Las frases del Papa Francisco sobre las mujeres en la Iglesia - Alfa y Omega

Las frases del Papa Francisco sobre las mujeres en la Iglesia

La primera vez que el Santo Padre llamó la atención sobre la necesidad de potenciar su papel fue en el vuelo de regreso de la JMJ de Río de Janeiro en 2013

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El Papa Francisco ha llamado la atención sobre el escaso papel de la mujer en la Iglesia en numerosas ocasiones. La primera vez que se refirió a ello fue en su viaje de regreso de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en septiembre de 2013.

En aquella ocasión el Papa aseguró a la pregunta de unos de los periodistas que entre las tareas pendientes de la Iglesia estaba «una teología de la mujer» en la Iglesia y un papel más activo.

«Pablo VI escribió algo muy hermoso sobre las mujeres, pero creo que debemos avanzar en la explicitación de este papel y carisma de la mujer en la Iglesia. No se puede entender una Iglesia sin mujeres. Pero mujeres activas en la Iglesia, con su perfil, que vayan adelante. En la Iglesia hay que pensar en la mujer en esta perspectiva de decisiones arriesgadas, pero como mujer. Creo que todavía no hemos hecho una profunda teología de la mujer en la Iglesia. Sólo un poco de esto y de lo otro: lee la lectura, mujeres monaguillo, es la presidenta de Cáritas… Pero hay más. Hay que hacer una profunda Teología de la mujer», afirmó.

Un mes después durante una audiencia concedida a los participantes del seminario, organizado por el Pontificio Consejo de Laicos, que conmemora el 25 aniversario de la carta apostólica Mulieris Dignitatem escrita por Juan Pablo II el Papa manifestó su intención de potenciar el papel de la mujer en la Iglesia.

En su discurso, Francisco aseguró que la Iglesia debe preguntarse por la presencia que le otorga a la mujer. A continuación, el Papa lamentó que se confunda en ocasiones el «servicio» con la «servidumbre» en la función que le toca desempeñar a las mujeres en la Iglesia. «Sufro, lo digo de verdad, cuando veo en la Iglesia o en algunas organizaciones eclesiales que la función de servicio de la mujer, que todos tenemos y debemos tener, se transforma en un papel de servidumbre», afirmó.

El Papa insistió en esta idea al asegurar que, cuando una mujer es relegada a tareas más bien propias de la servidumbre, se hace porque no se comprende bien su auténtico papel. Por eso, el Pontífice se preguntó si es posible potenciar el rol de la mujer en el seno de la Iglesia porque «es una realidad que me preocupa mucho», añadió. «La mujer tiene una especial sensibilidad por las ‘cosas de Dios’», –dijo Francisco–, «en especial para ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene para nosotros».

En diciembre de 2014, el Papa volvió a insistir sobre el tema al recibir a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, cuyo número de mujeres había aumentado. «Celebro la mayor presencia de mujeres, que todavía no es tanta, hacen falta más. Es una presencia que invita a reflexionar sobre el papel que las mujeres pueden y deben tener en el ámbito de la teología».

En febrero de 2015 durante un discurso al Pontificio Consejo de Cultura, que había dedicado su Asamblea Plenaria al tema «Las culturas femeninas: igualdad y diferencia», Francisco volvió a referirse al tema al manifestar estar «convencido de la urgencia de ofrecer espacios a la mujer en la vida de la Iglesia» y pidió «una presencia femenina más capilar e incisiva en la comunidades». El Santo Padre aseguró entonces que «la Iglesia es mujer, es “la” Iglesia, no “el” Iglesia», y confesó que «me gusta describir la dimensión femenina de la Iglesia como seno acogedor que genera y regenera la vida».

En su mensaje, el Papa añadió que esa mayor presencia requerirá «muchas mujeres implicadas en la responsabilidad pastoral, en el acompañamiento espiritual de personas, familias y grupos, así como en la reflexión teológica».

Francisco ha dado ejemplo incorporando mujeres a la Comisión Teológica Internacional, a las comisiones que investigaron las finanzas vaticanas y a la nueva Comisión Pontificia de Protección de Menores. Pero su discurso iba mucho más allá de las estructuras católicas pues urgió a «estudiar criterios y modalidades nuevas para que las mujeres no se sientan invitadas sino participantes a título pleno en los distintos ámbitos de la vida social y eclesial. Este desafío no se puede retrasar más».

J. V. B. / ABC