Ordenar, elegir, descartar - Alfa y Omega

Ordenar, elegir, descartar

Javier Alonso Sandoica
Foto: twitter Marie Kondo

Esta chica vive literalmente del orden. Ahora que se lleva tener asistente para todo (personal trainer, personal shopper, consejeros multidisciplinares), cabe una figura más, la de quien te enseña a ordenar la casa para que lleves una vida más inspirada. Se llama Marie Kondo, es japonesa, joven y lleva el pelo con flequillo muy Príncipe Valiente. Ha escrito La magia del orden (Editorial Aguilar). Son ya cinco millones los lectores de este libro y miles de devotos prosternados ante su método. La autora se plantea cuestiones muy sencillas: ¿qué escoges en la vida para que te acompañe?, ¿qué desechas?, ¿qué ordenas? Ciertamente atina cuando recomienda que solo centrarse en tirar cosas trae infelicidad, hay que escoger lo que se debe guardar, no lo que queremos tirar. Subraya mucho la urgencia a la hora de quitarse de encima cosas inútiles que se han quedado a vivir con nosotros y, por pereza, nos hemos habituado a su presencia. Nada de deshacerse de un objeto cada día, menuda atadura. La voluntad se ejercita súbitamente una tarde en la que se elige y se descarta, eso dice ella. Es mejor hacerlo de manera rápida porque «organizar no es el propósito de la vida. Si crees que organizar es algo que debe hacerse todos los días, y que necesitarás hacer toda tu vida, es hora de despertar».

Entiendo lo que quiere decir, es como si una persona creyente estuviera obsesionada por formalizar una vida espiritualmente reglada, ordenada, muy detallada, que se enorgulleciera de su planificación, pero anduviera lejos de una relación personal con Aquel que la sostiene. A nuestra maestra del orden se le nota su formación filosófica oriental tan aherrojada por el destino: «Cualquier cosa que dejes ir, regresará a ti justo en la misma cantidad, cuando sienta el deseo de volver a ti». Nunca escapas de tus acciones, tanto elijas como descartes.

Al carecer de una visión trascendente de la existencia, Marie Kondo recomienda hablar a las cosas que se usan, porque también se fatigan por el uso (sic.), o saludar a las casas que se visitan. Todo forma parte del equilibrio de energías cósmicas, tan lejos de la presencia de una Gracia trascendente que irrumpe en la vida del ser humano como un corazón inesperado pidiendo ser amado.

Hombre, ser ordenado en casa te va a traer consecuencias positivas en la vida, pero eso ya te lo dice el instinto y también te lo niega la pereza.