Prosiguen los Encuentros en Emaús

Las 94 parroquias de la diócesis donde se celebran estos días los cerca de 280 Encuentros en Emaús están mostrando cómo se vive la misericordia de Dios que se acoge y se ofrece en la Iglesia en Madrid.

Así, en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, varios voluntarios de acogida de Cáritas explicaron cómo desde la parroquia se ayuda a quienes llaman a sus puertas con alguna necesidad. Una de ellos es Rocío Baselga, que explicó cómo ayudaron a unos jóvenes refugiados que ya habían acudido sin éxito a otras parroquias e instituciones públicas. «Venían de países donde no hay libertad y sí mucha pobreza –cuenta–. Llegaron a nuestra parroquia y el párroco les recibió, fueron a una reunión de inmigrantes y encontraron cariño. Ahora les asesoramos con todo el papeleo para conseguir trabajo y permiso de residencia, y también les damos alimentos. Hacemos lo que podemos dentro de nuestras posibilidades».

También Sonia Jiménez contó el caso de una persona con adicciones múltiples, «que llegó muy mal, muy límite. Había tejido una mala vida, tomó decisiones equivocadas, se metió en las drogas, se quedó sola en la vida…, y empezó a venir a nuestro despacho de Cáritas. Poco a poco se ha ido abriendo, la hemos tratado con cariño, la hemos escuchado, y ha ido mejorando mucho. Se cuida más, tiene una vida más ordenada y dejó la droga. Nosotros le ofrecemos terapia y alimentos, y sobre todo mucha escucha y compañía. Hoy somos su familia».

Además de experiencias como estas, la Fundación Crónica Blanca ha elaborado varios vídeos con testimonios (más abajo, algunos de ellos) que se proyectarán durante estos Encuentros organizados por la Vicaría de Evangelización. Toda la información sobre los templos en los que se celebran los Encuentros en Emaús está en www.archimadrid.org

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«Yo era anti-Iglesia, pero esto es maravilloso»

«Una noche, durmiendo en la Plaza Mayor, me mordió una rata. Estuve diez días andando sin rumbo, hasta que llegué a la parroquia de San Antón, me lavaron y curaron mis pies, y luego me explayé con un sacerdote. Aquí he descubierto felicidad y cariño; llevaba ocho años sin nadie que me dijera: “¿Qué tal estás?”. Esto ha sido lo más bonito que me ha pasado. Aquí descubrí la misericordia. He encontrado un hogar. Yo era anti-Iglesia, pero esto es maravilloso».

Luis

«Me quedé embarazada de gemelos y pensé en abortar, pero recé: “Señor, que sea lo que tú quieras. Pon Tú los medios en mi camino para que yo pueda salir adelante con estos niños”. Al final Dios me fue colocando gente buena que me ayudó mucho y di a luz a los niños. No me sentí sola en ningún momento, conseguí los papeles y empecé a trabajar. Conocí la misericordia de Dios gracias a todas estas personas que he ido conociendo en estos años. Dios siempre manda ángeles».

Johanna

«Desde joven sentí que Dios me llamaba a aliviar el dolor que tiene mucha gente. Mi mujer y yo llevamos un piso en el que creamos un espacio de familia. Trabajamos con adolescentes con problemas de conducta y de drogas; les ofrecemos una acogida cálida y personal. La misericordia es la posibilidad de volver a empezar, porque tenemos un Padre que nos está esperando siempre. Tiene mucho que ver con la palabra volver, con un sitio en el que decir: “Estoy en casa”».

Pedro Pablo