El brindis de Navidad de las internas, los fruteros y los manteros - Alfa y Omega

Las primeras en llegar fueron nuestras amigas internas, que decidieron no quedarse a cenar en Nochebuena en casa de los señores. Un poquito después llegaron nuestros amigos que trabajan en fruterías, que habían tenido que ir a llevar encargos. Luego fueron llegando en cuadrilla los que reparten publicidad en la boca del Metro o venden rosas por las calles. Los últimos en hacerlo, para apurar las posibles ventas, fueron los manteros.

Todos trajeron algo. La generosidad es una de las características de nuestros amigos del mundo. La cena parecía un festín mesiánico: arepas de Colombia, arroz basmati y verduras de Bangladés, pollo con salsa de cacahuete de Senegal, ceviche de Perú, pastela de Marruecos… A la diversidad gastronómica se sumó la diversidad de lenguas, en las que cantamos la alegría de la amistad y el amor que salta fronteras y que nos hace reconocernos como una familia humana sin derechos de admisión.

Éramos 25, y aún pudimos hacer sitio para los que llegan de imprevisto. Así llegamos al momento más emotivo de la cena: el brindis de la medianoche, donde recordamos a la familia, al hijo que murió en una balacera en Colombia unos meses antes de que su madre le pudiera reagrupar, a los padres ancianos a quienes no se ha vuelto a ver desde hace años… Pero a la vez, como las burbujas de la sidra sin alcohol con que llenamos nuestras copas, brindamos también por nuestras esperanzas y sueños, agradeciendo el don de estar vivos y de luchar juntos por el presente que tenemos y por el futuro que anhelamos. Como la vida misma, combinamos las risas y el llanto, la alegría y las penas.

En nuestro brindis hay siempre un momento estrella. Es cuando recordamos a quienes quizás esa noche están organizándose para saltar fronteras… nos unimos a ellos y les mandamos fuerza y acogida. Nuestro brindis se cumplió. Esta Nochebuena 400 personas intentaron cruzar a Ceuta por Benzú (Marruecos). 182 lograron entrar. Injusta y tristemente, dos de ellos murieron. Seguiremos compartiendo la cena y brindando en memoria suya hasta que no haya fronteras.