Las religiones «no dividen ni enfrentan» - Alfa y Omega

Las religiones «no dividen ni enfrentan»

El líder musulmán rezó para que los esfuerzos de los musulmanes sean «conducentes a hacer todo lo posible a nivel individual y colectivo para que reine la paz y el entendimiento, desde todos los ámbitos de la vida, bien en su misma dimensión económica y social, o en los ámbitos de los militar y la política»

AVAN
Foto: A. Sáiz/AVAN

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y los líderes judíos, musulmanes, hinduístas y budistas junto con representantes de diferentes confesiones cristianas han rezado este miércoles pasado juntos por la paz en el mundo y la convivencia en un acto interreligioso en el que han coincidido en mostrar las religiones como símbolo de paz.

«Dios no divide ni enfrenta, Dios une y da la paz y la religión no divide ni enfrenta y prueba de ello es esta unión en oración de esta tarde», ha dicho en su introducción el purpurado al que los demás representantes de las distintas religiones y confesiones cristianas han agradecido este encuentro y la colaboración de todos los participantes.

De igual forma, ha destacado que «siempre, también hoy, es posible la paz, si se quiere y busca verdaderamente, si no hay otros intereses que la impiden y se ponen sobre ella o se anteponen a ella».

Tras la introducción del purpurado, el primer líder en intervenir ha sido Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España, quien ha subrayado que «el concepto de la paz está absolutamente enraizado en la religión del Islam, desde la misma denominación de ésta y de sus creyentes hasta la presencia de los derivados verbales y sustantivos con todas sus implicaciones plasmados por todo el texto coránico, siendo la búsqueda de la paz, a todos los niveles, un valor máximo dentro de los valores islámicos, un principio básico cimiento del Islam y de los musulmanes».

De esta manera, «se convierte la paz en propósito fundamental y motor en la vida de los musulmanes, desde la paz interior a la paz de Dios, pasando por la paz social y por no declarar la guerra, en armonía con el resto de seres humanos y el Sumo Hacedor», ha asegurado.

También ha orado para que los esfuerzos de los musulmanes sean «conducentes a hacer todo lo posible a nivel individual y colectivo para que reine la paz y el entendimiento, desde todos los ámbitos de la vida, bien en su misma dimensión económica y social, o en los ámbitos de lo militar y la política».

Asimismo, Tatary ha subrayado que «no es en absoluto saludable para el creyente albergar sentimientos de ira, rencor u odio que rompan su paz interior, pero peor aún es dejarlos crecer y dejarse llevar por ellos, superponer ideologías de cualquier tipo a la ley de Dios olvidándola, retorcer y tergiversar el sentido de la palabra de Dios para acallar sus conciencias por sus malas acciones o intenciones hostiles, asentándose en sus almas el cáncer del mal, siendo todo ello contrario a los sentimientos religiosos sanos de los musulmanes».

Federación de Comunidades Judías de España

A continuación ha tomado la palabra el rabino Moisés Bendahan, en representación de la Federación de Comunidades Judías de España, cuyo presidente, Isaac Querub, también ha sido invitado al acto interreligioso.

Así, Moisés Bendahan en su oración ha pedido a «Dios, creador del mundo, que bendiga a todos los hombres del Universo, y los ampare bajo la protección de tu Amor», extendiendo «sobre ellos la paz» e iluminándolos «con tu buen consejo para que se conduzcan en tus caminos de misericordia y desarrollen la esencia divina que anida en todo ser humano que es Verdad, Bondad, Compasión, Unidad y Grandeza».

También ha manifestado su deseo y necesidad de recibir ayuda para «desarrollar nuestra naturaleza espiritual, para que nos alejemos totalmente del orgullo, el egoísmo, el odio, la ira, la envidia y la tristeza y reine en nosotros la humildad, el amor, el perdón , la generosidad, la paciencia, la alegría y la paz».

Federación Española de Comunidades Budistas de España

La tercera participante ha sido la monja budista Paloma Alba, en representación de la Federación Española de Comunidades Budistas de España, quien en su oración ha exhortado al «Buda de la Vida y de la Luz, para poder ser ella “medicina para los enfermos, cuidando sus aflicciones hasta que se curen” y “proteger a los desamparados y a los pobres”».

De igual forma, ha pedido «que todos encuentren la felicidad a través de mis acciones y que nadie sufra debido a ellas».

Representantes del Hinduismo

En cuarto lugar ha participado por parte del Centro Vedántico de España el reverendo Swami Rameshwarananda Giri, representante del Hinduismo perteneciente a la Sagrada Orden de los Swamis.

Así, haciendo referencia y recordando palabras del Bhagavad Guita, texto sagrado hinduísta, ha indicado que «cuando un hombre se libera de todos los deseos que anidaban en su corazón su alma descansa definitivamente en paz».

Por ello, «quien no se regocija en la fortuna y los bienes, ni se apena en el infortunio o la enfermedad, aquel que donde quiera que esté, está libre de ataduras , sin duda posee suprema sabiduría».

Asimismo, «el hombre que abandona el orgullo de la posesión, libre del sentimiento del “yo” y de “lo mío” alcanza la paz suprema».

Iglesia anglicana

Igualmente, por parte de la Iglesia Española Reformada Episcopal – IERE Comunión Anglicana ha participado Juan María Tellería, ministro de esta Iglesia que se ha dirigido a Dios en su oración y ha asegurado que «bendecimos tu santo nombre porque has querido poner en nuestros corazones el anhelo firme de una paz duradera entre todos los individuos y todos los pueblos que hoy componemos la gran familia que tu creaste a tu imagen y semejanza».

Foto: A. Sáiz/AVAN

Representante ortodoxo

El sexto líder religioso del acto ha sido Teofil Moldován, vicario general del Arzobispado Ortodoxo de España y Portugal, y representante en la Comisión Asesora de Libertad Religiosa del Ministerio de Justicia por parte de las Iglesias Ortodoxas que, según ha contado, fue alumno del cardenal en 1976 en Salamanca. Precisamente, ha recordado que «ya entonces decíamos, al encontrarse un ortodoxo con el corazón académico del catolicismo, que se une Oriente con el Occidente» y ha destacado que «nuestro instrumento por la paz es la oración».

A continuación, en su oración ha pedido al «Señor Dios nuestro, escuchar nuestra súplica ya que llanto con derrame de lágrimas, desolación y profunda angustia vivimos por los que sufren las consecuencias de las guerras y la falta de la paz».

Intervención final del cardenal Cañizares

La séptima y última intervención ha sido la del Arzobispado de Valencia, el cardenal Cañizares, quien ha leído la «Oración de San Francisco» y ha rezado el Padre Nuestro.

Por último, en su intervención final en el acto de oración por la paz, el cardenal ha asegurado que «las religiones, las Iglesias, por su parte, no tienen divisiones militares ni armas, pero tienen un arma que es más poderosa que todos los sofisticados armamentos destructores de nuestros días, tienen la oración por la paz que la traerá a la tierra, si de verdad oramos y lo hacemos con verdadera confianza y constancia».

«La oración, resistente como el acero cuando se templa bien al fuego del sacrificio y del perdón, hecha con fe y absoluta confianza y con todo el corazón, es la sola arma eficaz para penetrar hasta el corazón, que es donde nacen los sentimientos y las pasiones de los hombres, eficaz para acabar con la guerra, para que se implante la paz y se destierre de manera definitiva la violencia, el odio, la injusticia», ha añadido.

Asimismo, ha destacado que «para alcanzar la paz, además, se debe, educar para la paz y esto es más urgente que nunca, porque los hombres, ante las tragedias violentas y destructoras que siguen afligiendo la humanidad, están tentados de abandonarse a la resignación y al fatalismo, como si la paz fuera un ideal inalcanzable».

Igualmente, ha animado a «seguir apostando por la evidencia de que la paz es posible, más aún, la paz es necesaria!». «Necesitamos la paz que exige dominar el afán que en todo hombre se da de sobresalir y de vencer, la intolerancia frente a los que piensan de manera diferente, o la tendencia a la exclusión», ha añadido.

Asimismo, el cardenal ha asegurado que «necesitamos la paz, que es fruto del cumplimiento de las bienaventuranzas, de la extinción de la causa de la violencia y de la ambición desmesurada del poder, de las riquezas, del interés propio y del egoísmo».

«Necesitamos la paz que antepone a otras cosas la mansedumbre, que ofrece a los demás el poder y la supremacía, que no el vasallaje, ni la rendición a la injusticia, ni a la iniquidad, y que exige hacer gestos valientes de desarme, de diálogo auténtico, de afabilidad firme», ha explicado.

Finalmente, ha afirmado que «la paz exige humildad, también social, para aceptar cualquier iniciativa que venga a solucionar o a perfeccionar la vida social y se ha de construir sobre los cuatro pilares de la verdad, la justicia, el amor y la libertad».

El acto ha finalizado con la interpretación del «Himno de la Alegría» a cargo de los dos músicos que han amenizado cada una de las intervenciones y un aplauso por parte del público asistente.