Fallece un obispo clandestino que pasó 23 años en cárceles de China

Según ha informado Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), una entidad de derecho pontificio, el pasado 2 de abril falleció monseñor Zeng Jingmu, obispo de Yujiang, una diócesis al este de China.

Monseñor Zeng Jingmu permaneció durante toda su vida fiel a la Santa Sede, negándose a ingresar en la llamada Iglesia Patriótica, controlada en último término por el régimen comunista. Por este motivo, las autoridades chinas no reconocieron nunca su legitimidad como obispo, y tuvo que desarrollar su apostolado en la clandestinidad. Su fidelidad a la Santa Sede le hizo padecer prisión durante 23 años.

Aislado hasta el último momento

Tal y como ha recogido AIN, monseñor Zeng falleció a los 96 años de manera natural, después de sufrir una caída que le causó daños en el cráneo. No obstante, ha permanecido incomunicado hasta el último momento: tras la caída, monseñor Zeng Jingmu fue internado en régimen de aislamiento en la habitación de un hospital, y estuvo presionado por las autoridades hasta sus últimos días de vida. De hecho, la policía del régimen le impidió recibir visitas de familiares, amigos y fieles durante su convalecencia.

El veltatorio, en su casa, y su sucesor, vigilado

El funeral del obispo Zeng tuvo que realizarse en su casa particular, hasta donde llegaron fieles católicos de varias regiones del país. Según publica la agencia Gadium Press, las autoridades también negaron el permiso para la velación pública que solicitaron los cristianos locales, entre los que habría personas afines a la Iglesia Patriótica, cuya proximidad con la Santa Sede es cada vez mayor.

Su sucesor, monseñor John Peng Weizhao, que fue consagrado obispo en 2014 y que también padeció detención durante 6 meses, está siendo vigilado de forma estricta desde el fallecimiento del prelado, tal y como explican desde AIN.

Preso del comunismo

La vocación de monseñor Zeng fue tan inquebrantable como temprana: ingresó en el seminario con sólo 10 años y fue ordenado sacerdote en 1949, justo el mismo año en que se proclamó la República Popular de China, que sumió al gigante asiático en una férrea dictadura comunista.

Padeció en total 23 años de prisión, la mayoría de ellos durante la llamada Revolución Cultural ordenada por Mao Zedong, una terrible purga que llevó a la cárcel, el exilio o la muerte a miles de personas contrarias al régimen comunista. Por ese motivo, monseñor Zeng tuvo que ser consagrado obispo en secreto en 1990. Más tarde ingresó a la Orden de Padres Dominicos en el año 2000. A causa de su avanzada edad, se retiró de sus labores episcopales en el año 2012, a los 92 años.