Alianza con el islam - Alfa y Omega

Alianza con el islam

Promover la paz y defender los derechos de todos son retos comunes para musulmanes, cristianos y cualquier persona de buena voluntad. Esa es la gran alianza que promueve el Papa

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Foto: REUTERS/Osservatore Romano

«Nuestro encuentro de hoy es el mensaje», decía el Papa el lunes tras recibir al gran imán de la universidad de Al Azhar, el principal centro académico del sunismo, la rama mayoritaria del islam. Al Azhar, con sede en El Cairo, rompió relaciones con la Santa Sede hace cinco años, en protesta por unas palabras de Benedicto XVI tras el atentado del 1 de enero de 2011 contra una iglesia en Alejandría. El ahora Papa emérito pidió de forma genérica protección para las minorías y fue acusado de injerencia en los asuntos internos de Egipto. La situación estaba ya tensa desde su tan célebre como incomprendido discurso de 2006 en Ratisbona, en el que pidió que la religión (incluido el islam) se abriera a la razón. Y viceversa: según advirtió, cuando el laicismo intenta reprimir la dimensión religiosa, degenera en otro tipo de fundamentalismo que, al obligar a las personas a dejar a un lado una parte esencial de sí mismas, impide muchas veces un verdadero encuentro.

Francisco llevaba tiempo trabajando para recomponer las relaciones con Al Azhar. Su objetivo es básicamente el mismo que el de su predecesor. Si el Papa Ratzinger apelaba continuamente a la ley natural, Francisco defiende una alianza de todas las personas de buena voluntad frente a peligros y retos comunes como la defensa del medio ambiente, la lucha contra la trata o la acogida a los inmigrantes y refugiados. El llamamiento va dirigido de forma especial a los líderes de las grandes religiones, que deben deslegitimar cualquier instrumentalización de la religión para la violencia. Pero el campo de trabajo común es mucho más amplio. Lo del lunes fue un gesto concebido para ser actualizado en muy diversas situaciones. En algún caso (pensemos en la República Centroafricana), musulmanes y cristianos median juntos en conflictos tribales. En otros contextos (véase Oriente Medio), el desafío es el yihadismo. Y en otros casos, como Europa, lo que toca es trabajar juntos por la integración y la defensa de los derechos de todos. El paso previo es invariablemente aprender a mirar al otro con simpatía y no como una amenaza.