque Rezandovoy es una herramienta online, pertenece a un ámbito de la vida, el de la fe, en el que sus usuarios priorizan el contacto cara a cara y la vida comunitaria. De hecho, la mayoría de los usuarios, dos de cada tres, no conocieron esta herramienta de oración navegando por internet o en otros medios, sino a través de recomendaciones personales o en grupo.

También se rebate la idea de que a más religión online, menos religión offline. Son precisamente los usuarios que con mayor frecuencia utilizan Rezandovoy los que más acuden también a su iglesia.

Todo lo cual confirma algo que cada vez más investigadores sociales señalan: las personas no hacen una distinción clara entre las esferas online y offline de sus vidas, sustituyendo una esfera por otra, sino que integran los medios digitales a sus vidas de forma natural.

Una imagen de normalidad sobre la religión en internet

La tesis doctoral, realizada por Xabier Riezu y recientemente defendida en la Universidad de Deusto, transmite una imagen de normalidad sobre la religión en internet. Los datos obtenidos sirven para refutar las visiones exageradas sobre el mundo de los medios digitales. Entre los usuarios de Rezandovoy no se aprecian fenómenos que habitualmente suelen relacionarse con internet, como las identidades diluidas, el individualismo, la descontextualización de la religión o el cuestionamiento de la autoridad.

El trabajo concluye que la relación entre los medios digitales y la religión ha de entenderse desde el marco de la postsecularidad y no desde la teoría de la secularización, que tradicionalmente ha vinculado la sociedad de la información a la disminución y eventual desaparición de la religión. La postsecularidad, por el contrario, atribuye a la sociedad actual un incremento de la pluralidad de opciones de vida.