El deseo de Navidad de un preso de la cárcel - Alfa y Omega

En la prisión de Soto del Real, hombres y mujeres respiran soledad en estos días, en los que echan mucho de menos a la familia. Invadidos por esa tristeza, algunos se refugian en Dios para intentar llenar el vacío que provoca la ausencia de los suyos. Dios, que se hace Niño en Navidad, les ayuda a cambiar la tristeza por la alegría del encuentro con ese Dios que les ama, a pesar de que sus historias no se haya caracterizado por vivir como Él nos pide.

Hace unos días, José Luis, que pasará sus segunda Navidad en prisión, me entregaba este escrito: «Navidad es la más bella historia de amor. Dios nos ama y se hace hombre en Jesús. Por eso, la Navidad es un tiempo en el que deben abundar los sentimientos de paz, amor y reconciliación. Un tiempo en el que se deben olvidar las luchas y las zancadillas. Un tiempo de encuentro con el amigo Jesús y con los amigos que caminan a nuestro lado.

Y porque quiero vivir la Navidad así, como un momento de encuentro con los míos desde la distancia, hoy les escribo este cuento, que también es mi sueño, esperando que en esta Navidad se pueda hacer realidad: “Os pido perdón por cuanto os he hecho sufrir y os digo, con lágrimas en los ojos, que si estáis dispuestos a acogerme, pongáis un pañuelo blanco colgado del árbol deshojado que hay en el jardín, al lado de la casa y junto a la vía del tren. Yo pasaré en el tren el 24 de diciembre. Si veo el pañuelo, bajaré en la estación; de lo contrario, con mucho dolor aceptaré vuestra decisión y continuaré el viaje. Salí de permiso y, cuando el tren pasó frente a la casa, vi el árbol transformado: blanqueaba repleto de pañuelos que los suyos habían colgado en sus ramas. Me bajé en la estación y abracé a los míos”. En estos días de Navidad puedo sonreír porque del árbol de mi vida hoy prenden muchos pañuelos blancos que dan la bienvenida a Jesús y brindan amor, alegría y paz a los demás. Y por eso hoy, en Navidad, soy feliz, porque mi familia sois cada uno de vosotros que ponéis un pañuelo blanco en el árbol de vuestra vida para que yo lo vea y deje de estar solo».