O no hablar, o hablar de Dios - Alfa y Omega

O no hablar, o hablar de Dios

«Una de dos: o no hablar, o hablar de Dios». Esta cita preside el locutorio de cada Carmelo Descalzo del mundo. Y no por mor de un silencio rigorista, sino para poner en las conversaciones las palabras que no se lleva el viento, porque se enganchan al alma. Si pusiéramos frente a frente a las dos grandes fundadoras carmelitas, a saber, la propia santa Teresa y santa Maravillas, cuya fiesta se celebra hoy, ¿de qué habrían hablado? El diálogo que aquí ofrecemos es un ardid, un invento, una hipótesis. Mas las frases son suyas, y a pesar de que a ambas las separan cuatro siglos de la Historia, las une, entre otras cosas, el gusto por hablar de su apellido. O sea: de Jesús

José Antonio Méndez

Santa Teresa de Jesús: Hablemos ahora de los que comienzan a ser siervos del Amor, que ésos son los que se determinan a seguir, por el camino de la oración, a Quien tanto nos amó…

Santa Maravillas de Jesús: El Señor es el único que puede tocar los corazones, y la oración nunca deja de ser escuchada. ¿Verdad que este Señor nuestro del alma no nos deja nunca solos, aunque a veces llegue con un cuarto de hora de retraso?

Santa Teresa: Creedme que es lo más seguro no querer sino lo que quiere Dios, que nos conoce más que nosotros mismos y nos ama. Pongámonos en sus manos para que se haga su voluntad en nosotros, y no nos equivocaremos si con determinada voluntad permanecemos en esa decisión.

Santa Maravillas: ¡Cómo complicamos nosotros la santidad! Y es muy sencilla; nada más que dejarse confiada y amorosamente en brazos de Dios, queriendo y haciendo lo que Él quiere…

Santa Teresa: Siempre que se piense en Cristo, acordémonos del Amor con que nos concedió tantas gracias, y de qué gran amor nos demostró Dios dándonos tal prenda del que nos tiene, que amor saca amor.

Santa Maravillas: ¡Dios mío, por qué no seremos santos de verdad! Me encuentro muy capaz de los mayores pecados si el Señor me dejara un momento.

Santa Teresa: Dios nos libre, cuando algo hiciéremos no perfecto, decir No somos ángeles, no somos santas. Mirad que, aunque no lo somos, es gran bien pensar que, si nos esforzamos, Dios nos dará la mano para serlo; no hayáis miedo que quede por Él si no queda por nosotras. Y pues no venimos aquí a otra cosa, manos a labor.

Santa Maravillas: ¡Cómo la deseo santa, pero de verdad! No para otra cosa le ha concedido el Señor tantas gracias; y si persevera en trabajar por conseguirlo, lo mismo cuando se sienten ánimos que cuando no se sienten, pidiéndole al Señor su ayuda, verá cómo sale con ello. ¡Si Él lo desea mucho más que nosotros!

Santa Teresa: Entendamos que la perfección verdadera es amor de Dios y del prójimo, y cuando con mayor perfección guardemos estos mandamientos, seremos más perfectas. Obras quiere el Señor.

Santa Maravillas: La caridad para con Dios se mide por la caridad que se tiene con el prójimo, y ésta roba el Corazón del Señor…, y el de las criaturas también. Qué verdad es que la caridad une los corazones. No queremos más que servir al Señor con alegría, donde quiera que Él nos lleve.

Santa Teresa: Tiene vuestra merced mucha razón de estar contenta, pues creo no le puede caber dicha mejor que haberla llamado Dios a un estado que, sirviendo a Su Majestad, se vive con harto más descanso del que se puede imaginar. Quien a Dios tiene, nada le falta.