«Solo conocía a Dios de oídas» - Alfa y Omega

«Solo conocía a Dios de oídas»

Redacción
Toni, en Ruanda. Foto: Archivo personal de Toni Miró

No se cumplen 18 años todos los días, y los padres de Toni le preguntaron qué regalo quería. «Supongo que pensaban en una moto. Pero les pedí hacer una experiencia misionera». Ese verano, este mallorquín se fue a Perú con un sacerdote diocesano, misionero allí. «No pensaba que me pudiera aportar tanto». Destaca, sobre todo, «el ejemplo de los misioneros, que con mucha confianza en Dios dejan su hogar para dedicarse a los demás». Por aquel entonces, «yo solo conocía a Dios de oídas. Solo al volver pude decir realmente que creía en Él». Esta experiencia le había dado la oportunidad de «apartar la rutina y dedicarme a ver a Dios en las obras de los misioneros, y a escucharlo» con la ayuda del sacerdote. Desde entonces, ha repetido cada verano: otra vez en Perú, y en Chile, Ruanda y Ceuta. También se ha implicado en la delegación de Misiones de su diócesis.

Toni dio testimonio en el XIII Encuentro Misionero de Jóvenes que OMP celebró este fin de semana en Madrid, con el lema Revolución de la ternura. Su historia muestra la importancia del acompañamiento en las experiencias misioneras. Lo sabe bien el javeriano Rolando Ruiz, que ha llevado a jóvenes a México, Chad y Marruecos. «Si están bien acompañados, se vuelven pequeños apóstoles. Si no, pueden quedar traumatizados, porque han vivido una experiencia muy fuerte». Esta labor tiene que hacerse «antes, durante y después de la misión. Antes, prepararlos» y «verificar que no van solo por amor a los pobres; que sepan que los misioneros vivimos desde la fe». Allí, «estar con ellos con mucho cariño». Y a la vuelta, «escucharlos, hacer que hablen de lo que han vivido», para «traducir su experiencia» e «integrar la presencia de Dios en su vida».