«No es bueno que la familia esté sola» - Alfa y Omega

«No es bueno que la familia esté sola»

En la presentación del Congreso Católicos y Vida Pública, el presidente del Consejo Pontificio para la Familia ofreció su visión de la familia, las necesidades que presenta hoy en día y sus posibilidades de cara a la evangelización

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Monseñor Paglia, en la Universidad CEU San Pablo, durante la presentación del Congreso Católicos y vida pública

Crisis: «Esta crisis familiar es consecuencia de un cambio cultural fruto del progreso económico. Hoy, la cultura dominante no niega la familia, como hace décadas, sino que la sitúa al mismo nivel que otro tipo de relaciones. A cualquier forma de estar juntos se le llama matrimonio, pues dicen: Hay amor. Afirmar que todas las uniones basadas en el amor son iguales es faltar a la verdad».

Hijos: «Estamos ante un cambio de época. Es la primera vez en la Historia que se rompe el nexo matrimonio-familia-procreación. A cualquier tipo de unión se le llama matrimonio; a cualquier tipo de relación se le llama familia; y hoy a los hijos se les tiene de cualquier manera, incluso en un laboratorio. Los que pueden tener hijos no los tienen; y los que no pueden los hacen como sea».

Sociedad desfamiliarizada: «Vamos hacia una sociedad desfamiliarizada; se está produciendo un debilitamiento de todos los lazos. Las relaciones estables se consideran algo imposible. Crece el número de personas que viven solas. Decimos forever a nuestro equipo de fútbol, pero a la mujer o al marido…».

Escuela de vida: «La familia es una escuela en la alteridad. Es una forma social única, pues, en un mundo donde todo es provisional, es el único lugar donde hay relaciones firmes que inciden de manera profunda en las personas. La familia sigue siendo el lugar de la vida, del misterio del ser, patrimonio de la Humanidad».

Familia y misión: «A la hora de transmitir el Evangelio de la familia, los laicos tienen más responsabilidad, incluso, que los obispos. Necesitamos familias conscientes del ambiente en el que nos movemos, capaces de atender a otras familias. La familia es una Buena Noticia, y tenemos que dar testimonio de la fuerza y la belleza de este tesoro de amor. Es muy importante que los esposos vivan este tesoro y lo hagan resplandecer como una realidad apasionante, a pesar de los problemas. Necesitamos familias que la gente vea y diga: ¡Qué bonito!».

Sínodo: «El Instrumentum laboris mostró la preocupante distancia entre la enseñanza del magisterio de la Iglesia y la vida ordinaria de los fieles; es una enseñanza que debe ser explicada mejor. El Sínodo busca incrementar la audacia para solucionar los problemas de la familia. Estamos en estado de misión. Se pide el testimonio de las familias cristianas, así como acompañar a todas las familias heridas. No es bueno que la familia esté sola. Es un acompañamiento que debemos aprender y practicar, y debe empezar por mostrar el amor de la comunidad cristiana. Tenemos que encontrar la manera, sin que esto signifique atacar mínimamente la indisolubilidad. Tenemos que mostrar la belleza, más que demostrarla; hablar, más que convencer; hemos de ser mucho más inteligentes y hábiles. No basta soltar la doctrina, porque por sí sola no convence ni atrae».

Mujer: «La cultura de la familia es imposible sin las mujeres. Ellas son las primeras en poner en práctica la acogida al otro. La cultura de hoy es: sin hijos. ¿Dónde están las escritoras católicas que hablen de ello? Son las mujeres las que dan la vida a la Iglesia y a la sociedad. Las mujeres son las mártires de hoy; dan continuamente la vida. ¡Tenemos que decirlo!».