La Biblia, un gran recetario de aromas - Alfa y Omega

La Biblia, un gran recetario de aromas

Laura Bosetti Tonatto, perfumista de la reina Isabel II, ha elaborado, con motivo del Año Jubilar extraordinario convocado por el Papa Francisco, varias fragancias inspiradas en los perfumes de los que habla la Biblia

EFE

El olfato es ese sentido que tiene el poder de dirigir nuestra memoria a lugares y espacios ya vividos a través de aromas que inspiran a los mejores perfumistas, capaces de crear esencias exclusivas para reinas como Isabel II, y otras que, incluso, se inspiran en la Biblia.

Ese ha sido el último reto de la perfumista italiana Laura Bosetti Tonatto que, con motivo del Año Jubilar extraordinario convocado por el Papa Francisco, ha realizado varias fragancias inspiradas en los perfumes de los que habla la Biblia, libro que describe como «un gran recetario de aromas y fórmulas».

Año Jubilar

Con más de 30 años de experiencia en el mundo del perfume, Bosetti, profesora del Master de Ciencia y Tecnología Cosméticas de la facultad de Farmacia de Roma, es una experta en trasladar el arte y su relación con la ciencia y la cultura a un aroma.

De entre un imaginario de 50 fragancias, la perfumista explica en una entrevista a Efe, que ha seleccionado tres para conmemorar el Año Jubilar.

La primera de ellas evoca el incienso de las iglesias de Roma; para la segunda se ha inspirado en María Magdalena, «una mujer extraordinaria», y en el «aceite de nardo que ella utilizaba para aliviar las heridas y el sufrimiento del Cristo», detalla.

La tercera fragancia nace del olor de la «rosa mística» que se reproduce «en los casos extraordinarios de santidad y que tiene un código olfativo diferente» a cualquier otro, asegura Bosetti, que ha comisariado exposiciones como Caravaggio, un cuadro, un perfume para el Hermitage de San Petersburgo.

La perfumista de Isabel II

«Mi intención era amplificar esta obra maestra dando una visión diferente del cuadro», puntualiza Bosetti, quien asegura que el perfume forma parte de la «esencia» del ser humano.

Creadora de una gran cantidad de fragancias, Bosetti reconoce que el perfume que más le ha dado notoriedad es la esencia que elaboró para la reina Isabel II de Inglaterra, una invitación que le llegó directamente de Buckingham Palace a través del secretario privado de la reina, Edward Young.

«Supuso un gran esfuerzo, un trabajo de dos años, y me hizo entender la importancia de los perfumes también para una mujer de un rango tan elevado», indica.

Fue Young quien iba dándole las pautas y a quien ella entregaba las pruebas, sin que hubiera muchas interferencias de la reina a la que conoció después de finalizar el proceso, un momento que la produjo «una gran emoción».

«Ella quería que fuera un trabajo de la artista, que fuera sencillo y artesanal», confiesa sin desvelar la fórmula, aunque indicando que a la monarca británica le gustan mucho las «rosas».

El perfume y la unión entre las personas

Su experiencia le dice que el perfume y la sensibilidad olfativa «aúna a personas muy diferentes» todas con una particularidad en común «la curiosidad por la vida y vivirla de una manera plena».

Desvela con un tono evocador que siendo niña fue a visitar a un tío a El Cairo, fue allí donde descubrió su sensibilidad olfativa y que «todas las culturas tienen en su base perfumes que forman parte de un ritual y de la existencia del ser humano».

Su primer perfume lo elaboró con ámbar y aceites esenciales de rosas. «La rosa es para mi la flor más importante de la perfumería», comenta y recuerda la voz de un experto que le dijo que para crear un perfume son suficientes dos esencias «y una es la rosa».

La importancia de la rosa

Experta en la rosa de Taif, que descubrió en Arabia Saudí, es una de las esencias primordiales de sus creaciones, ya que se cultiva a una temperatura muy elevada que hace que tenga un olor y tonalidad «muy intensas».

Asegura que cada época de la historia tiene un olor propio algunos «imposibles» aspirar en la actualidad. «El olfato reside en el hipotálamo, la sede de los instintos más básicos como el sexo, el hambre, el sueño, pero él es el más libre y establece una relación única y personal con el individuo, y en él cada uno creamos una memoria olfativa única», concluye Laura Bosetti, una razón para cultivarlo.