Sínodo: el mundo mira a las familias cristianas - Alfa y Omega

Sínodo: el mundo mira a las familias cristianas

El mensaje del Sínodo extraordinario de la Familia ha sido aprobado por la gran mayoría de la asamblea sinodal, como el primer documento conclusivo de sus trabajos, a la espera de la publicación de la Relatio Synodi final, que se votará el sábado por la tarde, y cuya publicación se espera en los próximos días

Redacción

En la presentación del Mensaje final del Sínodo, el cardenal Ravasi ha señalado que «constituye un texto de consolación y asimismo un texto de exhortación: quiere dar un respiro a las familias que viven en dificultad, y por otro lado quiere mostrar al mundo toda la belleza de la familia». El mensaje se dirige «a todas las familias de todos los continentes, sobre todo a las familias cristianas, que son un signo en el mundo para el resto de familias». Y, sobre su contenido, el cardenal Ravasi destacó que quiere mostrar «cómo Cristo llama a la puerta del hogar de cada familia, y quiere sentarse a cenar con ellos», en línea con el texto del Apocalipsis. «Cristo, entrando en cada casa —continuó el presidente del Consejo Pontificio de la Cultura—, descubre las dificultades, las crisis, el cansancio incluso físico, la enfermedad y el dolor, las dificultades económicas, el desempleo, y muchas veces la desesperación…». Pero también «halla Cristo la luz, los grandes valores, el encuentro, la maravilla del enamoramiento, las bodas, la fecundidad, la comunicación de la fe, la oración en familia, la ayuda y la caridad hacia el mundo…». Asimismo, «la meta de la familia es la Eucaristía, celebrada en la parroquia, que debe ser una familia de familias».

El Mensaje sólo menciona que los padres sinodales han reflexionado sobre el acompañamiento pastoral y el acceso a los sacramentos por parte de los divorciados casados de nuevo por lo civil, pues en este sentido no hay ninguna conclusión definitiva. Sin embargo, el cardenal Ravasi ha subrayado, en relación a estas y otras situaciones, que «la Iglesia está llamada a respetar, escuchar y acoger, algo que ya venía haciendo siempre, pero esto no significa reconocer modelos que no concuerdan con su concepción» del matrimonio y la familia; y recordó la acogida de Jesús a la samaritana, «que concluyó con el Vete y no peques más». En este proceso, «el silencio del Papa ha sido fundamental en esta primera parte, y ha sido característico del proceso sinodal. El Papa debe intervenir, y está claro que los hará, pero no al inicio del Sínodo, porque así deja libertad a los obispos para hablar», señaló el cardenal Ravasi.

Así, el cardenal Damasceno ha insistido en que «en realidad se trata de un Sínodo en dos etapas: la segunda concluirá en el Sínodo ordinario de la Familia, en octubre de 2015. Se trata por tanto de un proceso sinodal» que comprende un año completo, «por tanto no hay que esperar de este primer Sínodo decisiones conclusivas». En esta primera etapa, se puede hacer «un balance positivo, pues no se pretendía alcanzar decisiones definitivas; ésta es una tarea que corresponde al Sínodo del año que viene», y especialmente a la esperada publicación de una Exhortación postsinodal por parte del Papa.

El cardenal Gracias, arzobispo de Bombai, ha insistido en que «se trata de un Sínodo en dos etapas», que concluirá el año que viene con el Sínodo ordinario, «en el que participarán todavía más expertos». Ha subrayado que «la familia es muy importante para nuestra existencia», y la especial situación por la que atraviesa hoy «ha hecho necesaria la convocatoria del Sínodo». Además, «en muchas partes del mundo, incluso en aquellos países con un bajo porcentaje de cristianos, el mundo está mirando la forma de vida de los matrimonios y a las familias católicas».