Oración en el lugar del bautismo de Jesús - Alfa y Omega

Oración en el lugar del bautismo de Jesús

El Papa Juan Pablo II cumple hoy 80 años. Desde hace 22 gobierna la Iglesia católica y se ha convertido, por derecho propio bien ganado, en la más alta y creíble instancia moral de la Humanidad en esta hora de la historia del mundo. Al desearle sinceramente toda la felicidad que se merece y pedir para él todas las bendiciones de Dios, Alfa y Omega considera oportuno celebrar tan gozosa efeméride ofreciendo a nuestros lectores uno de los más espléndidos regalos de su excepcional magisterio: el texto íntegro, en traducción de L’Osservatore Romano, de todos los discursos de su inolvidable e histórica peregrinación pastoral a Tierra Santa, al cumplirse 2.000 años de la Encarnación de Jesucristo

Redacción
Río Jordán. Lugar en que la tradición sitúa el Bautismo de Jesús

Palabras en Wadi al-Jarrar, a la orilla del río Jordán (21 de marzo)
Oración en el lugar del bautismo de Jesús

Deseo saludaros a todos los que estáis aquí reunidos para esta breve oración. En particular, oro por Su Majestad el rey, y le agradezco nuevamente la acogida que he recibido aquí en Jordania.

En el evangelio de san Lucas leemos que fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados (Lc 3, 2-3). Aquí, junto al río Jordán, cuyas dos orillas son visitadas por innumerables peregrinos que rinden homenaje al bautismo del Señor, también yo elevo mi corazón en oración:

¡Gloria a ti, oh Padre,
Dios de Abraham, Isaac y Jacob!
Tú enviaste a tus siervos,
los profetas,
a proclamar tu palabra
de amor fiel
y a llamar a tu pueblo
al arrepentimiento.
En las orillas del río Jordán
suscitaste a Juan Bautista,
una voz que clama en el desierto,
enviado para toda la región del Jordán,
a preparar el camino del Señor, a anunciar la venida de Jesús.
¡Gloria a ti, oh Cristo,
Hijo de Dios!
Viniste a las aguas del Jordán para ser bautizado por la mano de Juan.
Sobre ti descendió el Espíritu en forma de paloma.
Sobre ti se abrieron los cielos y se escuchó la voz del Padre:
Éste es mi Hijo, el predilecto.
Del río bendecido
por tu presencia
saliste para bautizar
no sólo con agua
sino también con fuego
y Espíritu Santo.
¡Gloria a ti,
oh Espíritu Santo,
Señor y dador de vida!
Por tu poder
la Iglesia es bautizada, descendiendo con Cristo a la muerte y resucitando con él a nueva vida.
Por tu poder
somos liberados del pecado y nos convertimos en hijos de Dios, el glorioso Cuerpo de Cristo.
Por tu poder
es vencido todo miedo, y se predica el Evangelio del amor en todos los rincones de la tierra,
para gloria de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
A Él toda gloria
en este Año Jubilar
y en todos los siglos futuros.
Amén.

Deseo dar las gracias a todos los que han participado y a todos los que han colaborado en la organización. En particular, expreso mi gratitud a los patriarcas, a los obispos, a los sacerdotes y a las religiosas. Celebrar con la comunidad católica en Jordania ha sido una experiencia conmovedora. Saludo cordialmente a los representantes de las demás comunidades que han venido de muchas otras partes de Oriente Medio. Os expreso mi agradecimiento a todos vosotros. Me siento especialmente cerca de los niños y los jóvenes. Sabed que la Iglesia y el Papa confían mucho en vosotros. Dirijo un saludo particular a Su Alteza real el príncipe Mohammed. Recordaré a todo el pueblo de Jordania —cristianos y musulmanes— en mis oraciones, de manera especial a los enfermos y a los ancianos. Con gratitud invoco abundantes bendiciones sobre Su Majestad el rey y sobre toda la nación. ¡Dios os bendiga a todos! ¡Dios bendiga a Jordania! San Juan Bautista proteja al Islam, a todo el pueblo de Jordania y a todos los que han participado en esta celebración, una celebración memorable. Os expreso mi gratitud a todos.

¡Muchas gracias!