Los retos de la Iglesia en Cuba - Alfa y Omega

Los retos de la Iglesia en Cuba

Alfa y Omega
Foto: CNS

A punto de cumplir los 80 años, era difícil seguir aplazando la permanencia del cardenal Ortega como arzobispo de La Habana. Su sucesor, monseñor Juan de la Caridad García, reconoció el domingo durante su toma de posesión estar «asustado» ante la magnitud del reto. La paradoja es que una Iglesia profundamente debilitada tras casi seis décadas de régimen socialista se ha visto catapultada a una posición de gran protagonismo ante una eventual transición política, que llegará tarde o temprano a la isla. Esto ha sido posible gracias a la habilidad diplomática de Ortega Alamino, aunque algunas decisiones suyas no hayan sido entendidas por un sector de la comunidad católica cubana, que a la persecución política une un sentimiento de cierto abandono por parte de la jerarquía eclesial. Pero más allá de mediar con EE. UU. o entre el Gobierno y la disidencia, a su sucesor –y al conjunto de la Iglesia cubana– le espera la tarea titánica de reconstruir el tejido moral y espiritual de la sociedad, profundamente dañado. Toda ayuda que pueda recibir desde el exterior, comenzando por España, será poca.