El tesoro de la Iglesia - Alfa y Omega

El tesoro de la Iglesia

El director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, el sacerdote Miguel Ángel Jiménez Salinas, explica a Alfa y Omega cómo se financia la Iglesia en España y de dónde recibe los fondos para sostener sus actividades. La X, los donativos y las suscripciones, claves del milagro

Rosa Cuervas-Mons
En 2012, Cáritas y Manos Unidas en España destinaron más de 324 millones de euros a labores asistenciales

Todavía son muchos los que sostienen que el Estado entrega dinero a la Iglesia. ¿Cómo explicar que no es así?
Pues así de sencillo: la Iglesia no tiene ninguna asignación en los Presupuestos Generales del Estado. Así es y puede ser comprobado. Alguien podría preguntar: ¿Y el dinero en educación, en sanidad, en tantas y tantas residencias de ancianos? Ese dinero que la Iglesia puede recibir no es por ser Iglesia, sino por los servicios que presta en beneficio de la sociedad. Cualquier asociación puede ofrecer sus servicios a la sociedad, por ejemplo, en el ámbito educativo, siempre y cuando cumpla la legislación y las condiciones. Por tanto, vuelvo a repetir, la Iglesia como tal Iglesia no recibe nada del Estado.

Por aclararlo aún más. En la Disposición Adicional 50 de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2014, se dice: Durante el año 2014 el Estado entregará, mensualmente, a la Iglesia Católica 13.266.216,12 euros, a cuenta de la cantidad que deba asignar a la Iglesia por aplicación de lo dispuesto en los apartados Uno y Dos de la disposición adicional decimoctava de la Ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007. Es decir, esa cantidad que aparece es a cuenta del dinero que saldrá resultante de aquellos que marquen la X, y eso depende de la libertad y de la voluntad de los contribuyentes.

La X de la Declaración de la Renta. ¿Qué es y qué parte de la financiación de la Iglesia supone?
La X de la Declaración de la Renta, tal y como ahora la conocemos, es fruto de la modificación del sistema de Asignación Tributaria que tuvo lugar a finales de 2006. A partir de esa fecha, el dinero que la Iglesia recibe es fruto de la libertad del contribuyente. Quien marca la X expresa de esa forma su deseo de que el 0,7 % de la cuota íntegra de sus impuestos esté destinado a la Iglesia. De esa forma, solemos decir que, si ningún contribuyente marcara la X, la Iglesia no recibiría ni un euro. Dicho de otra forma: los que no marcan la X no contribuyen en nada a la Iglesia. Por eso es muy importante que los católicos y los que valoran la labor de la Iglesia marquen la X.

Por otra parte, depende de cada zona de España, de cada diócesis, pero si hiciéramos una media, el dinero de la X supone en torno a un 25 % del sostenimiento básico de la Iglesia.

Además de la X de la Renta y de las donaciones de los fieles, ¿de dónde más recibe dinero la Iglesia?
Acabamos de decir que la X de la Iglesia supone en torno a un 25 % de su sostenimiento básico. ¿Cuáles son las otras fuentes de financiación? Pues, claramente: las colectas que diaria o semanalmente se realizan en las parroquias. Ese dinero de las colectas, las donaciones, la suscripciones periódicas que mucha gente tiene con su parroquia o con su diócesis, hacen posible la labor de la Iglesia en multitud de campos y ámbitos.

No se valora, por ejemplo, la posibilidad de tener un sacerdote dedicado a tiempo completo a la administración de los sacramentos, a predicar la Palabra de Dios. Más aún, no se valora el hecho de tener a una persona con la que poder hablar, de la que recibir consejo o que visita a los enfermos y a los ancianos… Es una labor callada que se hace diariamente en España. Más de dos millones de horas dedican los sacerdotes a visitar enfermos y ancianos. Si ésos y otros muchos servicios hubiera que pagarlos con dinero contante y sonante, costaría más de 1.100 millones de euros más de lo que ahora cuesta. ¿Por qué? Pues porque los criterios desde los que se realiza esta inmensa labor son de austeridad y gratuidad. Desde aquí hay que dar millones de gracias a toda la labor desinteresada y gratuita que muchos cristianos voluntarios desarrollan desde Cáritas, Manos Unidas, y desde tantas otras instituciones y actividades como la Iglesia desarrolla.

¿Por qué es importante la suscripción de los fieles como forma de sostenimiento de la Iglesia?
Es éste un aspecto fundamental. El hecho de las suscripciones periódicas hace posible hacer un cálculo de lo que se puede disponer, y es evidente la ventaja que esa forma concreta puede ofrecer. Además, es que, de esa forma, nos hacemos más conscientes de las necesidades que la Iglesia puede tener. Una Iglesia de la que todos formamos parte. Somos la familia de los hijos de Dios y, de la misma forma que no nos desentendemos de las necesidades que existen en nuestra familia humana, ayudamos y colaboramos con la familia de los hijos de Dios, que es la Iglesia a la que pertenecemos. Es, por decirlo así, milagroso que se pueda hacer tanto con unos recursos tan limitados. ¿Gracias a qué? A la generosidad en tiempo y en cualidades que los voluntarios tienen. Ése es el gran tesoro de la Iglesia: las personas que generosamente dan de lo que son y tienen.

¿Qué porcentaje del dinero que recibe la Iglesia se dedica, en términos generales, a la ayuda a los necesitados y la actividad pastoral?
Para contestar adecuadamente a esta cuestión, hay que tener en cuenta que cada diócesis es independiente y que cada realidad, si comparamos unas diócesis con otras, es distinta. En 2012, más de 47 millones de euros estuvieron destinados a actividades asistenciales. Más de 2,2 millones de personas fueron atendidas en centros para mitigar la pobreza. Si ampliamos la mirada, en total, casi 3.500.000 personas fueron acompañadas y atendidas en alguno de los 8.135 centros asistenciales católicos durante el año 2012. Una prioridad clara y manifiesta de nuestras parroquias es la labor caritativa. La Iglesia desde Cáritas, desde las 6.000 Cáritas parroquiales, o los grupos parroquiales de Manos Unidas ayudaron, en 2012, con 324.556.998 euros.