Gentes: Antonio Argandoña, catedrático del IESE (en Mundo Cristiano) - Alfa y Omega

Me preocupa que, ante los casos de corrupción, y argumentando que No podemos hacer nada o Todos son unos corruptos, estemos provocando actitudes pasivas en los ciudadanos: Si todos son corruptos, ¿por qué no voy a serlo yo también? Hoy, nuestra sociedad necesita menos indignación -que a menudo es farisaica- y más humildad; para nosotros y para nuestros hijos. La ética es importante, por encima de los resultados o de los sentimientos.