México se postra doce días ante la Virgen de Guadalupe por la paz - Alfa y Omega

México se postra doce días ante la Virgen de Guadalupe por la paz

La espiral de violencia que sacude México, recrudecida en las últimas semanas con enfrentamientos entre jóvenes estudiantes y la policía, ha llevado a los obispos del país a convocar una gran movilización de oración por la paz, encomendándose a la Virgen de Guadalupe, patrona del país. Además de a los fieles mexicanos, la iniciativa está abierta a todos los católicos del mundo para unirse, a través de la comunión de los santos, en oración a la Guadalupana para auxiliar a los hermanos mexicanos

José Antonio Méndez

A los constantes asaltos y asesinatos que causa el narcotráfico en México, y a los frecuentes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y el crimen organizado, y entre las bandas mafiosas entre sí, en las últimas semanas México ha visto con dolor cómo la violencia se ha incrementado a causa de los choques entre la policía y varios grupos de estudiantes y jóvenes, que se manifiestan para reclamar que las autoridades tomen un papel más activo y comprometido en la lucha por la justicia y contra la corrupción.

Por eso, la Conferencia Episcopal Mexicana ha convocado a una gran iniciativa de oración nacional, para revertir esta «preocupante situación social de violencia». A través de una declaración episcopal conjunta, los obispos dispusieron que «desde el 30 de noviembre, primer domingo de Adviento, hasta el 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe», todos los católicos del país están llamados a unirse «en un docenario (doce días) de oración por la paz, convencidos de que para Dios nada es imposible». Además, la iniciativa se acompaña de un acto de consagración a la Virgen, que todos los católicos están invitados a realizar en el día de la fiesta mariana, patrona del país y una de las advocaciones de la Virgen de mayor difusión internacional.

«¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?»

La solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe es la fiesta religiosa más importante de México, y por eso, los obispos han pedido a los mexicanos que en esa fecha, «unidos al Papa Francisco, pidamos la intercesión de la Madre de Dios por la conversión de todos los mexicanos, particularmente la de quienes provocan sufrimiento y muerte, y para que todos pongamos lo mejor de nosotros mismos para hacer posible la paz».

Asimismo, con la consagración del día 12, el episcopado mexicano ha recordado a todos los fieles que, «conscientes de que la Guadalupana camina con nosotros, diciéndonos como a san Juan Diego: No se turbe tu corazón… ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?, nos consagremos a Ella, a nivel personal, familiar o comunitario, ofreciéndole orar a su Hijo Jesús por la paz de manera permanente».

Una llamada al compromiso personal

Ahora bien, la llamada de los obispos no es sólo una convocatoria piadosa, sino que el episcopado recuerda que las plegarias deben de estar acompañadas por el «compromiso personal para trabajar por la paz, buscando la verdad, la justicia y la libertad», así como de la disposición «a tomar parte en el diálogo y el trabajo por la construcción de la sociedad, fomentar la educación en los valores y la ayuda a los más necesitados».

Esta es la oración final, que los obispos de México han propuesto a todos los creyentes para la consagración del día 12, y a la que pueden sumarse los fieles de todo el mundo para, a través de la comunión de los santos, rogar a Dios que conceda el don de la paz al tan castigado pueblo mexicano:

Oración por la paz

Señor Jesús, tú eres nuestra paz,
mira nuestra Patria dañada por la violencia
y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan
que somos hermanos
y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión.
Protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,
a nuestros pueblos y comunidades.
Que como discípulos misioneros tuyos,
ciudadanos responsables,
sepamos ser promotores de justicia y de paz,
para que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna.

Amén.