«Orgullosa de ser católica. ¡Llevo mi cruz!» - Alfa y Omega

«Orgullosa de ser católica. ¡Llevo mi cruz!»

Abandonada de niña y adoptada por una familia católica, la cineasta Cheyenne Carron luce hoy con orgullo su fe: «Soy católica, y quiero hablar de lo que me hace bien. Jesús es mi salvador»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

Argelina de nacimiento, Cheyenne Carron fue abandonada por su familia cuando era niña, y luego fue adoptada por una familia católica que le transmitió la fe. Quizá por eso la presencia del fenómeno religioso es algo habitual en sus películas: «La religión es un tema recurrente en mi trabajo porque soy católica, y yo quiero hablar de lo que me hace bien», explica a Alfa y Omega, al mismo tiempo que reconoce: «Jesús es mi salvador». Tanto bien le hace que no hace mucho se decidió a pedir el Bautismo, y fue bautizada en la Pascua de 2014. Poco después, lucía en las redes sociales una foto del crucifijo en su pecho, con la frase: «Orgullosa de ser católica, ¡llevo mi cruz!».

Su última producción, El Apóstol, narra la historia de un joven musulmán que al contacto con un sacerdote misericordioso, que perdona el asesinato de su hermana, decide acercarse al cristianismo y acaba pidiendo el bautismo. El argumento debe mucho a la experiencia personal de la misma Cheyenne Carron: de joven, una vecina suya cristiana fue asesinada por un islamista, pero su hermano, sacerdote católico, decidió acompañar a la familia del asesino «para ayudarles a vivir».

«Orgullosa de ser católica. ¡Llevo mi cruz!»

Sin embargo, Cheyenne vivió una situación comprometida cuando, con ocasión de los atentados al Charlie Hebdo, El Apóstol fue retirada de las salas por decisión gubernamental. «Lo viví muy mal –reconoce Cheyenne–. Tenía la impresión de que la gente daba la razón a los terroristas. Fue un momento complicado, pero las cosas volvieron a la normalidad, y muchos católicos expresaron su desaprobación».

El terrorismo islámico, el Islam, los refugiados, el deseo de una Europa segura…: todas estas cuestiones se mezclan hoy, pero «el verdadero problema, más grave para mí que los islamistas, son todos aquellos que apoyan su extensión por Europa, como un intento de suicidio, o de autodestrucción. Pienso en Angela Merkel, por ejemplo, pero también en muchos otros líderes de Europa, entre ellos de mi país, Francia», porque «creo que el Islam tiene que fortalecer su tierra, y también creo que Europa es cristiana y debe seguir siéndolo».