Enfoque - Alfa y Omega
El propósito del Papa para 2016

Encuentro entrañable… y lleno de jugosas exclusivas. Al recibir, el 31 de diciembre, a unos 6.000 niños cantores, el Papa les confesó que, de pequeño, quiso ser carnicero; que, cuando se enfada, procura pensar en las veces en que él he hecho «enojar a los demás», y que, aunque le encanta oír cantar —su madre les ponía a él y a sus hermanos ópera en la radio todas las semanas—, prefiere permanecer como simple oyente: «Si yo cantara parecería un asno». ¿El propósito de Francisco para 2016? «Rezar un poco más», porque, «para un obispo, el primer deber es la oración» y «el anuncio del Evangelio, la predicación».

Nuevo año, viejos dramas

El nuevo año comienza para los refugiados sirios en el Líbano con más frío y menos esperanza. La creciente tensión entre Arabia Saudí e Irán complica una salida diplomática a la crisis y arroja más leña al fuego, ya de por sí caldeado con la disputa entre Turquía y Rusia, que apoyan a bandos opuestos. En la frontera entre Marruecos y España, 2016 ha comenzado con la muerte de tres personas que intentaban saltar la valla de Ceuta.

El primer belén

En una visita sorpresa relámpago, el Papa estuvo el lunes en Greccio, el lugar donde Francisco de Asís puso el primer belén. Ocho siglos después, se conserva esa atmósfera a la vez alegre, sobria y misteriosa que representa al Niño Dios tal como vino al mundo: desvalido y pobre.