¿Qué ha dicho realmente el Papa Francisco? - Alfa y Omega

¿Qué ha dicho realmente el Papa Francisco?

Redacción

El diario online italiano Korazym ha publicado un artículo -reproducido también por CNA– de monseñor Piero Amenta, Prelado auditor de la Rota Romana, en el que aclara las últimas palabras del Papa Francisco acerca de los procesos de nulidad: «el Papa no ha dicho que los procesos matrimoniales deban ser gratuitos», afirma, al mismo tiempo que subraya que «no es cierto que en los tribunales eclesiásticos se hagan negocios sobre las desventuras matrimoniales».

En su artículo, monseñor Amenta lamenta que «a algunos les gustaría la idea de una Iglesia sin estas estructuras», refiriéndose a los Tribunales Eclesiásticos, pero indica que «el Papa reafirma que la salus animarum no se encuentra fuera de la justicia, como querrían aquellos que oponen el Derecho a la pastoral, con una dicotomía equivocada, porque el Código es y debe ser un instrumento pastoral».

Texto original de monseñor Amenta

Procesos canónicos: ¿qué ha dicho realmente el Papa Francisco?

Uno de los más famosos periódicos italianos publicó hace unos días un largo artículo acompañado por una fotografía de los prelados auditores de la Rota Romana junto al Papa Francisco. El titular era asombroso: La Sagrada Rota debe ser gratuita. Un ejemplo de cómo los medios de comunicación hacen información, pero también desinformación. El texto en sí, entendámonos, es sustancialmente correcto al informar de la noticia. Pero es la forma de organizar los titulares y de incluirlos en relación con imágenes lo que deja que desear e induce al equívoco.

De hecho, al lector superficial o distraído, le podría parecer que el Papa habría querido fustigar al Tribunal Apostólico de la Rota Romana por los negocios que habría hecho en torno a la nulidad matrimonial. Pero hay dos cosas que no funcionan: en primer lugar, el encuentro no estaba destinado a la Rota, sino a un grupo internacional de estudiantes que han seguido un curso organizados en el seno de la Rota sobre el matrimonio rato y no consumado; en segundo lugar, el Papa no ha dicho que los procesos matrimoniales deban ser gratuitos. En verdad, dijo que tenemos que tener cuidado de «…que los procedimientos no entren dentro del marco de los negocios». Y agregó: «…en el Sínodo, algunas propuestas han hablado de gratuidad, se debe ver…». Una respuesta provisional no es una afirmación.

Sobre todo, no es cierto que en los tribunales eclesiásticos se hagan negocios sobre las desventuras matrimoniales. Como han informado correctamente algunos periodistas, hoy en día el porcentaje de gratuidad de los procesos de la Rota roza el 53 por ciento.

Es una verdadera leyenda la que afirma que los tribunales eclesiásticos son lugares poco honrados. El hecho de que haya abogados que aumenten las tarifas no puede ser la prueba de deshonestidad; se trata de casos dolorosos, pero aislados y perseguibles si se informa de ellos. El Papa mismo lo ha dicho, recordando un episodio de depuración en el Tribunal de Buenos Aires.

Una cosa es cierta, sin embargo, más allá de la noticia expuesta recta o torpemente: el Papa presenta un problema que tendrá que encontrar algunas soluciones en beneficio de la justicia y de los fieles que piden una respuesta a la Iglesia sobre su relación conyugal por desgracia naufragada. A partir de las palabras del Papa, si se interpretan correctamente, se deducen algunos datos. Sobre todo, la necesidad de que los procesos sigan existiendo: «…hay muchas personas que necesitan una palabra de la Iglesia sobre su situación matrimonial», dijo el Santo Padre. Por lo tanto, no es un trabajo superfluo en la Iglesia. A algunos les gustaría la idea de una Iglesia sin estas estructuras -o sin estructuras, simple y llanamente-, pero el Papa reafirma que la salus animarum no se encuentra fuera de la justicia, como querrían aquellos que oponen el Derecho a la pastoral, con una dicotomía equivocada, porque el Código es y debe ser un instrumento pastoral.

Una segunda conclusión: los procesos deben ser más sencillos. La Comisión [de estudio sobre los procesos de nulidad] recientemente creada, tendrá precisamente la tarea de encontrar vías que recorrer en este sentido. Quizá no sería una idea completamente descabellada considerar la posibilidad de ofrecer mayores estructuras jurisdiccionales, especialmente en los países donde las distancias son diez veces más largas que en el caso de Italia, y donde los tribunales tienen un área de influencia de tamaño excepcional que no favorecen la colaboración de los fieles si no es al precio de una grave incomodidad.

Un tercer dato: los intereses económicos no se compadecen con los intereses espirituales; pero es innegable que también la Iglesia está necesitada de medios -aun modestos- en la búsqueda de los intereses espirituales. Es la misma razón por la cual se invita a los fieles a ofrecer lo que puedan -y en algunos casos, una oblación obligatoria- cuando reclaman servicios religiosos que implican un gasto de dinero o de recursos: es el caso de los sacramentos o sacramentales (bodas , funerales, primeras comuniones, reuniones de catequesis, etc.).

Y también debo añadir que, según mi experiencia, los fieles también son generosos cuando pueden conocer de primera mano los beneficios que se derivan para ellos mismos y para sus familias. Los únicos que protestan son sólo un puñado de bloggers endurecidos, que deambulan por la red en busca de noticias religiosas para sembrar el descrédito, pero que  tal vez nunca han puesto un pie en una iglesia, y mucho menos han metido su mano en el bolsillo para sostener a la Iglesia en sus actividades apostólicas, que consideran inútiles y perjudiciales.

Traducción: J. L. V. D.-M. / Redacción