De periodista en paro a florista, gracias a Cáritas - Alfa y Omega

De periodista en paro a florista, gracias a Cáritas

Cáritas Madrid celebra el domingo la Campaña contra el Paro con el lema Derecho a un trabajo digno y estable. Durante 2015, el Servicio Diocesano de Empleo de la institución atendió a más de 10.500 personas

Cristina Sánchez Aguilar
Sergio Nombela en su floristería. Foto: Archivo personal de Sergio Nombela

El año pasado defendían la necesidad de un trabajo digno. Este año, Cáritas Madrid da un paso más y señala que las personas tienen derecho a un trabajo digno, y también estable. Una de las apuestas clave de la institución para ayudar a los madrileños a alcanzar la estabilidad laboral es el fomento del autoempleo. A través de microcréditos solidarios –préstamos a interés cero–, Cáritas Madrid ha apoyado durante 2015 a cinco emprendedores que han puesto en marcha un negocio viable. Uno de ellos es Sergio Nombela, periodista en paro que hace tres años decidió cambiar de profesión y abrir en el barrio de Villaverde una floristería. «Gracias al párroco de San Andrés, Jesús Yébenes, conocí este proyecto de microcréditos. Además de facilitarme el dinero y ofrecer cuotas de devolución fáciles de pagar, me ayudaron a crear el plan de empleo. Para mí fue fundamental, porque quería montar un negocio, pero andaba muy perdido», afirma.

Estudio de viabilidad, tutores…

Además del crédito, Cáritas Madrid cuenta con un equipo de tutores que acompañan a los emprendedores durante todo el proceso de creación del negocio. «Hacen un estudio de viabilidad completo, con un análisis de la situación geográfica, de la población de la zona, del porcentaje estimado de crecimiento… Durante los tres años que he tardado en devolver el crédito, han estado apoyándome a todas horas», cuenta Sergio. También hay acompañamiento psicológico porque «al principio se pasa muy mal, no es tan bonito como parece. Yo empiezo a ganar algo de dinero –que no llega ni al sueldo mínimo interprofesional– ahora, tres años después. Al principio todo iba a pagar deudas», explica.

Una de las clases de capacitación de Cáritas Madrid. Foto: Cáritas Madrid

Sergio no ha estado solo ante el peligro: «Había días muy malos, pero siempre recibía una llamada de Carmen –su tutora– para darme ánimos, pedirme que les mandase las cuentas a ver cómo iba… Agradezco muchísimo a la institución esta ayuda». Sergio abrió su floristería (www.floristeriakalatea.es) frente a la parroquia de San Andrés, en Villaverde. Gracias a esta y a la de San Félix, «que me apoyan mucho al saber que es un proyecto de Cáritas», el negocio va tirando.

1.348 alumnos en un año

La otra gran apuesta de Cáritas Madrid es la capacitación laboral. En 2015, el Servicio Diocesano de Empleo atendió a más de 10.500 personas, de las que 1.348 cursaron alguno de sus 95 cursos. Alumnos como Marta Urgaña, madrileña parada de larga duración. «Ya apenas me llaman del paro para hacer cursos, y cuando me llaman, tengo que gastarme un dineral en transporte. Dineral que no tengo. Si tengo dos euros, prefiero comprar pan y leche para mi hija», señala. Porque Marta tiene una hija y ya no recibe ningún ingreso. Por eso acudió a Cáritas Madrid, «porque sus cursos de formación son una gran oportunidad de aprender algo nuevo y aumentar el currículo». La madrileña ha hecho, en el centro Eduardo Rivas, un curso de ayuda a domicilio, uno de manipulación de alimentos y ahora aprende informática «para encontrar trabajo por internet». Aunque vive a una hora y media de camino, Marta puede ir a los cursos «porque Cáritas nos da una pequeña ayuda económica para el transporte. Y la verdad, viene muy bien». Además de la formación y el pequeño empujón económico, Marta agradece «la esperanza. Tengo 55 años y parece que ya no sirvo para nada, pero aquí me hacen sentirme útil y tener ganas de seguir buscando empleo».

Colaboración de todos

Cáritas recuerda en esta campaña que «la política económica debe estar al servicio del trabajo digno». Para lo que es imprescindible «la colaboración de todos, especialmente de empresarios, sindicatos y políticos». Para los católicos también hay recomendación: la institución recuerda el documento Iglesia, servidora de los pobres, de la Conferencia Episcopal, en el que los obispos piden que «nuestra caridad no sea meramente paliativa» sino «preventiva, curativa y propositiva».